CAPÍTULO 145
CIEN SIGLOS DE PERDÓN
M
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atilde entró en
la habitación de Helena cuando ya la tormenta se había desatado en Markalo.
Fogonazos de
luces rasgaban un cielo cargado de nubarrones oscuros, y estrepitosos truenos
sacudían a ese mismo cielo.
Llovía a
torrentes. Millares de gotas de agua acribillaban los cristales, con furia,
pretendiendo punzar el vidrio. Derrotadas, se deslizaban tras su empeño sin
éxito. Les seguían otras.
—Mal día para salir de compras
—dijo Matilde sorprendiendo a Helena, que no se había percatado de su llegada.
De inmediato, ocultó la foto de Blas bajo la sábana.
Matilde no
comentó nada al respecto, fingió no haberse dado cuenta.
—La verdad es que no me apetece
acompañaros, y no es porque llueva. Me gusta la lluvia, pero detesto ir de
compras. Podéis ir tú y Paddy —repuso Helena.
—¿Vas a contarme por qué hemos
salido a toda prisa de Aránzazu? ¿Por qué ni siquiera has visto a Nico?
—preguntó Matilde sin rodeos.
Un gesto en el
rostro de Helena expresó, sin palabras, el malestar que le provocaron las
preguntas de su amiga. Un trueno ensordecedor estalló en el exterior de la
habitación.
—¿Cómo es posible que tenga que
explicártelo? ¿Cómo es posible que no lo entiendas? —replicó, molesta— Elisa ha
muerto, la mató Álvaro Artiach. Yo estaba allí, yo lo vi. Jamás debí ir a casa
de Blas, debí pensar, debí avisar a mi padre. ¡Ha muerto por mi culpa! Se iba a
casar con Blas. ¿Has olvidado que se iban a casar? ¿Has olvidado que compartían
casa y cama? Yo pensaba que solo compartían casa en épocas de vacaciones, pero
no... también compartían cama.
Quizás Blas
piensa que yo me alegro de su muerte, y no es cierto. No quiero volver a ver a
Blas, nunca le perdonaré que haya compartido cama con otra mujer. Eso no.
Todo lo dicho
por Helena no convenció a Matilde, pero Helena estaba obcecada y era
materialmente imposible hacerla entrar en razón en aquel momento. Quizás en el
valle podrían conversar con la tranquilidad y el sosiego necesarios.
—¿Y Nico, qué me dices de tu hijo?
Helena suspiró,
cansada.
—El primer día de clase, en el
instituto, pedí a Paula que les dijera a los alumnos que hicieran una redacción
sobre sus madres —recordó con dolor—. Nico escribió que su madre lo abandonó
cuando tenía tres años, no podía recordarla, y no quería imaginar ni pensar
nada sobre ella porque le daba igual.
Nico es feliz
con Blas, y con Blas va a seguir. A mí no me quiere, a mí no me necesita.
No quiero seguir hablando sobre esto.
No quiero seguir hablando sobre esto.
¿Crees que
estará lloviendo en Aránzazu?
∎∎∎
En Aránzazu no
llovía. Sin embargo, también se había desatado una feroz tormenta en la
habitación del hospital donde estaba ingresado Nicolás. No era una tormenta de
agua, no era una tormenta eléctrica, era una tormenta de palabras tan ruidosas
que reventaban como truenos.
Nicolás estaba
ansioso, deseaba salir cuanto antes en busca de Helena; y Blas se negaba
alegando que debía permanecer un mes en el hospital.
La señora Sales
se vio incapaz de sofocar la airada discusión entre padre e hijo.
—¡Tenemos que ir a raptarla! ¡No
podemos perder el tiempo! —gritó Nicolás, excitado.
—Nico, los médicos me han dicho que
lo más prudente, después de lo que te ha pasado, es que permanezcas un mes en
el hospital. Tienen que observar tu evolución.
—¡No me importa lo que digan los médicos! ¡Yo me encuentro bien! Pediré el alta, tú también la pediste cuando
estuviste en el hospital. Me acuerdo muy bien.
