Nos volvemos a ver y eso significa que esta novela ha llegado a su fin.
Deseo que disfrutéis de esta última lectura, y os quiero agradecer vuestra compañía, vuestros comentarios.
¡¡Miau, miau, miau!! ¿A qué estáis esperando? ¡¡Venga, a leer!!
Gracias a tod@s.
Ginger
CAPÍTULO 168
Y UN AMOR QUE NO PUDO SER
L
os recién
llegados, que tanto habían agraviado a Maura sin saberlo ni sospecharlo, no
eran otros más que el señor Francisco y la señora Estela. Se habían alegrado
tanto con la increíble noticia de que Blas estaba vivo, que no pudieron esperar
más, y viajaron desde Luna, pueblo de Aránzazu, hasta Markalo con inmensas
ganas de verlo y abrazarlo.
Y así lo hizo el
señor Francisco en cuanto tuvo delante a un sonriente Blas. Lo abrazó con
fuerza, con mucha fuerza, sin parecer dispuesto a soltarlo, de modo que la
señora Estela se vio obligada a reclamar su turno.
—Blas, gracias a Dios, estás bien.
Te veo tan guapo y tan saludable, qué alegría —le dijo la mujer entre sinceras
lágrimas—. Te pido perdón por el comportamiento de Gabriela. ¡Mi hija parece
otra! ¡Qué malos y cuánto daño hacen los celos! ¡Qué avergonzada me siento!
—Tranquilícese, Estela —la
reconfortó Blas correspondiendo a su abrazo con cariño—. Usted no tiene nada de
qué avergonzarse. Todo ha pasado ya. Calma.
El señor
Francisco también abrazó a Nicolás.
—¡Endemoniado muchacho! —exclamó—
¡Cuánto he sufrido pensando que te habías quedado sin padre!
¡Tú debes ser
Helena Palacios! —volvió a exclamar admirando su belleza— Blas me dio su
palabra de que te conocería, de que te llevaría a Luna... ¡Bien, si Mahoma no
va a la montaña...
—La montaña irá a Mahoma—concluyó
Helena, radiante. Y es que estaba resplandeciente desde el día en que se
reencontró con Blas. Desde ese día volvió a vivir ella también.
El señor
Francisco, muy respetuoso y galante, besó su mano. Su esposa no hubiera podido
creerlo, aunque lo hubiera visto.
La señora Estela
dio dos besos a Helena. Seguidamente abrazó, muy fuerte, a Nicolás.
Patricia y
Bibiana se alegraron de volver a ver a Estela. No les sucedió lo mismo con
Francisco. No habían olvidado los días pasados en la urbanización de Luna.
Recordaban los bufidos, gritos y el comportamiento desenfrenado del hombre en
multitud de ocasiones. Incluso pensaban que era lógico que la señora Marina, su
esposa, tuviera que recurrir a los tranquilizantes con semejante marido.
Jaime Palacios
los invitó a quedarse a comer y no consintió una negativa por respuesta.
Maura quedó
encantada con los invitados ya que elogiaron sus platos repetidamente, y la
vanidad de la cocinera se hinchió satisfactoriamente.
Antes de
marcharse de la mansión, el señor Francisco y la señora Estela le arrancaron a
Blas la promesa de que no tardarían en ir a Luna.
—Ten presente que mi hija no está y
no va a volver —le aseguró Estela con tristeza—. Gabriela ya no quiere saber
nada de mí. Quizá sea mejor así. Es horrible que una madre diga esto pero, a
veces, los hijos se hacen mayores y cambian tanto que dejas de conocerlos.
—¿Y Emilia? ¿Volverá a Kavana algún
día? —indagó el señor Francisco.
—No —respondió Blas, rotundo—. No
he querido que vaya a la cárcel, pero permanecerá en la isla el resto de su
vida. Hizo demasiado daño a Helena y a Nico. No le importó que sufrieran...
—Tampoco le importó tu sufrimiento
—dijo Estela, incrédula—. ¿Cómo es posible? Espero que Dios la perdone.
—¡No habrá Dios que la perdone! —explotó el señor Francisco— ¡Es una maldita bruja! Y demasiado
benévolo has sido desterrándola a la isla. Debería estar en la cárcel entre
barrotes de hierro. En la isla tomará el sol y vivirá plácidamente. Seguro que
tiene una buena vivienda y criados. ¡Eres tonto, Blas!
—Me da igual lo
bien que se lo pase en la isla. No le deseo ningún mal. Me conformo con que no
vuelva a poner un pie en Kavana.
—¡Te repito que eres tonto!
—¡Basta, Francisco! —exclamó
Estela— Deja el tema. ¿No comprendes que esto es doloroso para Blas?
Era cierto. Ese
tema le dolía. Durante prácticamente toda su vida había creído que Emilia era
su madre y la había querido muchísimo. Sin embargo, jamás iría a visitarla a la
isla. Jamás volvería a verla porque nunca podría perdonarla.
