CAPÍTULO 28
NICOLÁS EN APUROS
E
|
l hombre miró a Nicolás,
con maldad.
—Me parece que este trasto es tuyo —le dijo, entregándoselo, bruscamente.
—Sí, es mío —repuso el muchacho—. Y
usted, ¿cómo lo sabe?
Salvador
Márquez rió con cinismo. Nicolás lo contempló con repulsión.
—¿Quién crees que te metió la pedrada
en la frente, so imbécil? —inquirió el ex marido de Gabriela, descaradamente.
Nicolás lo
comprendió todo en el acto, ese hombre era quien había atacado a Sandra y,
posteriormente, le había lanzado una piedra a él. La reacción del chiquillo fue
muy rápida. Asestó un vigoroso golpe, con el monopatín, al esmirriado
individuo. Éste perdió el equilibrio y cayó al suelo de lado. El muchacho le propinó una potente patada en las posaderas. Salvador Márquez huyó, arrastrándose, pendiente abajo.
“Cobarde”,
pensó Nicolás con desprecio.
El chiquillo
hubiese querido seguirle, pero estaba comenzando a oscurecer. Tenía que aclarar las cosas con Jaime y
Julián, y regresar a casa. Blas podía volver en cualquier momento.
Subió la
cuesta corriendo, y fue directo hacia los arbustos que había visto moverse
sospechosamente. Allí estaban los dos hermanos pelirrojos.
Julián tenía una
libreta en la mano. Las farolas de la urbanización se encendieron en aquel instante.
Nicolás arrebató la libreta a Julián. Seguidamente, enganchó las cazadoras de
los niños y los empujó hasta el barranco. Soltó el monopatín y liberó a los
hermanos, que estaban aterrados. Comenzó a leer la libreta; arrancó la hoja
escrita, con furia, y la tiró al precipicio. Seguidamente rompió el cuaderno, y
también lanzó los pedazos al despeñadero.
—Si volvéis a escribir algo sobre mí, os arrojo al barranco —amenazó a los pequeños—. Y si le contáis algo a Blas sobre lo ocurrido esta tarde, también os arrojo al barranco. ¿Me habéis entendido?
Jaime y Julián asintieron, asustadísimos. Ambos tenían los ojos llorosos.
—¡Largo de aquí! —les gritó Nicolás y los dos niños salieron disparados como cohetes.
El muchacho recogió el monopatín, y también corrió disparado como un cohete hacia villa de Luna. En cuanto llegó a la casa, entró por el garaje y ocultó el monopatín en un cuartito. Colocó, encima de él, unas cajas para taparlo. Inmediatamente después se dirigió al salón; en la estancia únicamente estaba Bibiana con semblante angustiado. Suspiró, aliviada, al ver a Nicolás.
—Has tardado mucho, Nico. Estaba muy preocupada. ¿Has podido coger a Jaime y a Julián.
—Sí —asintió el chico—. Les he dado un susto de muerte. No abrirán la boca.
—Siéntate aquí, a mi lado, y descansa —le dijo Bibiana—. Tienes la respiración muy agitada y se te ve sofocado. Si Blas llega en este momento, notará que has salido. Nat y Paddy siguen arriba, no han bajado para nada. Hagamos como que estamos viendo la tele.
Nicolás se sentó junto a Bibiana e intentó relajarse. No quiso contarle lo sucedido con Salvador Márquez para no inquietarla.
—Si volvéis a escribir algo sobre mí, os arrojo al barranco —amenazó a los pequeños—. Y si le contáis algo a Blas sobre lo ocurrido esta tarde, también os arrojo al barranco. ¿Me habéis entendido?
Jaime y Julián asintieron, asustadísimos. Ambos tenían los ojos llorosos.
—¡Largo de aquí! —les gritó Nicolás y los dos niños salieron disparados como cohetes.
El muchacho recogió el monopatín, y también corrió disparado como un cohete hacia villa de Luna. En cuanto llegó a la casa, entró por el garaje y ocultó el monopatín en un cuartito. Colocó, encima de él, unas cajas para taparlo. Inmediatamente después se dirigió al salón; en la estancia únicamente estaba Bibiana con semblante angustiado. Suspiró, aliviada, al ver a Nicolás.
—Has tardado mucho, Nico. Estaba muy preocupada. ¿Has podido coger a Jaime y a Julián.