—Me alegra que tengas tan buena
memoria. Es cierto, la pedí, pero es que da la casualidad que soy mayor de
edad. Soy un hombre adulto responsable de mis actos, pero tú eres un crío de
quince años. Nadie te dará el alta sin mi consentimiento y no pienso consentir.
—¡No estaré un mes aquí! ¡No
estaré! —vociferó Nicolás, embravecido— Un mes es mucho tiempo. Ahora
sabemos que mi madre está en Markalo, pero se puede marchar y volver a
desaparecer. ¿Quieres que pase eso?
—Por supuesto que no, no quiero que pase
y no pasará. Ahora sé cosas, dispongo de una información que antes no tenía. Tu
madre no volverá a desaparecer, te lo aseguro.
También te
aseguro que tú no la quieres más que yo, ni tampoco tienes más ganas que yo de
volverla a ver.
Y está bien, no
estarás un mes. Quince días.
—Una semana. Ni un día más o me
escaparé —amenazó Nicolás.
Blas se rió
forzado, se rió nervioso.
—Eres igualito que tu madre.
Igualito.
La señora Sales
sonrió puesto que sabía cuánto le gustaba a Blas que Nicolás se pareciera a
Helena.
—Una semana —repitió el chiquillo.
—Está bien, una semana.
—¿Me lo prometes?
—¿Es necesario?
Nicolás asintió
con la cabeza.
—Muy bien, te lo prometo, aunque no
sé si tendré tiempo de conseguir lo que quiero.
—¿Qué es lo que quieres? —indagó
Nicolás con curiosidad.
—Quería volver a regalarle a tu
madre el vestido que le regalé un día, hace doce años, y que ella ha quemado en
uno de sus arrebatos.
Nicolás vio como
los ojos de su padre brillaban ilusionados.
—¡Me parece un detalle fantástico,
una idea genial! —exclamó contento y emocionado. Y sonrió, y aparecieron en sus
mejillas los hoyuelos que tanto gustaban a Blas. Y los ojos de Blas brillaron
mucho más.
—A mí no me parece una idea genial.
Blas, ¿de verdad crees que Helena merece eso? Yo no lo creo.
Blas, Nicolás y
Emilia miraron hacia la puerta. Estela y Gabriela habían entrado sin que ellos se dieran cuenta, y era Gabriela
quien terminaba de dar su opinión.
Otra tormenta de
palabras, mucho más dañina que la anterior, amenazaba con anegar la habitación.
∎∎∎
En Markalo
continuaba lloviendo.
Jaime Palacios,
Helena, Matilde y Patricia estaban sentados alrededor de una mesa redonda,
grande y pesada. Un mantel blanco la cubría acompañado de servilletas de un
blanco tan inmaculado como el mantel.
Patricia buscó una
mancha o una arruga, pero ninguna tara encontró.
La muchacha se
sentía dichosa, feliz, guapa. Se había puesto un vestido de cuando Helena era
una jovencita. La elección no fue sencilla entre decenas de vestidos preciosos.
Y en cuanto se miró en un espejo ya no tenía duda de que era la princesa de un
palacio. O tal vez la reina.
La abundancia de
comida en la mesa era casi escandalosa.
Maura, la
cocinera, no había permitido que ninguna de sus dos ayudantes fuera al salón.
Le correspondía estar a ella y allí estaba; orgullosa, erguida. Quería
presenciar con sus propios ojos como se deleitaban con los manjares que había
preparado con gran esmero.
Esperaba que el
señor Palacios la felicitara como siempre lo hacía; aunque haciendo honor a la
verdad, también recelaba.
Conocía a
Helena, sabía que no gozaba con el placer de la comida, y que era incapaz de
apreciar su buena mano en la cocina.
Patricia creyó
que podría quedarse dormida en su silla de patas torneadas con un tapizado muy
mullido y de cómodo y alto respaldo. A continuación, admiró la lámpara de araña
que iluminaba la estancia. Tenía múltiples brazos adornados con numerosos
colgantes de cristal. La lámpara era fastuosa e irradiaba majestuosidad.
Las paredes
relucían trajeadas con un papel pintado con flores que rompía con la oscuridad
de los colores caoba de la madera de los muebles.
Había grandes
jarrones y un baúl antiguo.
