CAPÍTULO 37
BLAS SE SIENTE CULPABLE
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las y Francisco entraron
a villa de Luna por el garaje. Dejaron el hacha y la escopeta en un cuartito del mismo. Seguidamente pasaron al ancho pasillo y posteriormente al salón.
Las mujeres, las niñas y
Nicolás estaban comiendo, sentados alrededor de la mesa alargada. La señora Emilia
se levantó de su confortable silla con reposabrazos en cuanto entraron los dos
hombres.
—¿Qué ha ocurrido? —preguntó,
inquieta.
—Nada, mamá —respondió su hijo con
voz apagada—. Salvador Márquez no está, se ha ido de madrugada.
—Mejor así —opinó Elisa, que ya estaba
enterada de todas las barbaridades de las que el individuo era el autor—. No sé
qué le hubieras hecho a ese hombre si lo llegas a ver —añadió, mirando a Blas—. ¡Quién iba a pensar mal del marido de Gabriela!
—Francisco se queda a comer —anunció
el joven—. Marina y los niños aún no han regresado de Puerto Llano. Voy a ducharme y a
cambiarme de ropa.
Nicolás
contemplaba, muy interesado, los macarrones de su plato. En ningún momento
levantó la mirada y hasta comenzó a comer como si tuviera gran apetito. Su
tutor se fijó en él.
—Nico, aunque termines de comer no te levantes de la silla —le indicó fríamente.
—Nico, aunque termines de comer no te levantes de la silla —le indicó fríamente.
El muchacho
asintió sin apartar la vista de su comida. El señor Teodoro se marchó del
salón. La señora Emilia se ocupó de colocar otro servicio para el señor
Francisco.
—Sírvete lo que desees —invitó al
hombre. Este se llenó el plato hasta los bordes.
—Estos macarrones tienen un aspecto
excelente —declaró, sintiéndose hambriento. Poco después, llenó su copa de
vino tinto.
Nicolás se
encontraba seriamente preocupado. Creía que Blas no le iba a permitir salir de
casa aquella tarde y él necesitaba salir.
Debía cavar una fosa cuanto antes y deshacerse del cuerpo de Salvador Márquez
para terminar con tamaña pesadilla.
—Emilia —murmuró, mirando a su
compañera de mesa—, yo he estado castigado toda la mañana. Dile a Blas que me
deje salir esta tarde. Tú lo puedes convencer.
A pesar de que
Nicolás había hablado bajito, el señor Francisco lo escuchó con claridad.
—¡Cállate,
muchacho alocado! —bramó el adulto,
con el rostro enrojecido, bien por el enojo o bien por la comida y el vino que
estaba tomando— ¡No intentes aprovechar que Blas no está presente para
convencer a su madre de nada! ¡Come y mantente en silencio! ¡Es vergonzoso que nos hayáis ocultado las fechorías de semejante energúmeno!
El chiquillo
le lanzó una mirada rabiosa, pero se contuvo y no le contestó. Sabía muy bien
que tanto el señor Francisco como sus dos hijos eran unos grandes chivatos. No le convenía enfurecer a su tutor más de lo que ya debía estar.
Seguidamente,
el señor Francisco la emprendió con Sandra.
—¡A ti debería caerte la cara de
vergüenza al suelo! —le dijo con severidad—. ¡Es el colmo que te dejaras manipular
por esta pandilla de necios y nos engañaras a Blas y a mí!
La joven
continuó comiendo en silencio.
—¡Nosotros no te convencimos de nada,
Sandra! —exclamó Nicolás, alterado—. ¡Fue idea tuya! No seas tan cobarde y
confiesa la verdad.
El señor Teodoro no tardó
en regresar al salón, halló a los chiquillos y a Sandra
discutiendo ferozmente. Ni el señor Francisco, ni Elisa, ni la señora Emilia
fueron capaces de establecer el orden.
El orden se
impuso, por sí solo, cuando los críos y Sandra vieron llegar al joven. Este
se sentó y se sirvió una ración moderada de macarrones. El señor Francisco le
llenó la copa de vino.