Helena escuchó
los últimos comentarios del señor Francisco y la señora Estela. En cuanto se
fueron, sostuvo una de las manos de Blas entre las suyas.
—¿Estás bien? —le preguntó,
preocupada.
—Sí, estoy muy bien —respondió
Blas—. Solo tengo que mirarte para estar más que bien. Para ser el hombre más
feliz de la tierra.
—Siempre vas a poder mirarme.
Siempre que tú quieras. ¡Te quiero tanto!
Blas la abrazó
con ternura, con esa delicadeza que únicamente existe cuando se siente el
oleaje de ese amor que es tempestad, de ese que hace crecer las olas del mar.
Matilde todavía
tenía "secuestrado" al ángel Cupido de Helena. En su habitación, en
una mesita rectangular, le había hecho una especie de altar. Lo tenía muy bien
cuidado. Ningún día le faltaba un ramillete de flores frescas, hermosas,
lozanas... También, velas encendidas.
Llegó el día en
el que Helena lo descubrió al entrar súbitamente en el dormitorio de su amiga.
Fue entonces
cuando Matilde le relató la rotura del ala del ángel en la casita del valle. Y
que solo cuando ella le reparó el ala, Helena se reencontró con Blas.
—¿Es posible que eso sea cierto?
—Es posible porque sucedió tal como
te lo he contado.
—Gracias, amiga mía, sigue cuidando
de mi ángel. Cuídalo siempre.
Matilde, muy
contenta, ya que no quería separarse de Cupido, prometió cuidarlo durante toda
su vida.
—Que tu vida sea larga y dichosa...
y cerca de mí —le deseó Helena abrazándola con enorme cariño.
Marcos también
acudió a la mansión para ver a Blas. Y entre visita y visita, entabló una gran
amistad con Patricia. A raíz de esto, los visiteos se hicieron más frecuentes.
Patricia y él se llevaban muy bien, congeniaron mucho. Y esa amistad se
transformó en algo más profundo con el paso del tiempo.
También, con ese
paso del tiempo, el cariño y la amistad entre Nicolás y Bibiana fue creciendo...
sobre todo por parte de Bibiana. Nicolás correspondía a su cariño, a su amor,
pero nunca lograría hacerlo con la misma intensidad que ella.
Bibiana, sin
jamás protestar ni exigir explicaciones, aceptó esta situación. Sabía el
motivo. El motivo era Natalia.
Nicolás volvió a
ser un chico risueño y feliz desde el reencuentro con su padre. Pero, en
ocasiones, Bibiana lo sorprendía muy pensativo, muy abstraído, muy lejos...
Bibiana sabía el porqué. La mente de Nicolás había vuelto a viajar hasta
Natalia.
Natalia intentó
ponerse en contacto con él poco después de enterarse de que Blas estaba vivo.
Pero Nicolás no contestó a una solitaria llamada que recibió, ni al único
mensaje que le envió. Fue una auténtica lucha titánica consigo mismo hacer esto...
porque con su férreo silencio cerraba la puerta al amor de su vida y le
imprimía un punto final a su historia.
Pero no quería
ni podía perdonar la actitud de la muchacha cuando todos creían que Blas había
muerto. No quería, por encima de todo no podía. Lo que sí podía hacer era
seguir amándola en secreto, y en un resistente silencio.
Y los años
pasaron suave, dulcemente... como una cascada de agua limpia y fresca que se
desliza entre rocas para terminar su recorrido en un remanso de paz cristalina
que la aguarda en lo más hondo.
Blas y Helena
colaboraban con Jaime Palacios y su gabinete de gobierno. Y con su colaboración,
Kavana florecía como si viviera una primavera eterna.
Todo el mundo
comenzó a vivir bien en Kavana. Todos prosperaban. Y no es que hubiera una
fórmula mágica para que esto sucediera. Simplemente bastaba con la nobleza de
espíritu de Blas y Helena... porque nobleza siempre obliga. Y obliga a hacer el
bien en todo momento.
Más adelante,
Blas y Helena dejarían de ser colaboradores. Serían ellos quienes sucederían a
Jaime Palacios, y a ellos les sucedería Nicolás, y a Nicolás, su primer hijo o
hija. Y así sucesivamente.
El pueblo kavano
rogaba para que nunca terminase el linaje de los Teodoro-Palacios, para que la
floración en Kavana se perpetuara.
Blas y Helena,
siempre que sus obligaciones se lo permitían, se escapaban a la casita del
valle. Allí pasaban días felices. Inolvidables.
A veces, cuando
el tiempo era bueno, dormían al raso contemplando un cielo estrellado.
Admirándolo. Y esperando ver una estrella fugaz. Ambos sonreían al verla pasar
y eran veloces en pedirle un deseo sin saber que los dos pedían el mismo deseo.
