CAPÍTULO
9
LAS CINCO DE LA
MADRUGADA
E
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l viento continuaba aullando y bramando a la par
que azotaba sin piedad los árboles de la sierra. En villa de Luna la calefacción mantenía en
un ambiente cálido cada rincón.
Las niñas dormían plácidamente, metidas en sus
camas, ajenas a la inclemencia del tiempo. Natalia comenzó a moverse, agitada. Su
agitación fue en aumento hasta que se despertó asustada y sobresaltada. Buscó,
con mano temblorosa, la lámpara de su mesilla. Halló el interruptor y encendió
la luz; miró el despertador, eran casi las cinco. Había tenido un sueño
terrible, una pesadilla, y el miedo se había apoderado de ella. “Nicolás había huido del internado. Alguien
perseguía al chico y él corría sin descanso. Se perdió en un bosque y caía en
un pozo. Nicolás pedía ayuda pero nadie le oía…”
Natalia no quiso seguir recordando el sueño, deseaba
olvidarlo y volver a dormirse. De pronto, fue consciente de los aullidos del
viento. Miró hacia la puerta acristalada y se sintió todavía más atemorizada.
“No puedo seguir así, pensó alterada, no voy a poder disfrutar de estas
vacaciones si continuo tan preocupada por Nico. Tengo que hablar con Blas.”
Se levantó, decidida, se calzó las zapatillas y bajó
las escaleras hasta llegar al cuarto del hombre. El señor Teodoro dormía desde
hacía un rato. Natalia se acercó y le dio varios golpes en un brazo para
despertarle. Lo consiguió de inmediato, el joven abrió los ojos y encendió la
luz. Se quedó atónito al ver a la chiquilla vestida con un camisón. Se frotó
los ojos intentando espabilarse, estaba muerto de sueño.
—¿Qué pasa,
Nat? —preguntó en voz baja.
—Tengo
que hablar contigo, es urgente —contestó la niña.
El señor Teodoro miró el reloj, eran las cinco de la madrugada.
—¿Te
encuentras mal? —volvió a preguntar.
La pequeña negó con un movimiento de cabeza.
—Necesito
hablar contigo. No puedo esperar a mañana o me voy a volver loca.
—Está
bien —aceptó el hombre—. Vamos a mi despacho.
—Podemos
hablar aquí —dijo Natalia.
—Muy
bien, siéntate y hablemos —concedió el señor Teodoro.
La muchacha se sentó encima de una suave colcha mientras el hombre mantenía su espalda apoyada en la cabecera de la cama. Natalia quería ordenar sus ideas
porque no sabía por dónde empezar. El señor Teodoro la observaba, perplejo. ¿Qué rayos le ocurría?
—Primero tienes que prometerme algo —comenzó diciendo la niña—. Nico nunca debe
enterarse de lo que voy a contarte. Voy a traicionarlo y si él se entera me
odiará, y yo me moriré si él me odia.
El señor Teodoro estaba, si cabe, más
desconcertado.
—De
acuerdo —accedió—. Te prometo que Nico no se enterará nunca de lo que tú me
cuentes. Quedará entre tú y yo, será nuestro secreto.
—Tampoco
te puedes enfadar con Nico —agregó Natalia.
—De
acuerdo —volvió a acceder el señor Teodoro con suma paciencia—. No me enfadaré
con Nico.
Súbitamente llegaron a la mente del joven el
paquete de tabaco y la palabra “anorexia”. Ansió con todas sus fuerzas que no
se tratara de nada de eso. Natalia estaba más relajada después de haber conseguido
las promesas del señor Teodoro.
—Verás
—comenzó a hablar. El señor Teodoro la miraba atentamente—, Nico no quiere
volver al internado y tampoco quiere saber nada de su padre. Piensa escaparse.
Los negros ojos del hombre se oscurecieron peligrosamente.
—¿Cuándo
piensa escaparse? —preguntó, muy interesado.
—Cuando
vuelva al internado —respondió la pequeña—. Blas, tú eres su tutor legal,
sácalo de ese internado y no permitas que se escape.
El joven se quedó muy sorprendido.
—¿Cómo
sabes que soy su tutor?
—La
abuela Julieta se lo dijo a Nico —aclaró Natalia.