Patricia observó
las patas de un sofá, eran semejantes a garras de animales.
A continuación,
su atención fue absorbida por un cuadro donde estaba retratada una niña
leyendo. Aquella niña era la viva imagen de Helena.
¡Cuánto le gustaría que un pintor de renombre
la tomara a ella como modelo!
En la chimenea,
un fuego muy vivo calentaba un salón que Patricia hubiera definido en tres
palabras. Romántico, refinado y elegante.
Lo que ignoraba
Patricia es que aquel no era el salón principal de la mansión.
—Paddy, ¿no tienes apetito? —le
preguntó Helena— Aunque no me extraña que así sea. ¡Con tanta comida sobre la
mesa es difícil saber por donde empezar!
Maura frunció
los labios, agraviada por el comentario de Helena.
—Se empieza por una cosa y se sigue
por otra —dijo el señor Palacios dejando a un lado el periódico que estaba
hojeando—. Y no te preocupes por los demás, tú tampoco has empezado a comer
nada.
—Creía que estabas leyendo el
periódico —respondió Helena cogiendo de un cestillo de plata unas cerezas de aspecto muy
sabroso.
Patricia pensó
que Helena tenía razón, era difícil elegir qué comer en primer lugar. ¡Se veía todo tan exquisito! Se decidió
por probar una tostada untada con tomate y con unas finas lonchas de jamón
encima. El pan, recién horneado, aún estaba caliente y ¡qué sabor tan delicioso tenían tomate y jamón!
—A pesar de ser hombre puedo hacer
dos cosas a la vez. Leer el periódico y saber que no habías empezado a
desayunar —replicó el señor Palacios a su hija—. También sé que Blas Teodoro es
un asesino, digno hijo de un dictador. Digno hijo de Arturo Corona. De tal
palo...
—Te ruego que no sigas, papá —le
interrumpió Helena, alterada—. Blas puede ser muchas cosas, pero no es un
asesino. Recuerda que tú también querías matar a Álvaro Artiach. ¡Ese hombre
era un monstruo!
Por otra parte,
si a quien roba a un ladrón se le otorga cien años de perdón, es más justo
reconocerle cien siglos de perdón a quien mata a un asesino.
—¿Blas mató a Álvaro Artiach?
—preguntó Patricia. Nadie le contestó, y añadió— También debería haber matado a
Ismael Cuesta.
—Lo ha hecho —afirmó el señor
Palacios—, y también le disparó a bocajarro a un hombre que estaba maniatado.
Matilde suspiró,
consternada. Maura se santiguó.
—Ya deja de inventar barbaridades,
papá —pidió Helena.
—Eres tú quien ha inventado los
cien siglos de perdón. Yo todavía no he inventado nada. Todo lo que he dicho es
cierto.
—¡No puedo más! —exclamó Helena
sintiéndose realmente indispuesta— ¡Quiero irme al valle ya!
—Helena, está lloviendo a mares.
Tendrás que esperar.
—Como si llueven océanos. ¡No
esperaré! —aseguró levantándose, y saliendo muy rápida del salón.
—Todo esto es culpa tuya —acusó
Jaime Palacios a Matilde—. Absolutamente tuya.
—Yo no me quiero ir al valle —dijo
Patricia—, quiero quedarme aquí.
El señor
Palacios la miró con severidad.
—Te seré muy franco, me importa muy
poco lo que tú quieras, no me importa nada —espetó, enojado. Y también se
marchó del salón tras los pasos de Helena.
Maura regresó a
la cocina decepcionada y sombría. Jaime Palacios no la había felicitado como
hacía siempre, y el desayuno había sido un auténtico desastre. Y de aquella
calamidad la única responsable era Helena. ¡Deseaba
que se fuera cuanto antes!
Matilde vio la
cara de desaliento de Patricia e intentó reconfortarla.
—Sigue desayunando y no te
preocupes por nada.
—El padre de Helena me da miedo
—masculló la niña, compungida.
Matilde le pasó
un brazo por los hombros.
—No le tengas miedo —le dijo—.
Jaime Palacios puede parecerte feroz,
brusco, maleducado... pero solo es un hombre muy preocupado por su hija. Él
nunca te haría daño, Paddy.