Nicolás había
cumplido los veintiséis años cuando comunicó a sus padres su intención de
contraer matrimonio con Bibiana. Ya era algo más alto que Blas y, posiblemente,
algo más fuerte.
—¿Estás completamente seguro? —le
preguntó Blas.
—Sí, lo estoy.
—¿Estás seguro de haber olvidado a
Nat?
Esta pregunta
pilló desprevenido a Nicolás. Su cuerpo entero se tensó.
—¿Y a ti qué te importa? Siempre
has sido un cotilla —respondió, airado—. Nos casamos dentro de un mes y sois
los padrinos —agregó, taxativo.
—Me temo que nuestro hijo no va a
ser feliz —dijo Blas a Helena cuando Nicolás se marchó.
—Bueno, Paddy y Marcos se casaron
hace dos años y no les va mal. Hasta tienen un pequeño —replicó Helena—. Bibi
quiere mucho a Nico. ¡Se nota que lo ama tanto!
—Eso no lo pongo en duda. El
problema es que estoy seguro de que Nico no la quiere de la misma forma. Estoy
convencido de que ama a Nat.
—Nuestro hijo ya no es un niño,
Blas. Se ha hecho mayor. Debemos aceptar y respetar sus decisiones.
Pasado un mes,
sonaron campanas de boda en la catedral de Markalo. Helena, junto a Nicolás,
esperó la llegada de Bibiana hasta el altar, del brazo de Blas.
Jaime Palacios
siguió la ceremonia desde un primer banco lateral, orgulloso y feliz. Su nieto,
su único nieto, se casaba con una muchacha bella, educada y serena.
La boda se
emitió por televisión, y Natalia pudo verla de principio a fin. Por primera vez
abrió un paquete de tabaco, sacó un cigarrillo y lo fumó entero a pesar de las
toses. Acabó fumando medio paquete y siempre se dijo a sí misma que lloró tanto
por culpa del humo. Nunca quiso
reconocer el dolor sangrante que le infligió Nicolás al contraer matrimonio con
Bibiana. Ese día murió su esperanza. Siempre había esperado que Nicolás
apareciera para cumplir la promesa que le hizo: decirle lo más bonito que un
hombre le haya dicho alguna vez a una mujer.
Ese día, Nicolás
con su boda, mató y enterró su ilusión.
Pasaron cinco
años con sus soles, con sus nubes, con sus lunas, con sus estrellas, con sus
lluvias, con granizo, con nieve, con viento...
Y una mañana de
septiembre, comenzado el otoño, las tres amigas que un mediodía de invierno,
hacía dieciséis años, habían comido en una cafetería de Aránzazu, cercana a su
instituto, volvieron a reunirse en el mismo lugar. Fue idea de Patricia y tanto
Natalia como Bibiana estuvieron de acuerdo.
Se sentaron en
la misma mesa que antaño hicieron. Entonces eran unas niñas ilusionadas ante la
perspectiva de pasar juntas unas vacaciones navideñas en el pueblo de Luna.
Ahora eran unas
mujeres jóvenes de veintiocho años. Patricia seguía siendo la más alta, pero
con menos diferencia. Bibiana ya no tenía el complejo de estar rellenita. Había
adelgazado y conservaba una bonita figura a pesar de haber sido madre por dos
veces. Nicolás y ella eran padres de un niño de tres años y de una bebé de
siete meses. Habían hecho abuelos a Blas y a Helena y bisabuelo a Jaime
Palacios, que ya se había retirado de la política para disfrutar plenamente de
sus bisnietos. En la actualidad, Blas y Helena llevaban las riendas de la gobernanza
del país con la ayuda y colaboración de Nicolás.
Al principio,
Patricia y Bibiana hablaron sobre sus hijos. Patricia seguía teniendo solo uno.
Dos abortos le habían imposibilitado volver a ser madre por el momento.
—¿Cómo están tus abuelos, y tu tío?
—preguntó Patricia a Natalia dando un giro a la conversación.
—Mis abuelos ya no están.
Fallecieron y hace mucho que no veo ni quiero ver a mi tío Bruno.
—¿No te has casado? ¿No hay ningún
hombre que te guste? ¡No puedo creerlo! —siguió indagando Patricia explorando
nuevos rumbos.
Bibiana vio
acentuarse el rubor en las mejillas de Natalia y se sintió incómoda por la
deriva de la conversación.
—Sí, hay un hombre y quizá me case
pronto —contestó Natalia tras una pausa demasiado larga. Por este detalle, sus
palabras no convencieron a Bibiana.
—¡Hay que ver cómo son las cosas!
—exclamó Patricia— Hace dieciséis años estábamos aquí. ¡Cómo pasa el tiempo!
Recuerdo que hablábamos de Nico. Bibi y yo no lo conocíamos personalmente. Lo habíamos
visto en fotos que nos enseñabas y tú creías que era tu primo. Parecía que yo
iba a ser su pareja. Al final ha sido Bibi, la que menos hubiéramos pensado
—añadió de forma muy imprudente provocando gran malestar en Natalia y Bibiana.