—Sí —asintió el chico—. Les he dado un susto de muerte. No abrirán la boca.
—Siéntate aquí, a mi lado, y descansa —le dijo Bibiana—. Tienes la respiración muy agitada y se te ve sofocado. Si Blas llega en este momento, notará que has salido. Nat y Paddy siguen arriba, no han bajado para nada. Hagamos como que estamos viendo la tele.
Nicolás se sentó junto a Bibiana e intentó relajarse. No quiso contarle lo sucedido con Salvador Márquez para no inquietarla.
Veinte minutos más tarde entraron en el
salón, Blas, Emilia, y Elisa, que regresaban del sepelio del señor Jeremías.
—¿Dónde está Nat? —preguntó Elisa.
—Está arriba en su habitación, con Paddy—respondió Bibiana.
Nicolás miraba fijamente la tele, pensando que se había salvado por los pelos. Su tutor se acercó a él.
—Toma este móvil, Nico —le dijo, muy serio—. Cuando suene es que te estoy llamando. No tardes ni cinco segundos en contestar porque querré saber dónde estás y lo que estás haciendo.
El niño cogió el teléfono y lo guardó en un bolsillo de su pantalón. Le pareció que Blas estaba de pésimo talante y no se le ocurrió quejarse ni protestar.
A continuación, el señor Teodoro comunicó que iba a cambiarse de ropa. Nicolás aprovechó su ausencia para preguntar a Emilia si podían salir un rato. La señora les dio permiso. Bibiana fue a avisar a Natalia y los tres muchachos se encaminaron a la pista de tenis, llevando raquetas y pelotas. Patricia no quiso acompañarles, esperaría un poco más y bajaría al salón convertida en una auténtica reina de la belleza. Blas alucinaría nada más verla.
Algunas estrellas dispersas brillaban en un cielo muy oscuro, mientras que a la luna no se la veía por ninguna parte. El frío era intenso y reinaba una quietud total entre los árboles ya que no corría ni una ligera brisa.
—¿Todo ha ido bien? —preguntó Natalia a su primo.
—He curado a Hércules y le he dado de comer y de beber —contó el chiquillo—. Me han visto Jaime y Julián y les he tenido que dar un buen susto para evitar que vayan a chivarse a Blas.
—¿Dónde está Nat? —preguntó Elisa.
—Está arriba en su habitación, con Paddy—respondió Bibiana.
Nicolás miraba fijamente la tele, pensando que se había salvado por los pelos. Su tutor se acercó a él.
—Toma este móvil, Nico —le dijo, muy serio—. Cuando suene es que te estoy llamando. No tardes ni cinco segundos en contestar porque querré saber dónde estás y lo que estás haciendo.
El niño cogió el teléfono y lo guardó en un bolsillo de su pantalón. Le pareció que Blas estaba de pésimo talante y no se le ocurrió quejarse ni protestar.
A continuación, el señor Teodoro comunicó que iba a cambiarse de ropa. Nicolás aprovechó su ausencia para preguntar a Emilia si podían salir un rato. La señora les dio permiso. Bibiana fue a avisar a Natalia y los tres muchachos se encaminaron a la pista de tenis, llevando raquetas y pelotas. Patricia no quiso acompañarles, esperaría un poco más y bajaría al salón convertida en una auténtica reina de la belleza. Blas alucinaría nada más verla.
Algunas estrellas dispersas brillaban en un cielo muy oscuro, mientras que a la luna no se la veía por ninguna parte. El frío era intenso y reinaba una quietud total entre los árboles ya que no corría ni una ligera brisa.
—¿Todo ha ido bien? —preguntó Natalia a su primo.
—He curado a Hércules y le he dado de comer y de beber —contó el chiquillo—. Me han visto Jaime y Julián y les he tenido que dar un buen susto para evitar que vayan a chivarse a Blas.
Nicolás omitió
contar nada sobre Salvador Márquez.
—No me gusta ni un poquito que te hayan visto
esos chismosos —declaró Natalia—. ¿Seguro que les has dado un buen susto?
—Segurísimo —afirmó su primo.
Llegaron a la
pista de tenis que estaba muy bien iluminada. Las primeras en abrir el juego fueron las
niñas; y la que ganara, jugaría contra Nicolás. El muchacho se sentó a observarlas
y a su olfato se arrimó el aroma de pino fresco. De vez en cuando se oía el ruido
estridente y monótono que producían algunos grillos, poco frioleros, al rozar sus élitros.
