CAPÍTULO 134
PÁGINAS DE LIBROS
L
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as hojas de cristal se separaron, y los tres
habitantes del pasillo anterior a la zona quirúrgica dirigieron sus miradas al
hueco abierto.
El primero en llenar ese hueco fue Jaime Palacios
que, de inmediato, vio a Blas Teodoro. La siguiente en entrar fue Matilde,
nerviosa, consciente de que por primera vez en su vida iba a estar muy cerca
del dictador de Kavana. También de su hijo. De ambos había oído hablar mucho
pero jamás los había visto en persona. Solo a Arturo Corona, en la tele.
La última en entrar fue Helena, y si la cara de Blas
fuese un libro, este libro estaría abierto por una página donde solo dos
palabras estarían escritas… “Te quiero”.
Y si la cara de Helena fuese otro libro, al ver a
Blas vestido con un pijama de hospital y sentado en una silla de ruedas, este
libro estaría abierto por una página donde solo podrían leerse dos palabras… ¿Cómo estás?
—Estoy bien —contestó Blas tras leer la mirada de Helena.
—¿Cómo dice? —interrogó Jaime Palacios— ¿Alguien le ha preguntado cómo se encuentra?
Blas le miró y volvió a notar, por parte del señor
Palacios, la misma frialdad que ya notó en el instituto.
—Tengo la sensación de no gustarle en absoluto, y la
verdad es que no entiendo el motivo.
Jaime Palacios ignoró las palabras de Blas, por un
momento, mientras pedía a Helena y a Matilde que se sentaran.
—Acierta usted —dijo a continuación—. ¿Está seguro de querer entender el motivo?
—Por supuesto.
—¡Un momento! —exclamó la señora Sales, alarmada— Mi hijo ha sufrido un infarto. Les ruego a todos
que permanezcamos en silencio.
—No ha sido un infarto, mamá, y estoy bien. Puede
decirme el motivo, señor Palacios.
—Sin embargo, yo estoy de acuerdo con su madre —intervino Arturo Corona—. Creo que aquí nadie va a decir algo más bello que
el silencio. Entonces, mejor que todos guardemos silencio.
—A mí nadie me va a mandar callar, y mucho menos
usted —declaró Helena, beligerante.
Matilde cerró los ojos y meneó la cabeza. Entendía
la reacción hostil de Helena. Era imposible, era como pedirle peras al olmo
esperar que se comportara pacíficamente estando tan cerca del asesino de su
madre.
Blas no entendía nada y creyó enloquecer temiendo
que Arturo Corona perdiera estribos y paciencia.
—Le ruego que no atienda a las palabras de esta
mujer, Excelencia —dijo, bastante alterado—. Es una arrebatada que no piensa lo que dice.
—Y usted, un arrebatado que no piensa lo que hace —añadió Jaime Palacios.
Tras esta afirmación fue Blas Teodoro quien acabó
perdiendo estribos y paciencia.
—¿Puedo saber qué le pasa a usted conmigo? —interrogó.
—¿Insiste en saberlo?
—Sí, insisto.
En este pasillo, la tensión ya podía cortarse con un
cuchillo.
—Muy bien —asintió
Jaime Palacios—. El padre de Helena es mi primo. Helena es mi
sobrina, y no una sobrina segunda o tercera, es más sobrina que si su padre fuera
mi hermano. Supongo que ya puede entender que usted no sea de nuestro agrado.
Tras esta revelación, Blas se quedó paralizado, mudo, como una estatua de piedra.
Matilde, que le observaba, percibió en su rostro
mucha confusión y gran sorpresa. La mujer atribuyó esta desorientación a que no
debía comprender que Jaime Palacios dijera ser el tío de Helena cuando era su
padre.
—Su sobrina tampoco es de mi agrado —dijo la señora Sales con rabia—. Debería darle vergüenza haberse disfrazado y
haberse hecho pasar por otra persona. Incluso tuvo la osadía de presentarse en
mi casa.
—A su hijo debería darle vergüenza haber dejado
embarazada a mi sobrina en el pasado, y haberle quitado la patria potestad en
el presente —contraatacó Jaime Palacios.
—Es su sobrina quien debió guardarse como cualquier
mujer decente debe hacer, y no se hubiera quedado embarazada.
—De mujeres como usted nacen y crecen hombres machistas
—la acusó el señor Palacios.
—Creo que ya es suficiente —Blas recobró el habla—. Lo que opinen ustedes puede ser muy respetable o
no, pero desde luego no es relevante. Los que debemos opinar somos Helena y yo.
—Mi sobrina opina como yo —aseguró el señor Palacios—. Y escúcheme con atención, señor Teodoro. Para
volver a besar a mi sobrina tendrá que besarme a mí primero. Es lo que diría mi
primo.
Helena notó calor en sus mejillas. Sin duda se estaba
sonrojando, y aunque se estaba poniendo realmente nerviosa, era tan disparatado
lo que había dicho su padre que no pudo evitar sonreír.
Blas vio su rubor y su sonrisa. No existía nada en
el mundo que le gustara más que ver aquella sonrisa, aquellos hoyuelos... pero, en esta ocasión, una
oleada de furia le invadió.
—Señor Palacios, Helena y yo somos adultos. No somos
dos adolescentes. Y le recuerdo que vivimos en el siglo veintiuno.
—Como si viviéramos en el siglo treinta. Me es
indiferente el siglo, señor Teodoro. Nosotros somos una familia muy anticuada.
—Para ser tan anticuados permitieron que Helena se
casara muy joven. Cuando yo la conocí tenía veintidós años, y Bruno Rey ya era
su marido —replicó Blas, enojado.