—Voy a ser muy sincera —dijo
Bibiana, en un arranque de valentía y honestidad, mirando con sus preciosos
ojos verdes los ojos color avellana de Natalia—. No creo que Nico te haya olvidado.
Estoy segura de que no lo ha hecho. Es muy buen padre, el mejor. También es muy
buen esposo; me trata con respeto y cariño. Pero nunca me ha mirado ni me mirará
como mira Blas a Helena. Esa mirada era y es para ti.
—No deberías hablar así —le afeó
Patricia—. No deberías decir esas cosas, aunque sean ciertas.
—¡Y tú deberías tener cuidado con los comentarios que haces! —gritó
Natalia, enfadada— ¿Eres tonta, Paddy? ¿O ya eres adulta y te has
convertido en cerda? ¿Recuerdas que preguntaste aquí, hace dieciséis años, si
nos convertiríamos en cerdas al ser adultas? Seguramente tú ya lo eres y es por
eso que gruñes.
Las tres amigas
salieron de la cafetería intuyendo que nunca volverían allí. Dejaron Aránzazu y
volvieron a Markalo. Cada una se fue a su hogar.
A Patricia la
esperaban Marcos y su hijo.
A Natalia no la
esperaba nadie como había sospechado Bibiana. Sin embargo, cuando Nicolás le
preguntó por ella le contestó que tenía novio y que pronto se casaría.
Bibiana se
sintió como una cerda de las que había mencionado Natalia en la cafetería, pero
no pudo evitar mentir a Nicolás. Creía que él era incapaz de abandonarla para
correr en busca de Natalia, pero aun así le mintió. No pudo evitarlo.
Y Nicolás no
pudo evitar que unas lágrimas silenciosas mojaran la almohada de su cama
aquella noche.
También otra
almohada, en otra cama, en otra casa, se mojó aquella noche. La mojaron las
lágrimas silenciosas de Natalia.
Págs. 1374-1383
FIN
Hoy os dejo la canción de El Clan Teodoro-Palacios... "Por ella" de Roberto Carlos
Queridos lectores, queridas lectoras:
Cuando leáis estas palabras ya habréis leído el último capítulo de El Clan Teodoro-Palacios como os ha anunciado Ginger, mi querido pelirrojo.
Hoy es un día contradictorio. Por una parte es un día de alegría, hemos llegado al final. Por otra parte, es lógico sentir un pellizco de nostalgia. Blas, Helena, Nico, Nat, Paddy y Bibi nos han acompañado durante mucho tiempo.
Pero creo que los comentarios que se hagan se deben hacer sobre este último capítulo. Pienso publicar, en la mayor brevedad posible, una entrada especial dedicada a vosotr@s, a mis querid@s lectores, lectoras... También, en esta entrada, os explicaré cuál va a ser el futuro de este blog. Y hablaremos de más cosas, de lo que queráis.
Hola, JP... querida, JP Bien, yo también me alegro mucho por Blas y Helena... Han luchado, han sufrido mucho, pero han luchado como los grandes valientes que son... Su gran amor ha podido con todo obstáculo... Han vencido, son felices y serán felices A mí también me han dado pena Nico, Nat y Bibi... Creo que Bibi no debería haberse casado con Nico... Ella sabía que Nico ama a Nat También creo que a Nico y a Nat les ha vencido el dolor y el orgullo... No serán completamente felices y no podrán olvidarse. Pero es que, en la vida real, todos los amores no triunfan... Aquí tampoco ha podido ser. Ha sido genial que seas lectora de El Clan Teodoro-Palacios... Los protagonistas de esta novela te recordarán siempre... y debes saber que a una de las personas que irá dedicada la entrada especial que pienso publicar eres tú. Recibo tu beso y te mando otro con mucho cariño.
Hola Mela, no es sorpresa que Blas se quede con Helena. Está loco por ella. Nicolás no parece hijo de Blas y Helena. Por qué se casa con Bibiana si quiere a Natalia? Felicidades por la novela y gracias por dejar que comente. Saludos.
Hola, Carlos Te aseguro que Nico es hijo de Blas y Helena. Bueno, no sé si voy a contestar muy bien a tu pregunta. Todos cometemos errores... y Nico no es una excepción. Lo cierto es que me lo pusiste muy difícil como para que no te permitiera comentar... En este caso, vamos a dejar el pasado en el pasado. Gracias por tu felicitación. Saludos
Nico se parece a su madre, el orgullo es su peor enemigo. No esperaba que se casará con Bibiana por nada del mundo, creo que ella se merece a alguien que la quiera de verdad. Quizá algún día, tenerle a su lado no sea suficiente o le resulte demasiado amargo. Natalia y Nico han cometido un error. Patricia y Marcos... Bien. Elena y Blas lo consiguieron y nunca tuve claro que ocurriera. La vida continúa... Tiene que ser así, pero me perturba un poco. Una vez que llega el desenlace quisiera que todo siguiese igual que al principio. Es un sabor agridulce el final, pero me alegra un montón que hayas podido superar, remontar y tener el coraje de poner punto final a esta gran historia. Por ello te doy mi enhorabuena. Ha sido un placer leerte... Espero seguir haciéndolo.