Nicolás se sentía libre y feliz, no imaginaba que muy poco tiempo le iba a
durar la alegría.
Jaime y Julián
habían visto a los chicos ir hacia la pista de tenis. Sus padres ya estaban en
casa, por lo tanto pensaron que el señor Teodoro también debía haber llegado. Decidieron
visitar Villa de Luna para presentar su dimisión como detectives ya que Nicolás
les había descubierto.
Llegaron a la
villa y entraron a la terraza, allí no estaba Blas. Dieron la vuelta a la larga
fachada, pintada de un tono anaranjado, y entraron
por la cocina al encontrar la puerta entreabierta. Emilia y Elisa se hallaban guisando; los niños dijeron que necesitaban ver a
Blas.
—Está en el salón —les indicó Emilia—,
pasad.
La señora
sintió curiosidad y siguió a los chiquillos. Elisa apartó las sartenes del
fuego, y también se dirigió al salón. El señor Teodoro estaba sentado en una
butaca leyendo un libro. Levantó la vista del mismo y sonrió a los hermanos.
—Hola —saludó, amablemente—, ¿qué os
trae por aquí?
Los dos
pelirrojos se miraron sobriamente.
—Tenemos que presentarte nuestra
dimisión como detectives—declaró Julián de manera muy formal.
—Y eso, ¿por qué? — quiso saber el
señor Teodoro depositando el libro, que acababa de cerrar, sobre la mesa auxiliar
que tenía frente a él.
—Nico nos ha descubierto esta tarde —informó
Julián, abatido—. No somos buenos detectives.
El rostro del
señor Teodoro comenzó a endurecerse.
—¿Nico ha salido esta tarde? —indagó.
Los chiquillos
asintieron.
—Salió cuando os fuisteis al entierro
del señor Jeremías —manifestó Jaime.
—Sentaros, por favor —pidió el señor
Teodoro a los niños—. Contadme lo que ha sucedido cuando estábamos fuera.
Los hermanos
se despacharon a gusto, y relataron al joven absolutamente todo, y con precisos
detalles.
La señora Emilia cerró los ojos, afligida, y movió la cabeza
negativamente. Nicolás se había metido en un buen lío. ¡Dichoso crío
sin conocimiento!
El señor Teodoro cogió su móvil y buscó en la agenda el nombre del muchacho. El chiquillo contestó al momento.
El señor Teodoro cogió su móvil y buscó en la agenda el nombre del muchacho. El chiquillo contestó al momento.
—Nico, ven directo a mi despacho y no
tardes más de cinco minutos, o salgo a buscarte.
El joven cortó
la comunicación, la expresión de su rostro daba espanto. La expresión del
rostro de Nicolás también daba espanto después de escuchar a su tutor. Había
detenido su juego con Natalia y le entregó la raqueta a Bibiana.
—¿Qué te pasa? —preguntó la chiquilla,
extrañada.
—Blas me ha dicho que vaya a su
despacho y que no tarde más de cinco minutos o sale a buscarme. Parecía un
ogro.
El niño se
mordisqueó una uña, nervioso.
—¡Está claro que Julián y Jaime han
ido a chivarse! —aseguró Natalia— No los asustaste lo suficiente, Nico.
—Blas me va a pegar —dijo su primo,
acobardado—. Parecía un ogro, estaba de muy mal humor.
—Vete enseguida para casa —apremió
Natalia—. Si sale a buscarte te va a coger de una oreja, y te lo va a hacer
pasar muy mal por el camino. ¡Vete, Nico!
Nicolás tragó
saliva, con dificultad, y asintió.
—Suerte, Nico —le deseó Bibiana de
todo corazón. Estaba muy apenada por el chiquillo.
El jovencito, a pesar de que las piernas le temblaban un poco, se alejó corriendo y, por momentos, creyó que
se iba a caer al suelo. Llegó a villa de Luna y entró al garaje. Accedió al
pasillo ancho y miró las escaleras, deseando ir a su habitación y
esconderse debajo de la cama.
Finalmente, pasó al salón. La señora Emilia aguardaba
al muchacho sentada en uno de los elegantes y confortables sofás de piel clara. Lo miró con gesto de
disgusto y enfado.
Págs. 205-211
Bueno, Nicolás otra vez en apuros. Demasiados ojos a su alrededor. ¡¡Y ya veremos que pasa con Salvador, después de que Nico le haya pateado el culo!!