Págs. 1175-1183
Hoy dejo una canción de Juan Pardo... "Sin ti"
Págs. 1175-1183
Hoy dejo una canción de Juan Pardo... "Sin ti"
HOLA MELA,SIN HELENA HEMOS ESTADO MESES,MO COMENTO CANCIONES,LOS CIEN SIGLOS DE PERDON ES COSA DE HELENA,JAIME OALACIOS HA DICHO VERDADES CATEDRALES,ESTA LLOVIENDO HELENA NO PUEDE IR AL VALLE,QUIEN LA ACOMPAÑARA,NO PUEDE IR SOLA,ME ALEGRA QUE HAYAS PUBLICADO,
ResponderEliminarSALUDOS MIOS,
Hola, Carlos... Bueno, alguien inventó los cien años de perdón... Helena ha inventado los cien siglos
EliminarPues ya veremos si Helena va sola o acompañada
Yo también me alegro de haber publicado
Saludos
HOLA MELA GABRIELA HA VUELTO,BLAS SE QUEDA CON ELLA Y HELENA SE QUEDA EN EL VALLE,ESE ES EL FINAL DE LA NOVELA,
EliminarSALUDOS MIOS,
Sí, podría ser el final... espero que entiendas que no te voy a decir si has acertado o si estás muy equivocado
EliminarSaludos
Uy ojala Blas encuentre a Helena y se reconcilien. Genial capítulo extrañaba leerte.
ResponderEliminarHola, JP... Blas y Helena te agradecen tus buenos deseos
EliminarYo también extrañaba publicar
Gracias
Besos
Holaaaaaaa, he leído que llueven mares y que pueden llover océanos. Aquí se presenta la pirata más terrible de toodooossss los mares y océanos!!!!! Tenía ganas de estrenarme en tu blog!!! Te gusta mi nueva imagen??? Volveréeeeeeeee!!!! Tenemos que parlamentar con tranquilidad y sosiego como dice Matilde!!!!
ResponderEliminarBesoteeeeeessssss!!!!!
Hola, Merche... Pues ya te has estrenado
EliminarSí, me gusta tu nueva imagen
Tener una conversación tranquila y sosegada tú y yo sería pedir un milagro... y yo he dejado de perder el tiempo
Besotes
Eso es porque tú nunca estás tranquila y sosegada!!! Ahhh, otra cosa, como el pobre Blas rapte a Helena, Blas es hombre muerto. Lo mata y remata Jaime Palacios!!!
EliminarBueno, pues ya veremos si Blas rapta a Helena... o decide raptar a Jaime Palacios
EliminarCómo se pondría Jaime Palacios!!!!! Jajajajajajajajajajaj. Sabes una cosita que me ha encantado de este capi??? Cuando Blas le ha dicho a Nico que él quiere más a Helena y que tiene más ganas de volver a verla!!!
EliminarBuenas noches!!!!!
Bueno, yo creo que Blas ha intentado que Nico entienda que él también está ansioso
EliminarBuenas noches
Mela cariño mío qué alegría!!!! Has tardado mucho en publicar y no has dicho cuándo vuelves!!!
ResponderEliminarAy qué ganas tengo de que Blas rapte a Helena, ay qué gracia de hombre!!!! Un detallazo que quiera regalarle el vestido que Helena quemó!!! Qué ha escuchado Gabriela?? Eso no lo he entendido bien. A mi madre le ha encantado el capítulo, le encanta Nico aunque dice que es bastante maleducado. Ay qué gracia!!!! Mis amigas también están deseando que Blas rapte a Helena!!!! Tiene que raptarla bonita mía!!!! La canción me encanta, qué potencia de voz cuando grita sin ti!!!!
Besitos!!!!