Mi querida Nena, mi querida amiga... Gracias por estar en un momento tan importante Y tienes que estar atenta a la entrada especial que haré... Por algo te lo digo ;-) ¿Qué Nico se parece a su madre? Blas te da la razón de inmediato. Helena no, ella afirma que Nico se parece a su padre. Me parece buena noticia que una novela sorprenda y veo que no tenías claro lo que iba a ocurrir entre Nico y Nat... y entre Blas y Helena. Sí, yo también creo que tres personas han cometido un error... Nico, Nat y Bibi. Los dos primeros por dolor y por orgullo... Bibi, por amor... Pero, dime, en la vida real, quién no ha cometido un error trascendente que le va a suponer graves consecuencias. En fin, mejor no me lo digas. Pues yo tenía muy claro desde el principio que el amor de Blas y Helena triunfaría. Te he sabido engañar ;-) La verdad es que yo también noto ese sabor agridulce en el final. Y detesto la frase: "La vida continúa", aunque tenga que ser así. Me ha costado mucho poner el punto final... En ocasiones, llegué a pensar que no podría, que no lo conseguiría... Pero está puesto el punto final. Lo he logrado. "Gran historia"... Gracias por estas dos palabras, Nena... Significan mucho para mí. Siempre ha sido un placer recibirte en este blog en cualquiera de las cuatro estaciones... Tal vez, me sigas leyendo... ¿Quién sabe? ;-) Un abrazo gigante
¡Enhorabuena, Mela! Siempre pensé que no separarías a Blas y a Helena. ¡Felicidades a esta pareja! Lo siento por Nico y Natalia, también por Bibiana. He leído esta novela desde el principio hasta el punto final. Es buenísima. ¡Felicidades a su autora! Beso
¡Hola, Ignacio! Dicen que " piensa mal y acertarás"... A ver, a ver, un momento, en este caso nos has pensado mal y has acertado ;-) Blas y Helena te agradecen tu felicitación. También yo lo siento por Nico, Nat y Bibi... Pero una cosa te voy a decir: Cuando a mí, como lectora, no me ha gustado el final de una novela, he imaginado otro... Lo que quiero decirte es que puedes imaginar, por ejemplo, que Bibi termina enamorándose de otro hombre, y con este hombre conoce el amor verdadero y, entonces, Nico vuela en busca de Nat. La verdad es que has tenido tiempo de leerla de principio a fin. Muchas gracias... Y, por supuesto, te mando un beso
Mi querida Mela, el último capítulo ha sido excelente. Blas y Helena juntos y felices. Han pasado muchas, pero el amor ha triunfado. Es maravilloso como todo el correr de esta apasionante historia, has sabido tenernos expectantes, con momentos de alegría y de tristeza pero siempre entusiasmados por tus letras. Me ha encantado este final el cual nos deja imaginando esa vida de Kavana apacible y bella. Gabriela ha tenido un final acorde. Estoy de acuerdo con Blas. En cuanto a Nico, es la vida misma. Somos seres humanos y los errores pueden presentarse. Admiro tu poder de narración. Siempre te lo he comentado. Eres una genial escritora. Ha sido un placer leerte. Y por supuesto estaré pendiente de tus novedades. Tu don es maravilloso, felicitaciones. Amé la canción de Roberto Carlos. Buscar canciones a tus letras es una labor que se suma a tu profesionalidad. Le has puesto el corazón. Y se ha notado siempre. Beso enorme querida amiga. Espero tu regreso ansiosa.
Mi muy querida Lou... Agradezco mucho tu comentario, nunca imaginarás cuánto... Te confieso que era yo la que lo esperaba, ansiosa... Lo he leído sonriendo de oreja a oreja... Incluso se lo he leído a mi marido, y te aseguro que también ha sonreído... Le ha gustado mucho y le has caído muy bien. Sí, Lou, el amor de Blas y Helena tenía que triunfar... Ninguno de los dos iba a consentir que fuera de otro modo... Han pasado por muchas cosas, eso es cierto, y han luchado como dos grandes valientes. Reconozco que quien más ha luchado ha sido Blas, pero Helena también. En Kavana están gobernando personas de gran nobleza y honestidad... Por fuerza, la vida de sus habitantes tiene que ser apacible y bella. Me temo que Nico y Nat no han sabido luchar por su amor y, como tú dices, es la vida misma. Yo he tenido la suerte y el placer de que leas y comentes mi novela... Muchas gracias, gran escritora de Buenos Aires. ¡Hay tantas canciones preciosas! Y una de ellas es "Por ella", de Roberto Carlos... Y es la favorita para el Clan. Blas, Helena, Nico, Nat, Paddy y Bibi te dicen: "Hasta siempre, querida Lou. Siempre te recordaremos". Publicaré una entrada especial, no te la pierdas. Por supuesto, tú eres una de las personas a la que va dedicada. En esa entrada también conocerás el futuro de este blog. Te mando un beso gigante que ya viaja a tu encuentro.