—Este chaval es un alborotador —acusó,
señalando con el tenedor a Nicolás— Por culpa de él se ha organizado un motín en este comedor.
Aún no te has dado la vuelta y ya está planeando alguna trastada. Vas a tener
que vigilarlo con mucho cuidado, Blas.
El señor
Teodoro miró al “alborotador”, que ya
había terminado de comer.
—Nico, ve a lavarte los dientes —le
ordenó con voz grave—. ¡Estás castigado! —agregó en un tono que imponía
respeto— Cuando acabes de lavarte los dientes…
—¡Yo no puedo estar castigado esta
tarde! —le interrumpió el niño precipitadamente.
La señora
Emilia meneó la cabeza y suspiró, inquieta. Temía que su hijo
acabase perdiendo el control. Patricia se tapó la boca con una servilleta para disimular una amplia sonrisa.
El señor
Teodoro, por su parte, se quedó realmente sorprendido ante la reacción del
crío.
—¿Y por qué razón no vas a poder
estar, tú, castigado esta tarde? —interrogó el señor Francisco despectivamente— ¡Serás insolente!
—Debe ser porque tiene algo muy importante
que hacer—respondió Blas, mirando muy seriamente al chiquillo—. Tendré que
pedirle la agenda a este señorito para saber qué día y a qué hora se le puede
castigar.
Nicolás
frunció mucho el ceño, dándose cuenta de la burla de la que estaba siendo
objeto. También temió que nada ni nadie lo iba a librar del castigo de su
tutor.
—Ve a lavarte los dientes —volvió a
repetirle el señor Teodoro—. Cuando acabes, te vas a casa de Estela. Tiene
faena y no se encuentra muy bien. ¡Pobre de ti si yo me entero de que la
desobedeces o haces el tonto!
—¿A casa de Estela? —preguntó Nicolás,
esperanzado. Comprendió que la mujer había conseguido engañar a Blas.
—Sí, a casa de Estela —confirmó el
joven.
El chiquillo
se fue con rapidez hacia el cuarto de baño.
—Bibi y yo también iremos a ayudar —declaró
Natalia.
—Yo no iré —manifestó Patricia—. Hay
mucho que hacer aquí y prefiero ayudar a Sandra.
Minutos
después, Nicolás, Natalia y Bibiana estaban preparados y listos para marcharse.
—Espero que te hayas grabado en la
mente la frase que has copiado doscientas veces —dijo el señor Teodoro al muchacho—.
Procura no volver a mentirme ni a ocultarme nada.
El niño
asintió de inmediato, pensando en la gravedad de lo que le estaba ocultando. Nada más ni nada menos que la muerte de
Salvador Márquez.
Los tres
muchachos se marcharon presurosos.
Marina llamó
por teléfono para avisar a su marido que ya se encontraban en casa.
—Voy a ver qué ha comprado mi mujer —dijo
Francisco—, seguro que habrá cargado con un montón de paquetes absurdos.
¡Mujeres!
Sandra y
Patricia se encargaron de recoger la mesa y se fueron a la cocina. La señora
Emilia se acomodó en un sofá y pidió a su hijo que se recostara junto a ella.
El señor Teodoro accedió, le vendría bien
un poco de descanso. Se echó en el sofá y reposó la cabeza sobre el regazo
de su madre. La mujer le acarició el cabello rizado como el día anterior había
hecho con Nicolás. Elisa se sentó en el otro extremo del sofá y, excesivamente seria, masajeó los
pies del joven. Ni él ni su madre repararon en el semblante avinagrado de la tía de Natalia.
—¡Vaya! —exclamó Blas— Entre las dos
vais a conseguir que me duerma.
—Te hace falta, cariño. Estás agotado —susurró
Emilia.
El señor Teodoro
suspiró, cansado.
—Estoy decepcionado, mamá —confesó—.