Hola, Julia... Yo también me alegro de haber publicado, me ha sido imposible hacerlo antes
EliminarNo he dicho cuando vuelvo a publicar porque no quiero dar una fecha... y luego no cumplirla por el motivo que sea
Me queda muy claro que tus amigas y tú queréis lo mismo que Nico... que Blas rapte a Helena... ya veremos si eso sucede
Sí, es todo un detalle que Blas quiera volver a regalarle el vestido
Pues precisamente Gabriela ha escuchado eso... ha escuchado que Blas quiere regalarle el vestido que ella quemó, no ha escuchado nada más
Me alegra que a tu madre le haya encantado el capítulo... y bueno, si ella piensa que Nico es maleducado... pues es su opinión, y la respeto
Es una muy buena canción, me alegra que te haya encantado
Besitos
Mela cariño mío!!! Es increíble que el Barça no haya ganado la Copa del Rey, no me lo puedo creer, ya fue muy increíble lo que le pasó en la Champions!!! Ay qué gracia de equipo!!!
EliminarNo he ido a votar, no conecto con la política actual.
Sabes ya cuándo vas a volver a publicar?? Ay tenemos ganas de leer otro capítulo!!!
Besitos bonita mía!!!
Julia, puede parecer increíble... pero es lo que ha sucedido... bueno, yo tampoco le doy mayor importancia
EliminarPase lo que pase... para mí, el Barça, siempre será el mejor
Bueno, yo sí fui a votar, a pesar de ser bastante apolítica
Lo antes que pueda, Julia... Te aseguro que lo antes que pueda
Besitos
Hola Mela, ya extrañaba leerte!
ResponderEliminarYay, pobre Helena, ese sentimiento de culpa tardará un rato en disolverse. Que me satisface saber que Nico está emocionadisimo por ir en busca de su madre, ay si Helena lo supiera!! Y qué se traerá la Gabriela? Dios, pero que inquisitivo está el señor Palacios, y vaya escena justo al comenzar la cena. Qué le deparará a Helena en se viaje, si está lloviendo, pobre Maura y ella se quedó esperando que la felicitaran. Con esos problemas familiares, quien le pondra atencion a la pobre cocinera. Genial capitulo!
Linda cancion no la conocía.
Un abrazo
Hola, Yessy... Lo cierto es que yo también echaba de menos publicar
EliminarSí, que Álvaro matara a Elisa es algo que Helena no se perdona... se siente culpable por no proceder de otro modo
Supongo que si Helena supiera lo emocionado que está Nico, también ella se emocionaría
Gabriela y Estela, su madre, son personajes de la primera parte de la novela... creo que entonces tú no comentabas... pero estoy segura de que acabarás por entenderlo todo
Por lo pronto, pues está claro que a Gabriela no le parece una idea genial que Blas le regale el vestido a Helena
Era un desayuno, y Jaime Palacios está bastante nervioso... sabe algo que no le gusta en absoluto... sabe que su hija quiere a Blas
Bueno, pues ya veremos qué sucede en ese viaje... porque, aunque lluevan océanos, Helena quiere irse al valle
Pues sí, la verdad es que Maura se ha enojado bastante
Sí, es linda... me alegra que ahora la conozcas
Un abrazo
Hola Mela, cómo te echaba de menos! Este capítulo se pasa de bueno, es una pasada.
ResponderEliminarHelena debe ser una de las pocas mujeres que detesta ir de compras:)
Blas tiene razón, Nico se parece a Helena. Los dos son apasionados, viscerales. Me pregunto cómo será el salón principal. ¿Cómo sabe Jaime Palacios que Blas mató a Ismael Cuesta y a Matías?
La canción, ma-ra-vi-llo-sa,
Un beso.
Hola, Juan... Yo también echaba de menos publicar... Gracias
EliminarBueno, a muchas mujeres les gusta ir de compras... a otras no tanto
Sí, Nico y Helena tienen un carácter parecido... Lo piensa Blas, y yo también
Es que el salón principal no ha salido... pero te puedo decir que predominaría el brillante destellante, y el color oro... Las paredes de un rojo intenso que combinaría con el negro y dorado de los muebles... Creo que el resultado sería absolutamente seductor y fascinante
Esa es una buena pregunta, porque Jaime se marchó cuando Blas mató a Álvaro Artiach... alguien se lo ha dicho... ya sabrás quien ha sido
Me alegra que te haya gustado
Un beso
El desayuno ha sido un desastre pero Maura le echa la culpa a quien no la tiene y Jaime Palacios le echa la culpa a Matilde y tampoco tiene culpa.El tiene la culpa por decir que Blas es un asesino,tenia que haber callado y esperar a desayunar.Me ha gustado mucho.Besos.