Querida amiga, una de las grandes cosas que debo agradecer el comenzar a leerte en este querido blog, es haberte conocido. Es maravilloso saber que ese punto de encuentro es y será la base de esta hermosa amistad. Un lujo tenerte como amiga. En mí siempre vas a encontrar admiración por sobre todas las cosas. Gracias por escribir, gracias por compartirlo, y gracias por ser esa persona maravillosa que estará entre mi amigos para siempre. Besotes enormes para ti y para la familia.
Yo también estoy contenta y agradecida por haberte conocido, Lou. Muy contenta y muy agradecida. Gracias por tu cariño, por tu respeto, por tu amistad... Tú sí que eres digna de admiración: por ser una gran escritora, por tu sensibilidad, por tu saber estar, por esa sencillez que te hace tan grande... Ya quisiera yo parecerme un poco a ti. Besotes enormes, amiga mía.
Hola, Juan... Muchas gracias Yo sí que lo dudé en bastantes ocasiones... pero, bueno, la novela ha llegado a su fin... y eso es lo que importa. Te mando otro beso
Uy, Mela cariño, es una pena el final. Es triste que haya llegado. Nos hemos distraído mucho con la novela, cuesta creer que no publicarás más capítulos. Me ha alegrado mucho que Blas y Helena tengan un final feliz. ¡Menos mal!! Nicolás y Bibiana no serán felices, hay muchos matrimonios así. Mela, cariño, tienes que publicar otra novela. No dejes el blog bonita mía. Mi madre y mis amigas te mandan muchos cariños y desean que publiques otra novela. Ya veremos qué cuentas en la entrada especial. Te queremos mucho bonita mía!!!
Hola, Julia Bueno, algún día tenía que llegar el final... y yo he tardado mucho en llegar al fin debido a las interrupciones tan alargadas que ha habido. De todos modos, es muy normal sentir cierta tristeza... Hemos estado mucho tiempo con los personajes de EL Clan. Blas y Helena también están contentos y felices... Sí, es muy probable que Nico y Bibi no sean muy felices... Sobre todo porque Nico no va a olvidar a Nat, y Bibi se dará cuenta de esto. Pues sí, ya veréis la entrada especial... Allí sabréis el futuro de este blog. Muchas gracias por vuestro cariño que, por supuesto, es correspondido.
Me alegro por Blas y Helena y no me alegro por Nicolas y por Natalia. Nicolas no tenia que casarse con Bibiana porque esta enamorado de otra. En Kavana estaran bien porque los politicos son honrados y no quieren robar. Te aplaudo porque la novela me ha gustado mucho y me gustara que publiques mas. Besos.
Hola, Ramón Yo también me alegro por Blas y Helena... Y lo siento por Nico y Nat... pero es que, en la vida real, no triunfa siempre el amor. De todos modos, puedes imaginar que, pasado un tiempo, Bibi se enamora de otro hombre... Se lo comunica a Nico, se separan y Nico vuela en busca de Nat. Yo, cuando el final de una novela no me gusta, pues imagino otro. Solo hay que tener un alma noble para ser buen político. Muchas gracias, querido Ramón, querido lector. Besos
Me dio alegría por Blas y Helena pero pena por Natalia y Nico y hasta Bibiana Fue genial leer esta novela, Te mando un beso.
ResponderEliminarHola, JP... querida, JP
EliminarBien, yo también me alegro mucho por Blas y Helena... Han luchado, han sufrido mucho, pero han luchado como los grandes valientes que son... Su gran amor ha podido con todo obstáculo... Han vencido, son felices y serán felices
A mí también me han dado pena Nico, Nat y Bibi... Creo que Bibi no debería haberse casado con Nico... Ella sabía que Nico ama a Nat
También creo que a Nico y a Nat les ha vencido el dolor y el orgullo... No serán completamente felices y no podrán olvidarse. Pero es que, en la vida real, todos los amores no triunfan... Aquí tampoco ha podido ser.
Ha sido genial que seas lectora de El Clan Teodoro-Palacios... Los protagonistas de esta novela te recordarán siempre... y debes saber que a una de las personas que irá dedicada la entrada especial que pienso publicar eres tú.
Recibo tu beso y te mando otro con mucho cariño.
Hola Mela, no es sorpresa que Blas se quede con Helena. Está loco por ella. Nicolás no parece hijo de Blas y Helena. Por qué se casa con Bibiana si quiere a Natalia?