Estoy furioso conmigo mismo. Yo tengo la culpa de todo. Debí darme cuenta de
muchas cosas. Por ejemplo, era muy raro que Nico hubiese cogido el monopatín
después del tropiezo con Francisco. El niño debió suponer que Francisco me iba
a contar que lo había visto lanzarse por la pendiente, no era lógico que
volviera a montarse en el monopatín. Sandra gritó que la habían agredido y no
me enteré de nada. Estaba demasiado nervioso
viendo el chichón del crío.
Ese individuo
debía estar muy cerca de allí, podía haberlo atrapado. Seguramente cogió a
Sandra con la intención de violarla, casi estrangula a Gabriela, casi mata a
Nico, ha golpeado a Estela y a Nat. Y yo le estreché la mano...la
noche que estuvo aquí. Tuvo la desfachatez y la osadía de presentarse en esta casa después de los cadenazos que le había dado al niño. Vino a burlarse de todos.
—No te tortures más —le aconsejó su
madre—. Tú no eres culpable de nada ya que nada sabías.
—Debí obligar a Nico a contármelo todo
cuando descubrí su espalda herida —siguió atormentándose el joven—. Tal vez si
me lo hubiera llevado a su habitación y lo hubiera asustado, el niño hubiese
hablado. Tal vez...
—Basta, Blas —atajó la señora Emilia—.
Intenta descansar, ese hombre se ha ido. Olvidémonos de él.
—Me parece raro que se haya dejado el
coche —caviló el señor Teodoro—. Intentó estrangular a Gabriela, es raro que no
la matara. Hay algo que no encaja. Sigo teniendo un extraño presentimiento. Sin
embargo, estoy convencido de que Estela me dijo la verdad cuando me aseguró que
ese canalla no volverá.
—¡Te he dicho que basta, Blas! —le
increpó su madre, enojada— Necesitas descansar. Debes serenarte o todos vamos a
tener que tomar mucha tila. ¿Sabes lo que siempre va diciendo Nico? ¡Que lo vas
a matar!
El joven miró
a la mujer y movió la cabeza con pesar.
—Él sí va a matarme a mí, de un susto
o de un disgusto —auguró, sintiendo un punzante dolor en el pecho.
El señor
Teodoro no se equivocaba; Nicolás iba a darle un buen susto y finalmente un
gran disgusto.
—¿Cómo se ha portado esta mañana? —indagó,
intentando alejar malos pensamientos que lo martirizaban.
—¡Ay! —exclamó Emilia— Ya sabes de
sobra cómo es Nico. Cuando tú no estás se pone imposible y muy rebelde. Es mil
veces peor que Nat. Tuve que amenazarlo varias veces con llamarte por teléfono.
Blas cerró los
ojos, sentía un gran sopor y poco a poco se fue adormeciendo. Emilia continuó
acariciándole el cabello y Elisa, los pies. El joven se relajó y terminó quedándose
profundamente dormido. Las mujeres reclinaron sus cabezas en el respaldo del
sofá y también se durmieron. Pero unas lágrimas silenciosas resbalaron por la cara de Elisa sin que apenas las notara. "Blas no la miraba, Blas no la veía, Blas sólo miraba y sólo veía a Nico". Un sentimiento amargo semejante a los celos comenzaba a albergarse en su alma, y ella iba mimarlo, y a consentir que se quedara muy cobijado.
La paz reinaba
en el salón de la villa mientras las lucecitas del árbol y del Belén bailaban
incansables. Y el hogar lucía en todo su esplendor con lenguas de fuego muy vivas.
A veces nos sentimos culpables de faltas que no estaban a nuestro alcance, pienso que eso le sucede a Blas. Mela, me ha llamado mucho la atención la seriedad de Elisa, sus lágrimas, esos incipientes celos... Los celos siempre tan malos consejeros. ¡Y cuidado con la envidia, la madre de todos los males! Me da pena por Blas y miedo por Nico.
ResponderEliminarPasa un buen viernes, Mela.
Hola, estoy muy de acuerdo contigo. Blas se siente culpable de algo que no ha podido evitar. Sí, Elisa tiene celos de Nico, y los celos no son buenos. Pero, a veces, muy inevitables.
EliminarGracias por comentar y perdona mi retraso en contestar. Me he acordado tarde de que mañana es fiesta y estoy un poco estresada.