El hombre asintió, entendiendo.
—Nico
no quiere que su padre gaste dinero con él —siguió explicando Natalia—. No quiere
que mi tío Bruno pague el internado pero, lo peor, es que tampoco quiere que te
pague a ti por ser su tutor. ¡Por favor, Blas, no le cobres a mi tío Bruno por
ser tutor de Nico! —suplicó la niña casi al borde del llanto.
—Nat,
tranquilízate —pidió el hombre con voz suave—, yo no estoy cobrando
absolutamente nada a tu tío, te lo ase guro. Hoy por la mañana, hablaré con Nico.
—Acuérdate
de no decirle que yo te he contado nada
—insistió Natalia, temerosa—. Diría que soy una traidora y me odiaría.
—No
sabrá que tú has hablado conmigo —la calmó el señor Teodoro—. Sin embargo, te diré que no
considero que estés traicionando a Nico. Escúchame, Nat, has hecho lo correcto.
Si pensamos que alguien a quien queremos va a hacer algo que le puede
perjudicar, lo mejor que podemos hacer es procurar evitarlo. Eso es lo que tú
has hecho y me siento orgulloso de ti. Vuelve a tu habitación e intenta dormir.
—¿Estás
enfadado con Nico? —indagó la chiquilla.
—Te
he prometido que no iba a enfadarme —fue la respuesta del señor Teodoro.
La muchacha sonrió y abrazó al hombre con fuerza.
—Gracias,
Blas. Me he quitado un gran peso de encima.
Natalia se marchó de la habitación sintiéndose
feliz y satisfecha. El señor Teodoro apagó la luz pero le resultó imposible volver a
conciliar el sueño. Le preocupaba bastante y no le gustaba nada que por la
cabeza de Nicolás hubiese pasado la idea de escaparse. Fuera, el
viento seguía rugiendo, irritado. El joven lo escuchaba, cogitabundo. Su
preocupación hubiese aumentado sobremanera si hubiera sabido que un individuo
desconocido rondaba muy cerca y estaba vigilando las tres casas ubicadas en la
urbanización de Luna.
Se levantó de la cama y entró en el cuarto de baño
en busca de una caja de aspirinas. Se tomó dos, acompañándolas con un trago de
agua. La cabeza le dolía vivamente. A continuación, bajó al garaje y trasladó
al salón un tiesto de barro donde colocó un alto y frondoso abeto. Después trajo cuatro cajas de
cartón que depositó sobre el suelo. Por último, colocó unas patas de madera y
puso encima de ellas una tabla rectangular. Ya estaba todo listo para que los
niños pudieran decorar el salón con detalles navideños. Los calmantes aún no le
habían hecho efecto, sus sienes parecían querer estallar. Pensando en dormir,
volvió a su habitación.
⍵⍵⍵
Por la mañana, sonó el timbre del despertador en el
cuarto de Nicolás. El niño bostezó y lo paró al momento. Se giró hacia la
derecha y se llevó una agradable sorpresa al ver a Natalia acostada a su lado.
La niña dormía y el chico la contempló durante unos instantes dibujando en sus labios una sonrisa. La zarandeó con suavidad y la chiquilla
abrió los ojos.
—¿Qué
haces aquí? —cuchicheó Nicolás.
Natalia sonrió con travesura.
—Se
levantó un viento insoportable anoche —le contestó al oído—. Me desperté y
sentí miedo. Tú estabas durmiendo y me metí en tu cama. No quise despertarte.
Mientras dormías, estabas muy guapo, Nico. Se me pasó el miedo.
Los dos jóvenes estaban ladeados, mirándose
fijamente.
—Lamento
no haberme dado cuenta de que un ángel estaba junto a mí —murmuró Nicolás.
—¿Qué
hubieras hecho de haberlo sabido? —preguntó Natalia mientras sus ojos castaños refulgían.
—Te
hubiera abrazado hasta dejarte sin respiración.
Natalia se levantó, contenta. Recordaba su conversación con el señor Teodoro y estaba segura de que todo se iba a arreglar. Se encaminó
a su habitación, Patricia y Bibiana aún soñaban. Las despertó golpeándolas con un cojín.