ResponderEliminarFelicidades por la novela y gracias por dejar que comente.
Saludos.
Hola, Carlos
EliminarTe aseguro que Nico es hijo de Blas y Helena.
Bueno, no sé si voy a contestar muy bien a tu pregunta. Todos cometemos errores... y Nico no es una excepción.
Lo cierto es que me lo pusiste muy difícil como para que no te permitiera comentar... En este caso, vamos a dejar el pasado en el pasado.
Gracias por tu felicitación.
Saludos
Nico se parece a su madre, el orgullo es su peor enemigo. No esperaba que se casará con Bibiana por nada del mundo, creo que ella se merece a alguien que la quiera de verdad. Quizá algún día, tenerle a su lado no sea suficiente o le resulte demasiado amargo. Natalia y Nico han cometido un error. Patricia y Marcos... Bien. Elena y Blas lo consiguieron y nunca tuve claro que ocurriera. La vida continúa... Tiene que ser así, pero me perturba un poco. Una vez que llega el desenlace quisiera que todo siguiese igual que al principio. Es un sabor agridulce el final, pero me alegra un montón que hayas podido superar, remontar y tener el coraje de poner punto final a esta gran historia. Por ello te doy mi enhorabuena. Ha sido un placer leerte... Espero seguir haciéndolo.
ResponderEliminarMi querida Nena, mi querida amiga... Gracias por estar en un momento tan importante Y tienes que estar atenta a la entrada especial que haré... Por algo te lo digo ;-)
Eliminar¿Qué Nico se parece a su madre? Blas te da la razón de inmediato. Helena no, ella afirma que Nico se parece a su padre.
Me parece buena noticia que una novela sorprenda y veo que no tenías claro lo que iba a ocurrir entre Nico y Nat... y entre Blas y Helena.
Sí, yo también creo que tres personas han cometido un error... Nico, Nat y Bibi. Los dos primeros por dolor y por orgullo... Bibi, por amor... Pero, dime, en la vida real, quién no ha cometido un error trascendente que le va a suponer graves consecuencias. En fin, mejor no me lo digas.
Pues yo tenía muy claro desde el principio que el amor de Blas y Helena triunfaría. Te he sabido engañar ;-)
La verdad es que yo también noto ese sabor agridulce en el final. Y detesto la frase: "La vida continúa", aunque tenga que ser así.
Me ha costado mucho poner el punto final... En ocasiones, llegué a pensar que no podría, que no lo conseguiría... Pero está puesto el punto final. Lo he logrado.
"Gran historia"... Gracias por estas dos palabras, Nena... Significan mucho para mí. Siempre ha sido un placer recibirte en este blog en cualquiera de las cuatro estaciones... Tal vez, me sigas leyendo... ¿Quién sabe? ;-)
Un abrazo gigante
¡Enhorabuena, Mela!
ResponderEliminarSiempre pensé que no separarías a Blas y a Helena. ¡Felicidades a esta pareja!
Lo siento por Nico y Natalia, también por Bibiana.
He leído esta novela desde el principio hasta el punto final. Es buenísima. ¡Felicidades a su autora!
Beso
¡Hola, Ignacio!
EliminarDicen que " piensa mal y acertarás"... A ver, a ver, un momento, en este caso nos has pensado mal y has acertado ;-)
Blas y Helena te agradecen tu felicitación.
También yo lo siento por Nico, Nat y Bibi... Pero una cosa te voy a decir: Cuando a mí, como lectora, no me ha gustado el final de una novela, he imaginado otro... Lo que quiero decirte es que puedes imaginar, por ejemplo, que Bibi termina enamorándose de otro hombre, y con este hombre conoce el amor verdadero y, entonces, Nico vuela en busca de Nat.
La verdad es que has tenido tiempo de leerla de principio a fin.
Muchas gracias... Y, por supuesto, te mando un beso
Mi querida Mela, el último capítulo ha sido excelente. Blas y Helena juntos y felices. Han pasado muchas, pero el amor ha triunfado. Es maravilloso como todo el correr de esta apasionante historia, has sabido tenernos expectantes, con momentos de alegría y de tristeza pero siempre entusiasmados por tus letras. Me ha encantado este final el cual nos deja imaginando esa vida de Kavana apacible y bella. Gabriela ha tenido un final acorde. Estoy de acuerdo con Blas.
ResponderEliminarEn cuanto a Nico, es la vida misma. Somos seres humanos y los errores pueden presentarse. Admiro tu poder de narración. Siempre te lo he comentado. Eres una genial escritora. Ha sido un placer leerte. Y por supuesto estaré pendiente de tus novedades. Tu don es maravilloso, felicitaciones.
Amé la canción de Roberto Carlos. Buscar canciones a tus letras es una labor que se suma a tu profesionalidad. Le has puesto el corazón. Y se ha notado siempre. Beso enorme querida amiga. Espero tu regreso ansiosa.