Pasa un buen viernes tú también.
Pobre Blas, ahora tiene remordimientos. Y and que Nico... siempre anda metido en líos. Por cierto, cuando me echen la bronca yo también iré a lavarme los dientes, una huída a tiempo resulta de gran ayuda :) Un beso
ResponderEliminarHola Mere oye a lo mejor funciona eso de irte a lavar los dientes, o la cabeza, o las manos o ducharte... Puede que parte de la bronca te la pierdas jajajaj
EliminarUn beso!!
Hola, tu historia tiene muy buena pinta. Intentaré ponerme al dia con ella.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por visitarme!!!
Hola Raquel, fue un placer visitarte. Me alegra que le veas buena pinta a la historia. No te agobies por ponerte al día, yo estoy pendiente de todos los capítulos. Y contestaré cualquier comentario que me dejes.
EliminarAdemás, voy a seguir las recomendaciones de mi amigo Anónimo.
Te explico: si tu dejas un comentario en el capítulo 1 por ejemplo, yo te lo contestaré, y publicaré en mi última entrada que Raquel Campos ha dejado un comentario en el capítulo 1 para quien lo quiera leer y conocer tus impresiones.
Besos!!
Esto que te he comunicado anteriormente será solo con tu permiso, Raquel.
EliminarBesos.
Hola Raquel, después de reflexionar he decidido que contestaré a los comentarios que me dejes de mil amores. Pero no diré nada en la página principal. Lamento este barullo, pero he tenido una queja y prefiero evitar problemas.
EliminarDiscúlpame por este enredo.
Un abrazo.
Mela, veo que has publicado comentarios y no has contestado. Ya iré pasando.
ResponderEliminarSi me permites un consejo, para que la gente que empieza la lectura de tu libro no se agobie por alcanzarte, además de contestarles cuando comentan, en el último capítulo que hayas publicado podrías referenciarnos a su comentario. A mi me interesa bastante conocer la opinión de todos los lectores y ellos se sentirían más acompañados.Te lo digo por el comentario de Raquel Campos y porque siempre voy buscando en capítulos anteriores nuevas opiniones.
Vamos a ver si a ti te parece adecuado.
Un abrazo, Mela.
Hola amigo, tu idea me ha parecido muy adecuada y estupenda.
EliminarTengo lectores por el camino y, a veces, me da la sensación de que están nerviosos por llegar al último capítulo publicado.
Gracias por tu buen consejo.
Un abrazo.
Verás, tras meditar he decidido que indicaré en la página principal solo a los comentaristas que vayan por detrás y que me den permiso.
EliminarEs que hay gente para todo, a unos les puede parecer bien y a otros mal.
Espero que no te ofendas y lo entiendas.
Un abrazo.
¡No, Mela, por favor! No hay ninguna ofensa, bien tonto sería. Me parece prudente lo que piensas. Un abrazo.
EliminarGracias por tu comprensión. Pasa un buen fin de semana.
EliminarHola amigo, siento decirte que he decidido continuar contestando los comentarios como hasta ahora. Quiero decir que no publicaré en la página principal dónde me han dejado comentarios nuevos lectores.
EliminarA mí no me pareció mala tu idea, pero he tenido una queja y prefiero evitar situaciones molestas.
Espero que no te enfades y que lo entiendas.
Un abrazo.
Siento haber sido motivo de malestar. Pasemos página y continua con tu buen hacer, Mela. Un abrazo.
EliminarGracias por tu comprensión y tus palabras amables. Termina de pasar bien el domingo. Un abrazo.
EliminarHola Mela: Blas parece tan abatido =( Y seguro en estos días ha envejecido por tanto disgusto! Este vecino que metido!!!! Yo digo no tiene nada que hacer en su vida???
ResponderEliminarPobre Nico siempre termina metido en líos y castigado ;) Me identifico con él pues yo también soy impulsiva y abro la boca sin pensar en más de una ocación =D
Pos ahora qué!!! Elisa triste y celosa de Nico??? Esto se está complicando -_-
Bueno Mela...ahora a esperar a ver que hará Nico, Naty, Bibi, Gabriel y Estela con lo de Salvador....