—¡Arriba, holgazanas! —gritó,
entusiasmada—. ¡Nos espera un día maravilloso y no hay tiempo que perder!
—¿Qué
mosca te ha picado, Nat? —indagó Patricia, bostezando.
—He tenido dulces sueños y he descansado fenomenal —respondió Natalia, guiñándole un ojo.
Cuando estuvo preparado, Nicolás fue hasta la puerta
de las niñas y llamó con los nudillos. Obtuvo permiso para entrar. Patricia
aprovechó el momento para disculparse por el comentario que hizo la noche anterior y que tan mal le sentó al muchacho.
—No
te preocupes, Paddy—dijo el niño, sonriendo—, creo que me comporté como un
idiota. Perdóname tú a mí.
Patricia quedó encantada con esta respuesta. Nicolás
se había vestido con un chándal verde claro y unas deportivas blancas; a
juzgar de la niña estaba muy atractivo. El cuarteto se dirigió a la cocina y
allí se encontraron con Elisa y Emilia que estaban atareadas preparando el
desayuno.
Págs. 59-64
Noche ventosa, de las que a mi me gustan.
ResponderEliminar¿Qué hará Blas ahora? ¿Acabará descubriendo a Nat?
No sé quién será el tipo que anda vigilando, ni qué pretende. ¿Robar?
Continuaré leyendo para enterarme.
Un saludo
Me encanta que te hagas preguntas y me emociona verte por la estación. Mis personajes, contentos, de verte también. Un besazo y vuelve pronto.
EliminarLa verdad que Nat es una chiquilla encantadora, es imposible no cogerle cariño!
ResponderEliminarVeo que te gusta Nat, me alegro. Un abrazo.
ResponderEliminarMe encanta la relación entre los cuatro jóvenes, ahora habrá que ir viendo como se solucionan las cosas porque en verdad por un lado parece que será fácil y por otro ya me has dejado pensando es ese "Alguien" que anda rondando una noche así por las casas de Luna.... Veremos.
ResponderEliminarBesitos!
Hola FG!! Un capítulo más. ¡Cualquier día me alcanzas! Sí, alguien ronda por luna...
EliminarY las cosas, me temo, que no serán tan fáciles como puedan parecer.
Poco a poco, irás descubriendo y desentrañando.
Ya me he enterado que has publicado, en cuanto pueda paso a verte. Te confieso que me muero de ganas. Ahora estoy un poco liada con la paella. ¡Dichosa paella!
Un beso muy muy muy enorme!!!
jajajajajaj tú liada con la paella y yo también, pero yo lo reparto, lo hago y preparo todo y luego cuando echo el arroz sigue mi marido... jajajaja por eso ahora he visto tu comentario. Yo sólo media paella, así si sale mal culpables todos.
ResponderEliminarjajajjajaj Lo tienes todo muy bien pensado.
Eliminar¡¡Ya hemos comido la paella!!
Luego iré a arreglar la cocina. Me voy para tu blog!!!
Primero que nada te comento lo que salee de mi parte romántica,pienso que Nico y Nat no son parientes en realidad y que se llevan tan bien que me encantaría que en el futuro tengan un romance.Pues me ha parecido genial que Naty cuente a Blas sobre los planes de Nico así este pueda hacer algo para ayudarlo.Tu descripción de la noche me encantó me hacías sentir en ese lugar.Lo que me deja afligida es ese señor que ronda las tres casas,con que intención lo hace,será un asesino? un ladrón? quien es? y porque está ahí,que estará por suceder.algo malo pasará,hay que seguir leyendo! un abrazo Mela que tengas buen fin de semanaa
ResponderEliminarHola Hada Isol!! Pues me parece muy bien que tengas una parte romántica, ya veremos qué ocurre con Nico y Nat. Tal vez haya romance, tal vez no... jajajajaj
EliminarEl hombre que ronda por la sierra... también acabaremos viendo quién es.
Lo que yo sí veo es que eres una fenomenal lectora y que te atrae el Clan; mis personajes y yo te adoramos y esperamos no decepcionarte.
Un abrazo, y muy feliz fin de semana!!
Qué tal Mela? Ya estoy aquí. Después de la jornada de hoy me ha ido bien leerte. En este libro hay unos personajes encantadores. Nos vemos en el 12!!!!!