Mi muy querida Lou... Agradezco mucho tu comentario, nunca imaginarás cuánto... Te confieso que era yo la que lo esperaba, ansiosa... Lo he leído sonriendo de oreja a oreja... Incluso se lo he leído a mi marido, y te aseguro que también ha sonreído... Le ha gustado mucho y le has caído muy bien.
EliminarSí, Lou, el amor de Blas y Helena tenía que triunfar... Ninguno de los dos iba a consentir que fuera de otro modo... Han pasado por muchas cosas, eso es cierto, y han luchado como dos grandes valientes. Reconozco que quien más ha luchado ha sido Blas, pero Helena también.
En Kavana están gobernando personas de gran nobleza y honestidad... Por fuerza, la vida de sus habitantes tiene que ser apacible y bella.
Me temo que Nico y Nat no han sabido luchar por su amor y, como tú dices, es la vida misma.
Yo he tenido la suerte y el placer de que leas y comentes mi novela... Muchas gracias, gran escritora de Buenos Aires.
¡Hay tantas canciones preciosas! Y una de ellas es "Por ella", de Roberto Carlos... Y es la favorita para el Clan.
Blas, Helena, Nico, Nat, Paddy y Bibi te dicen: "Hasta siempre, querida Lou. Siempre te recordaremos".
Publicaré una entrada especial, no te la pierdas. Por supuesto, tú eres una de las personas a la que va dedicada. En esa entrada también conocerás el futuro de este blog.
Te mando un beso gigante que ya viaja a tu encuentro.
Querida amiga, una de las grandes cosas que debo agradecer el comenzar a leerte en este querido blog, es haberte conocido. Es maravilloso saber que ese punto de encuentro es y será la base de esta hermosa amistad. Un lujo tenerte como amiga. En mí siempre vas a encontrar admiración por sobre todas las cosas. Gracias por escribir, gracias por compartirlo, y gracias por ser esa persona maravillosa que estará entre mi amigos para siempre. Besotes enormes para ti y para la familia.
EliminarYo también estoy contenta y agradecida por haberte conocido, Lou. Muy contenta y muy agradecida.
EliminarGracias por tu cariño, por tu respeto, por tu amistad... Tú sí que eres digna de admiración: por ser una gran escritora, por tu sensibilidad, por tu saber estar, por esa sencillez que te hace tan grande... Ya quisiera yo parecerme un poco a ti.
Besotes enormes, amiga mía.
¡Enhorabuena hada escribiente! Nunca dudé que llevarías esta novela a buen puerto a pesar de las dificultades. ¡Felicidades!
ResponderEliminarUn beso.
Hola, Juan... Muchas gracias
EliminarYo sí que lo dudé en bastantes ocasiones... pero, bueno, la novela ha llegado a su fin... y eso es lo que importa.
Te mando otro beso
Uy, Mela cariño, es una pena el final. Es triste que haya llegado. Nos hemos distraído mucho con la novela, cuesta creer que no publicarás más capítulos. Me ha alegrado mucho que Blas y Helena tengan un final feliz. ¡Menos mal!!
ResponderEliminarNicolás y Bibiana no serán felices, hay muchos matrimonios así. Mela, cariño, tienes que publicar otra novela. No dejes el blog bonita mía. Mi madre y mis amigas te mandan muchos cariños y desean que publiques otra novela. Ya veremos qué cuentas en la entrada especial.
Te queremos mucho bonita mía!!!
Hola, Julia
EliminarBueno, algún día tenía que llegar el final... y yo he tardado mucho en llegar al fin debido a las interrupciones tan alargadas que ha habido.
De todos modos, es muy normal sentir cierta tristeza... Hemos estado mucho tiempo con los personajes de EL Clan.
Blas y Helena también están contentos y felices... Sí, es muy probable que Nico y Bibi no sean muy felices... Sobre todo porque Nico no va a olvidar a Nat, y Bibi se dará cuenta de esto.
Pues sí, ya veréis la entrada especial... Allí sabréis el futuro de este blog.
Muchas gracias por vuestro cariño que, por supuesto, es correspondido.
Me alegro por Blas y Helena y no me alegro por Nicolas y por Natalia. Nicolas no tenia que casarse con Bibiana porque esta enamorado de otra. En Kavana estaran bien porque los politicos son honrados y no quieren robar. Te aplaudo porque la novela me ha gustado mucho y me gustara que publiques mas. Besos.
ResponderEliminarHola, Ramón
EliminarYo también me alegro por Blas y Helena... Y lo siento por Nico y Nat... pero es que, en la vida real, no triunfa siempre el amor.
De todos modos, puedes imaginar que, pasado un tiempo, Bibi se enamora de otro hombre... Se lo comunica a Nico, se separan y Nico vuela en busca de Nat. Yo, cuando el final de una novela no me gusta, pues imagino otro.
Solo hay que tener un alma noble para ser buen político.
Muchas gracias, querido Ramón, querido lector.
Besos