Que pases un buen finde semana! Besitos =)
Hola, simpática!! Tranquila por Blas, es muy joven, aguantará...
EliminarEl señor Francisco está en todas las aguas, lo malo es que no sé si sabe nadar jajaj
Nico es un chiquillo que se olvida enseguida de las reprimendas o de los castigos...
Si eres muy impulsiva y abres la boca sin pensar, seguro que tendrás más de un lío también. Pero seguro que también tienes muy buenos sentimientos.
Elisa está entristecida y celosa de Nico, mal asunto porque los celos son malos y más cuando vienen de una persona mayor a una menor. O de una persona tan cercana en la que, en el fondo, confías.
Nico, Nat, Bibi, Gabriela y Estela tienen un buen lío con Salvador Márquez... ¡Ay cómo se despierte y salga del congelador, qué gran susto! jajajajaj
Pasa un buen fin de semana tú también!! Besos!!
Hola Mela, hoy en vez de tres han sido cuatro y ya estoy aquí.
ResponderEliminarClaro es que Blas solo tiene ojos para Nico y Elisa claramente está hartita. ¡Buena guerra va a dar Salvador hasta de cuerpo presente!
Ahora me toca esperar, no estoy acostumbrado jajajajaja
Hasta el 38!!
Hola Oskar, es cierto que hoy te has saltado la norma y has leído 4. Bienvenido a la meta. Sí, ahora vas a tener que esperar un poquito y acostumbrado a leer tres capítulos te va a saber a poco.
EliminarSí, Blas está demasiado atento con Nico y no se da cuenta de otras cosas. Y sí, creo que Elisa está hartita. ¿Salvador Márquez? Desde luego que aún va a dar guerra.
Encantada de que te guste esta historia.
Hasta el 38!!
Al señor Francisco yo lo amordazaba, sin paños calientes... ¡¡qué pesadilla de hombre!!
ResponderEliminarSin saberlo, Blas le ha hecho un "favor" a Nico, y lo entrecomillo, porque ¡menuda papeleta le espera a él y a las niñas, pobres criaturas!
Blas se siente culpable, es lógico, siempre se piensa que se pudo hacer más de lo que se hizo aunque, en este caso, le faltaban muchos datos para poder actuar. Bueno, ahí están Emilia y Elisa para consolarle. Veremos qué pasa con esos celillos que empieza a sentir Elisa, aunque sentir celos de un niño, no sé... Bueno, el amor es posesivo y tiene razones que la razón no entiende, como dijo aquél.
Un saludito, Mela, y nos vemos en el siguiente.
Hola Nena, ¡amordazar al señor Francisco! ¡Qué ofensa!¿Quieres que nos apunte a todos con su escopeta?
EliminarSí, Blas envía al niño porque Estela se lo ha pedido y, claro, es imposible que sospeche...
Cuando sucede algo malo, muchas veces todos pensamos que de alguna forma podríamos haberlo evitado. Blas se desespera pensando lo cerca que lo ha tenido todo...
Por lo menos Emilia y Elisa consiguen que se relaje y descanse un poco
Los celos de Elisa, ojalá solo sean celillos pero, como tú dices, sentir celos de un niño...veremos qué pasa.
Subrayo que el amor tiene razones que la razón no entiende, pero el amor no debería ser posesivo.
Gracias por tu comentario, nos vemos en el siguiente.
Besos!!
Caramba con Blas que carácter que amargura ,te digo dejar el coche es una cosa que a la larga puede complicarse.Saludos ,me estoy quedando sin uñas por culpa de esta historia.
ResponderEliminarHola Delavega, jajajjajaaj (ay, si me he reído con tus uñas) ¡Eres simpático de verdad!
EliminarTienes razón, el detalle del coche llama la atención. Es muy raro que Salvador se lo dejara. Eres muy observador y detective.
Un abrazo!!