ResponderEliminarAhora mis felicitaciones por tu premio a esta Estación tan estupenda en la que cada vez somos más.¡te lo mereces!
Y mi agradecimiento por acordarte de Maleta, que ya tiene su segunda distinción... Parece que entre estaciones, maletas y trenes algo tenemos con el mundo ferroviario, jajaja. Muchas gracias!!
Muchos besos
Hola Nena, muchas gracias a ti por ser tan agradecida y considerada. Siempre he pensado que las personas "grandes" son sencillas y llanas de carácter.
EliminarUn besazo!!
Te he alcanzado, Mela, y estoy ansioso por saber más... Sabes muy bien cómo atrapar al lector.
ResponderEliminarFelicidades por tu premio!! Un beso.
¡Vaya, eres una gran sorpresa para mí! Te agradezco tu comentario, reconozco que me ha impresionado tu anonimato. De cualquier modo, bienvenido. Y, por favor, comenta siempre que quieras. Otro beso para ti.
EliminarEres muy agradable, Mela. Mo me había decidido a comentar porque no soy propietario de blog ni tengo intención. Tu invitación me anima.
ResponderEliminarHay una pregunta que me ronda, el libro se titula El Clan Teodoro-Palacios.¿Palacios? Estamos en el capítulo 28 y no ha salido personaje con ese nombre. ¿Podría tratarse del verdadero padre de Nicolás? Supongo que no contestarás a esa pregunta.
Un beso, hada escribiente.
Hola Anónimo, veo que eres muy observador. ¡Eso me gusta!
EliminarEl título de un libro siempre me parece importante y, desde luego, en este caso lo es. Supones bien, no puedo contestar a tu pregunta. Poco a poco lo sabrás todo.
No me importa que no tengas blog, me agradaría que siguieras comentando. A todo autor le gusta conocer diferentes impresiones.
Gracias por llamarme hada escribiente. Hasta pronto, espero.
Hola Mela, el premio te lo mereces de sobras jejejejejej y el capítulo se me ha hecho cortito como siempre, voy a ver que pasa con ese Salvador que es un psicópata!!!!!!!
ResponderEliminarUn beso.
Mira por donde que abro el ordenador y ya me haces sonreír. Gracias Lidia, feliz domingo!!!
ResponderEliminarMe gusta mucho Nico, necesita muchísimo cariño.
ResponderEliminarEnhorabuena por el merecidísimo premio. Y muchas gracias por acordarte de mí, eres un solete
Besos
Hola, querida Silvia!! ¿Cómo no iba a acordarme de ti? Para mis personajes y para mí, tú eres muy importante. Un abrazo super fuerte!
EliminarVaya!!!! No había tenido suficiente el pobre Nico que ahora le faltaba un poco más, ayys pobre! lo malo es que al callar las cosas lo único que consigue es que se enreden más y más, tengo fe en que luego todo irá aclarándose y se sabrá, pero mientras tanto... Mela es tienes enganchadaaaaaaaaaaaaaaa a la novela!!
ResponderEliminarBesitos!!
Querida FG, ¡cómo sufres por Nico! Tienes razón en tu razonamiento, a veces las cosas se pueden enredar hasta limites insospechados, sólo por el hecho de no hablar con sinceridad. A mis personajes les encanta tenerte enganchada!!
EliminarMuchos besitos!!
Tanto va el cantaro a la fuente....
ResponderEliminarque al final se rompe. Pues no veo cántaro roto aquí jajaja
EliminarHay que leerte con calma.
Pero el Nico se va a llevar las del pulpo...
ResponderEliminarNo creas, mucho ruido pocas nueces. Blas ladra mucho, muerde poco.
EliminarCreo, que otra vez más, al pobre Nico la van a castigar.... si es que el pobrecillo hace lo que nos gustaría a más de una.... y es patear a Salvador.....jaja ¡pero que brusca soy!....jajaja
ResponderEliminarBesos
Hola Susana, creo que tienes sobrada razón. ¡Madre mía, no has sido nada brusca!
EliminarBesos, guapa!!
Que se me olvidaaaaa........ Muchas felicidades por el premio guapa, mujercitas...lo que el viento se llevó..... ¡ahh! que bonitas... coincido contigo en muchas cosas...pero que románticas somos jajaja y lo que nos gusta un drama..jajaja
EliminarBesos
jajajajaja Muchas gracias, Susana.