ResponderEliminarHola, Ramón... Bueno, yo creo que Maura jamás le echaría la culpa a Jaime Palacios... entonces, se la echa a Helena
EliminarY Jaime Palacios jamás le echaría la culpa a su hija... entonces, se la echa a Matilde
Es cierto que el desayuno ha sido un desastre... y sí, yo también creo que el culpable ha sido Jaime Palacios
Gracias
Besos
¡Hola Mela! Una alegría enorme leerte. Gracias por este nuevo capítulo.
ResponderEliminarHelena sufre por sentir culpa y creo que extraña a su hijo y a Blas, aunque esté enojada por algo del pasado con otra mujer.
El señor Palacios a veces me disgusta pero se que debo situarme en tiempo y lugar, no es lo mismo un padre en el 2019.
Patricia sigue admirando la abundancia y riqueza, veremos si consigue darse cuenta de otros valores. Seguro que fue por la vida que sufrió. Dicho sea de paso, la descripción del lugar fue perfecta, estuve sentada en esa mesa gracias a ti.
En cuanto a Nico sabes que es mi debilidad, así que por más que se haya enojado e impuesto, es un joven común y corriente y lo sabes delinear muy bien.
Creo que desee que Blas y Helena estén juntos tu ya lo imaginas, pero el amor no siempre es un camino de rosas. Escribir sobre las emociones humanas no es tan fácil pero como siempre tú lo haces a la perfección. Gracias nuevamente por compartir tu talento. Un beso enorme y esperaré paciente el próximo capi. Bello fin de semana cariño.
¡Hola, Lou!
EliminarTambién es una alegría para mí haber publicado... Gracias a ti
Crees bien; Helena se siente culpable, y extraña a Blas y a Nico... La mujer del pasado es Elisa... Elisa dijo que compartía casa y cama con Blas... y eso ya es algo muy grave
Pues te equivocas... la novela es actual... Recuerda que a Nico le encanta jugar al fútbol, y habló de Leo Messi... Lo que quiero decir es que Jaime Palacios es un padre del siglo XXI
Patricia se ha recuperado muy pronto de la experiencia tan horrorosa que ha vivido, demasiado pronto... A lo único que ella le da importancia es al lujo, y en la mansión de Jaime Palacios hay mucho
Sí, su forma de ser está relacionada con sus vivencias con su madre
Bueno, pues ya que estuviste, espero que tú sí pudieras desayunar ;-)
Nico te manda un abrazo... Yo creo que su alteración es lógica, está ansioso... quiere ir a por Helena
Es de lo más normal que desees que Blas y Helena estén juntos, por supuesto que lo imagino
No, no siempre es un camino de rosas... ya me he dado cuenta de eso
Gracias por tu paciencia, Lou... El próximo capítulo saldrá lo antes que pueda... todos sabemos que muchas veces no podemos hacer lo que realmente queremos
Gracias por leer mi novela, y por tus cariñosos comentarios
Un beso enorme
¡Hola Mela! Tienes razón con el comentario de Leo Messi. Lo había olvidado. Y en cuanto a mi paciencia, vale la pena la espera. Aprovecho a comentarte sobre la canción. Me ha gustado mucho. Siempre hago lo mismo, quiero contarte sobre la emoción de leer las escenas y olvido mencionar el video. Para la próxima será lo primero que comentaré. Un beso grande reina, y felicitaciones otra vez.
Eliminar¡Hola, Lou!
EliminarA ver si la próxima vez comentas la canción, y olvidas el capítulo ;-)
Sí, quise hacerle un pequeño guiño al Barça
Pero la gran verdad es que Jaime Palacios es totalmente un hombre del siglo XXI... es mi padre quien me inspira a este personaje
Me alegra que te guste la canción... a pesar de que se te olvidó decírmelo, yo estaba segura de que te había gustado
Un día dijiste que tus lectores éramos seres de luz... yo creo que ese ser de luz eres tú... Eres un cielo, Lou
¡Un beso más grande!
Muchas gracias Mela, que tengas feliz semana.