Hola, Mela, muchísimas gracias por tu visita, y aquí me tienes, tu casa es encantadora. Espero poder pasarme pronto para leer la historia desde el principio, tiene muy buena pinta.
ResponderEliminarUn abrazo, que tengas un bonito fin de semana.
Hola Aglaia, gracia por venir y por tus amables palabras.
EliminarSi empiezas a leer la novela y dejas comentarios te los responderé, y solo con tu permiso, indicaré en la última entrada dónde está tu comentario para que puedan leerlo otros lectores más avanzados e interesados en conocer tus impresiones.
Encantada de ir conociéndote.
Un abrazo y pasa también un bonito fin de semana.
Hola de nuevo, Aglaia, verás contestaré de mil amores a los comentarios que me vayas dejando y te acompañaré en todo momento por tu recorrido, pero no indicaré en la página principal en qué capítulo has dejado tu comentario.
EliminarHe tenido una queja y,creo, que es mejor evitar problemas.
Perdona este enredo.
Un abrazo.
Mela, yo me lo paso bomba, además ahora hasta tenemos un fiambre en el congelador!!!!! El psicópata!!!!! jjajajajjaaj estoy super intrigada. El pobre Nico sigo pensando que es el Pupas, el Blas, se pasa un poco, no sé es un personaje que no me acaba de dar el pego. Las abuelas, geniales. jejejejejjejeje
ResponderEliminarUn beso.
Hola Lidia, me satisface mucho que te lo estés pasando bomba.
EliminarSí, hay un fiambre en el congelador. Me alegra que estés intrigada porque aún nos falta recorrido. ¡Nada, que tú le has puesto un alias a Nico y ya viene FG por detrás diciendo que está de acuerdo contigo!
Blas no te acaba de convencer... jajajajaja Ahí te puedes dar la mano con Nena Kosta. A cada lector le va a gustar un personaje y le va a disgustar otro.
Al final de la historia ya os diré mi personaje favorito. ¡A lo mejor todavía no ha salido!
Supongo que con las abuelas te refieres a Estela y a Emilia; las dos son mujeres valientes.
Bueno, nos vemos en el siguiente.
Hasta entonces, un abrazo!!
Muy buena prosa! :-) El png navideño te ha quedado muy bien en tu barra lateral. Un beso y encantada :-) Felices fiestas.
ResponderEliminarHola Ana, gracias por tu visita y por tus amables palabras. El png navideño adorna mi barra lateral debido a ti. Me alegra que te haya gustado.
EliminarFeliz Navidad y Feliz Año Nuevo!!
Era lógico que después de saber las cosas, bueno, no todas todavía, ahora Blas se sintiera culpable por todo lo que ha ido pasando durante estos días, pero él tampoco sabía nada de nada y los niños callando y también Gabriela y su madre, en fin, que uno no podía adivinar las cosas y viendo lo desobediente que estaba Nico era imposible.
ResponderEliminarYO ahora calladita de Nico Mr Pupas... jajajajajaja Es broma!! pero es que he leído los comentarios y me ha hecho gracia.
Besos!
jajajaja ¡Ay Mr Pupas, a ver si vais a enfadar a Nico! ¡No, qué va, él está encantado!
EliminarBlas se siente culpable porque han pasado demasiadas cosas, prácticamente en sus morros, y no ha sido capaz de darse cuenta.
Ya sabes que, en muchas ocasiones, nos echamos la culpa injustamente.
Muchos besos!!
Propongo realizar una colecta para mandar a Blas y a Francisco de vacaciones a un crucero...al Costa Concordia, por ejemplo....
ResponderEliminarMira, Blas y Francisco pueden permitirse ir de crucero sin necesidad de colectas.
EliminarY desde luego no pondrían un pie en el Costa Concordia.
¡Eres de lo que no hay, Kikas!
Si es por ponerles las cosas faciles....
ResponderEliminarLas cosas casi nunca son fáciles ;-)
Eliminar¡Hola Mela! Espero no darte más trabajo comentando capítulos anteriores. Es que leo en cuanto puedo y avanzo no lo que quisiera. Me encantaría poder leer la historia completa hasta lo que actualizas actualmente. Así que sigo leyendo. Me encanta esta historia. de verdad la disfruto.