ResponderEliminarHola Oskar, me alegro que te vaya bien leer El Clan y que te gusten los personajes.
Eliminar¡Ojalá sea así hasta el final!
Nos vemos en el 12!
Pues Blas Teodoro,tiene un problemilla con Nicolas (bueno...¿solo uno?).
ResponderEliminar¿Como habla con Nico sin desenmascarar a Natalia?.
Y otra pregunta,me acabo de dar cuenta...(este año empiezo con buen pie...jaja)¿porque confían en Blas, para contar sus cosas y no en su tía?
Besitos
Hola Susana, veremos cómo se las ingenia Blas con Nico.
EliminarNatalia sabe a ciencia cierta que si le cuenta a su tía Elisa algo relacionado con Nicolás, esta va a hablar con Blas.
Por otra parte, siempre es Blas quien se ha ocupado del niño y Natalia no lo ve como un ogro ni muchísimo menos.
Un abrazo fuerte!!
Adolescentes durmiendo juntos.....
ResponderEliminarEsto promete sexo light
;-)
jajajaja ¿Quieres revolucionarme antes de comer la paellita del domingo? ¿Qué tal por París? Espero que bien.
EliminarYo creo que estos dos chicos acabarán enamorados ;) a pesar de las rabietas y del genio que vimos al principio, Nat nos va demostrando que es dulce y que tiene buen corazón ^^ seguiré leyendo a ver que pasa con ese hombre que ronda por los jardines :/
ResponderEliminarHola Siwan, me alegra verte.
EliminarPosiblemente tengas razón y acaben muy enamorados.
Besos
Así que, durmiendo en la misma cama. Ah...claro, el miedo al viento ;)
ResponderEliminarEso de que no te voy a traicionar, no le diré nada de lo que me contaste, no me voy a enfadar....Bueno, pues al final, todo papel mojado, y donde dije "digo", ahora digo "Diego". Y el tío que ronda por el exterior, no creo que sea el mago "Ghandalf" buscando a Bilbo. A ver lo que nos cuentas en el siguiente capítulo.
Besitos.
Eso de "papel mojado" y donde dije "digo"... ahora digo "Diego", me parece que es una gran verdad.
EliminarPues me parece que aciertas... no será ese mago ;-)
Besos
más arriba veo comentarios sobre sexo light, me he perdido algo :-D
ResponderEliminarBueno, no... no te has perdido nada.
EliminarPor cierto, JaaC, he estado en tu blog. Me gusta corresponder a las visitas... pero no he podido dejarte comentario. Dice que debo ser miembro, yo soy seguidora.
¿Debo clicar donde se lee "ya eres miembro?
También salía un "software malicioso" que no me permitía entrar... eso ya no sucede.
Mela, cariño, creo que Natalia está enamorada de Nico. ¡¡¡Ay bonita, a ver cuándo publicas y contestas!!!!
ResponderEliminarBesitos.
Bueno, ya veremos si Natalia está enamorada... es una posibilidad
EliminarYa te estoy publicando y contestando ;-)
Besos
Por lo menos, al final los críos tuvieron una velada acogedora (en el otro capítulo) claro que luego llega la noche y el viento...y ya no hay quien duerma si los malos presentimientos siguen rondando por la cabeza! Natalia pudo desahogarse contándole a Blas lo que sabe, ahora está la duda de ¿qué hará él con esa información?...
ResponderEliminarUn beso
P.D: En cuanto esté de vacaciones cogeré carrerilla y me verás más seguido.
Hola María... Pues sí, finalmente la velada no estuvo mal
EliminarPues ya veremos que hace Blas con esa información ;-)
Será un placer verte más seguido
Un beso
Un capitulo de vértigo, lo digo por la velocidad de la prosa
ResponderEliminarun ritmo preciso, una secuencia a cámara lenta y rápida
como una cordillera.
Una cosita y perdona por lo que voy a decir,
cuando estaban en la cama los chicos
pensé, aquí habrá tema, sorry
es mi mente calenturienta.
mañana más
besotes puros y castos por si acaso, jijiji
Hola Cielo... jajaja... No te preocupes, creo que es lógico que lo pensaras
EliminarBesotes puros y castos... sí, por si acaso... jajaja