Eliminar¡Feliz semana, Lou!
EliminarHola Mela, la verdad es que después de tanto tiempo sin noticias de tus personajes, el capítulo me ha sabido a poco, se me ha hecho corto.
ResponderEliminarNico ha vuelto. Se queja de que su padre siempre quiere mandar, pero a él le ocurre lo mismo. Quizá no solo tiene cosas en común con su madre.
Es comprensible el malestar de Helena con respecto a lo ocurrido con Elisa, pero creo que es demasiado dura consigo misma. Por otra parte, también lo es con Blas en lo que respecta a la relación que supone que ambos, él y Elisa, mantenían. Y excusarse por no ir a ver a Nico diciendo que no la quiere y no la necesita, basándose en una redacción que el chico escribió, con toda su razón, no es muy humilde, teniendo en cuenta lo vivido posteriormente. Pienso que Helena se está victimizando y atiende exclusivamente a sus sentimientos ignorando los de los demás.
Paddy absolutamente cegada por el lujo que nunca ha tenido ni esperaba tener. Maura a lo suyo, pobre mujer agraviada. J.Palacios enrocado en su postura... Y Estela y Gabriela entrando en acción... Todo el mundo opina y, al final, uno debe hacer lo que le dicta el corazón. Equivocado o no.
A ver si nos enteramos pronto.
La canción es una de mis preferidas del amigo Juan.
Un beso
Hola, Nena... La verdad es que mis capítulos siempre son cortos, y siempre es una buena noticia que sepan a poco
EliminarSeguro que no, seguro que Nico también tiene cosas en común con su padre... Helena te diría que Nico se parece a Blas
Bueno, cada persona es un mundo... y cada persona le da importancia a lo que se la da... Helena no tiene nada que perdonarle a Blas... pero jamás aceptará que Blas se haya acostado con Elisa
Vamos a ver, pensar que alguien que tú quieres no te necesita es muy duro y doloroso... la reacción es clara, eres consciente de que estás de más... y es lógico que te apartes o te vayas
Pues tú lo acabas de decir... Equivocado o no, todo el mundo debe hacer lo que le dicta el corazón... aunque yo creo que el corazón no se equivoca nunca, es la mente la que se equivoca
Puedes estar segura de que publicaré el siguiente capítulo lo antes que pueda
No me extraña, es una canción sensacional
Un beso
¿Valorará Helena el regalo de Blas o lo volverá a quemar? No me vas a contestar!
ResponderEliminarBso
Hola, Ignacio... Es que me estás preguntando sobre algo que no ha sucedido
EliminarSuponiendo que Blas consiga ese vestido, tenemos que tener en cuenta que no es un vestido cualquiera... pero bueno, vamos a suponer que lo consigue... y que se lo regala a Helena
Yo creo que Helena lo valoraría... y dudo que volviera a quemarlo
Besos
Me gustaba que volvieran a salir Francisco, Estela y Gabriela, pero Gabriela me ha decepcionado. Espero que no se transforme en otra Elisa, aunque creo que Blas y Nico tienen clarísimo lo que quieren.
ResponderEliminar¡¡Qué pena de desayuno en un salón tan exquisito!!
Doy por hecho que se van al valle. Creo que Matilde, como buenísima amiga, ayudará a Helena.
Tengo la impresión de que Helena está muy perdida en un mar de dolor y confusión. Como buena nadadora no puede ahogarse, tiene que salir a la orilla.
Por cierto, Helena ha defendido muy bien a Blas con los cien siglos de perdón:)
Pilar.
Hola, Pilar... Entiendo que te guste que vuelvan a salir; Francisco, Estela y Gabriela fueron muy buenos personajes de la primera parte
EliminarPues sí, yo también creo que Blas y Nico tienen muy claro lo que quieren
Creo que quien más ha lamentado que discutan y no desayunen ha sido Maura
La intención de Helena es ir al valle... ya veremos
Sí, Matilde es ese tesoro que Helena tiene la suerte de tener
No recuerdo haber dicho que Helena sea una excelente nadadora... vale, he entendido lo que me quieres decir
Me alegra que te haya gustado la defensa de Helena hacia Blas
Besos