ResponderEliminarVamos al capi: Creo que es normal que Blas se sienta así. Es humano pensar que pudimos hacer otra cosa cuando vemos determinados resultados. Me da un poco de pena. En cuanto a los celos de Elisa aunque no son correctos pienso que también son naturales, claro en su justa medida. Nico me cae muy bien, me divierte.
Como ya te he dicho eres muy talentosa, tus personajes son palpables y eso es genial en una historia. Un beso enorme cariño.
Hola Lou!!! Me alegra mucho verte. No me das ningún trabajo y a este paso pronto me alcanzas porque saco un capítulo por semana.
EliminarEstoy muy contenta de que te guste la historia y de que la estés disfrutando.
Gracias por tus cariñosas palabras.
Otro beso muy enorme para ti
Tiene que haber una corriente en Luna repartiendo mucha negatividad, porque este que "leo" no es mi Blas (tierno,caballero...), ahora está muy agresivo.....¿Elisa con celos?.... no nos dejas relajar ni un cápitulo ¿eh?.....jajaja
ResponderEliminarBuen fin de semana Mela ¡Ah! y la paella del domingo, bien calentita...que hace un frió que "pela"......jaja ¡cuídate guapa!
Besos
Hola Susana, sí, la paella la comeré caliente, la verdad es que no me gusta fría.
EliminarAlgo de frío ha venido, y un poco de aire.
Es normal, todavía estamos en invierno.
Una montaña de besos ;-)
¡¿Nico castigado?! No puede ser...
ResponderEliminarYo no le masajearía los pies a un tío que lleva toda la mañana en plan albañil y sudando, ni por mucho que lo quiera ni por muy bueno que esté XD
jajajajaja Tú eres muy dura, Estelle, bien hecho y bien dicho.
EliminarDe todos modos, Blas se ha duchado antes de comer... ;-)
Cierto e.e había pasado por alto ese dato.
EliminarNo pasa nada, para eso estoy yo ;-)
EliminarTiene que sentirse culpable Blas,tratando de hacer las cosas bien pues las hace mal,es tan estricto con el chico que pone una distancia tremenda entre ambos,tantos sentimientos ocultos entre los dos,por ejemplo en vez de besarlo cuando duyerme bien podría manifestarle cariño despierto,encima todo lo que hace mal con Nico repercute en su relacion con Elisa! oye una pregunta Emilia,Estela,Elisa las adultas buenas todas tienen nombre con E,es casualidad o tiene algun motivo,es cabala? te gustan los nombres con E? JAJAJAJAJAJAJAJA,son cosas que al leer un libro se me ocurren pero jamás tengo al escritor para preguntarle en este caso si! un abrazo querida Mela muy bueno está el libro seguiré leyendo tenia tantas ganas de venir aqui!
ResponderEliminarPues la verdad es que es pura casualidad y ni siquiera me había dado cuenta.
EliminarY sigo pensando que por mucho miedo que sientan es injusto que Gabriela y su madre pongan a Nico en la situación que lo ponen!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo.
EliminarBesos
Hola!
ResponderEliminarO sea, que Nico va a darle un buen susto y un disgusto a Blas según dices al final del capítulo... es que las mentiras tienen las patitas muy cortas!!...sólo se me ocurre que tal vez los pille "in fraganti", huy!!
Hola! ;-)
EliminarEl gran susto y el gran disgusto llegarán más tarde ;-)
Sí, las mentiras tienen las patitas cortas y la vida también ;-)
Otro trepidante capitulo.
ResponderEliminarEsta familia no descansa a penas. Siempre pasa algo
y eso sin duda es bueno para el lector.
Se nota ya que los personajes tienen vida propia
y los llevas con suma naturalidad.
Enhorabuena por ese logro.
Dejo besos en tus pies.
La verdad es que no hay mucho tiempo para descansar en estas vacaciones navideñas ;-)
EliminarMuchas gracias
En los pies siento cosquillas enseguida ;-)