EliminarEs que el amor es lo más maravilloso que existe.
Besos!!!
Así que ese malvado fue el de la piedra,y porque lo hizo en ese momento? solo por maldad? o habrá algo más? ,pobre Nico no? ya le viene otro castigo! y los pequeños se habrán asustado o serán profesionaoles en su trabajo? ya lo sab´r een un rato! te felicito por el premio Mela es merecido!
ResponderEliminarHola Hada Isol!! Encantada de verte, muchísimas gracias.
EliminarLe tiró la piedra por maldad, por rabia.
Él hubiese querido violar a Sandra y Nico le estropeó el plan.
Besos!!
Si Nico se diera cuenta que al ser sincero con Blas las cosas irían mejor ,su vida sería más fácil,el también la enreda!pero también es la edad! que dificil esa edad!
ResponderEliminarSí, Hada Isol, tienes mucha razón, pero me parece que Nico va a seguir a la suya ;-)
EliminarClaro, cómo se va a quejar de que le regalen un móvil xD sería bobo.
ResponderEliminarLos pelirrojos son mala gente, yo siempre lo he dicho.
.Estelle.
jajajaja ¿Qué te han hecho los pelirrojos, Estelle?
EliminarNo me han hecho nada realmente, pero no sé... Antiguamente dicen que los quemaban porque se pensaban que eran discípulos de Satán, brujos, y demás gilipolleces. Eso es absurdo obviamente, pero dan mal rollo de todas formas XD Y si tú has querido que esos 2 piezas sean pelirrojos por algo será jaja.
EliminarAntiguamente la gente estaba muy asalvajada y muy loca. Bueno, en la actualidad también hay gente de todo tipo.
EliminarTe aseguro que ha sido casualidad, no tengo nada en contra de los pelirrojos.
Por ejemplo, me encanta "Ana, de las Tejas Verdes", y la chica es pelirroja.
Un beso
Eh a mí también me gusta Ana de las Tejas Verdes :D y Pippi. Tengo un jersey de ésta última jajaja.
EliminarAh, muy bien... Pippi también me gustaba jajajaja
EliminarCuando por fin Nicol trata como se merece a sus rivales, la suerte parece abandonarle ¡Qué poco duran las victorias en casa del Pupas! Los pelirrojos no han sido suficientemente intimidados. Nicol debería cortarles el pelo con el cristal de una botella para asustarles de verdad.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Antonio... ya veo que también vas a llamar a Nico... "El Pupas".
EliminarMe parece que si Nico hace lo que tú propones sí que los asusta de verdad... hasta a mí me hubiese asustado ;-)
Saludos
¿Sabes? no me gustan nada de nada los malentendidos en la vida real, pero en las novelas disfruto de lo lindo!!! y aquí según sale Nico de una cosa entra en otra...no falta la acción, no!!
ResponderEliminarMuchas felicidades por el premio, el primero hace una ilusión bárbara!! (¿es el primero, no? algunas veces soy un poco despistada), seguro que le habrán seguido un montón porque te los mereces!!
Besos.(Por mí seguía, pero habrá que dormir :)
jajaja... Sí, dormir es necesario
EliminarCreo que sí que fue el primer premio que publiqué... Muchas gracias por tu felicitación
El que tú me diste lo publicaré el día 8... cuando El Clan vuelve a la acción ;-)
Y sí, en la vida real no son nada apetecibles los malentendidos
Espero que disfrutes mucho esta noche
Besos
Otro castigo para Nico? la verdad ya no tengo ni idea por donde
ResponderEliminarirán los tiros, pues voy a pensar que esta vez no le castigan
y que por fin Nico le cuenta todo lo que pasó a Blas y este le cree
y se da cuenta que la mayoría de los líos en que se metió fue por
culpa de terceros. Eso creo, jajaja. Pero veremos, seguro ando años
luz de la verdad.
Intenso como siempre Mikaela
dejo un beso en forma de vendaval,
que aire hace esta mañana
parece que las persianas quieren salir volando.
Hola Cielo... Pues ya veremos si lo que piensas se cumple ;-)
EliminarLa única verdad es que todavía no imaginas de qué va esta historia... pero eso es muy normal... se tarda en averiguar el tema principal
Pues aquí también hace aire... y esta noche pasada no ha parado
Un beso aireado ;-)