—¿Qué tonterías está diciendo? —se excitó Jaime Palacios— Cuando usted conoció a Helena, ella solo tenía
dieciséis años. Y le puedo asegurar que Bruno Rey jamás la tocó ni la besó.
—¡Basta! —gritó
Arturo Corona, exasperado. Jaime Palacios
estaba hablando demasiado— ¿Alguno de ustedes es consciente de que hay un
muchacho debatiéndose, en un quirófano, entre la vida y la muerte?
Y a partir de ese momento, nadie volvió a hablar. En
el pasillo solo se oían respiraciones agitadas, alguna tos nerviosa, algún
carraspeo, algún suspiro, y pasos de Arturo Corona y de Jaime Palacios que eran
incapaces de permanecer quietos.
Blas buscaba insistentemente encontrarse con la
mirada de Helena, pero Helena le rehuía. No quería mirarle, no quería que sus
rostros volvieran a ser páginas de libros abiertos. Sabía que en estas páginas
ya no se leería con claridad, únicamente se verían líneas borrosas, torcidas,
distorsionadas.
Marcos, el hijo menor de Matías Hernández, llegó al
pasillo acompañado por un soldado. Le traía ropa a Blas.
Emilia Sales se sintió aliviada por la llegada del
muchacho. Aquel silencio ya le estaba resultando insoportable.
—¿Cómo es que no ha venido tu padre? —le preguntó.
—No se encuentra bien —respondió el chico, muy nervioso y sofocado.
—¿Y por qué no ha venido tu hermano? —volvió a preguntar Emilia.
—Tampoco se encuentra bien. No sé qué han comido. Los
dos están indispuestos.
—Bien, pues gracias por venir tú —dijo Blas—.
Puedes volver a casa.
Marcos se marchó con rapidez, y Blas se ausentó unos
minutos para quitarse el pijama y vestirse.
Cuando regresó ya no se sentó en la silla de ruedas.
Al igual que los señores Corona y Palacios comenzó a pasear por el pasillo.
Luchaba consigo mismo por tener la mente en blanco,
no pensar en nada o pensar solo en Nicolás. Pero hay cosas imposibles de
evitar, y una de ellas es que no pensara en las últimas palabras de Jaime
Palacios.
“Helena solo tenía dieciséis años, y Bruno Rey
jamás la tocó ni la besó”.
¿Qué significaba todo aquello? ¿Cómo podía estar casada tan joven?
¿Por qué su marido nunca la había tocado ni besado?
Entre tantas preguntas sin respuestas, recordó como
la conoció.
Él estaba sentado en una cafetería, tomaba un café
con leche. Distraído, leyendo un libro, no vio entrar a Helena.
De repente, parte del café con leche se derramó
manchando páginas del libro. Entonces la vio… ruborizada, azorada.
Se disculpó enseguida, y se excusó alegando que
alguien la había empujado.
Él observó que nadie estaba detrás de ella, todos en
la cafetería permanecían sentados. Siempre creyó que Helena, por vergüenza, no
quiso admitir que había tropezado.
—¡Por vergüenza no! ¡Lo que ocurre es que eres una
mentirosa! —exclamó en voz alta, enardecido, sorprendiendo a
todos— Nadie te empujó cuando nos conocimos, tropezaste.
¿O lo hiciste adrede?
Helena se removió en la silla sintiéndose atacada y
ofendida.
—Matilde, haz el favor de decirle al memo de feria
que termina de hablar que no me dirija la palabra —dijo a su amiga.
—No le des recaditos a nadie y dímelo tú —se sulfuró Blas.
—Tranquilícese, señor Teodoro —medió Jaime Palacios, recuperado de la sorpresa por
aquel abrupto e inesperado comportamiento—. No parece que usted esté en su sano juicio.
Blas no contestó. Bruscamente volvió a sentarse en
la silla de ruedas sin dejar de mirar fijamente a Helena.
A Helena le quemaba su mirada incendiaria y no pudo
resistir semejante situación. Se levantó, dio la vuelta a su silla y se sentó
de espaldas a Blas.
—Este mar está muy revuelto —susurró Jaime Palacios a Arturo Corona—. Dudo de que los diques que pusimos logren contenerlo.
—Si actuamos con inteligencia, y quiero creer que somos
inteligentes, nuestros hijos serán quienes mantengan dichos diques —musitó Arturo Corona.
El silencio, la tregua, la paz tensa,
desaparecieron como una nube es desplazada del cielo arrastrada por un fuerte
viento en cuanto una acalorada Elisa llegó al pasillo precedida de un soldado.
—Disculpe esta irrupción, Excelencia —dijo el soldado—, pero esta mujer asegura y denuncia que aquí hay
una delincuente muy peligrosa. Helena Palacios.
La aludida se había dado la vuelta y se levantó
despacio. Matilde también se levantó y se posicionó al lado de su amiga
enlazando un brazo al de ella.
Jaime Palacios creyó que iba a explotar. Arturo
Corona le pidió calma al ver la terrible expresión de su rostro.
—¡SÍ, ES ELLA! —chilló Elisa, enloquecida, señalando a Helena con un
dedo tembloroso. Sus ojos castaños escupían furia mirando a la que creía su rival,
mirando a quien detestaba y aborrecía con todas sus fuerzas— ¡DEBEN
DETENERLA! ¡MANDÓ UNOS MATONES A MÍ
CASA! ¡DEBEN DETENERLA!
—¡SILENCIO
ABSOLUTO! ¡NO QUIERO OÍR A NADIE!
—bramó Arturo Corona transformado en fiera.
Un médico acababa de presentarse en el alborotado
pasillo. Venía de la zona quirúrgica, y su semblante no presagiaba que fuera a
dar una buena noticia.
Blas se puso en pie, la señora Sales también.
Jaime Palacios, presuroso, fue junto a su hija y le
pasó un brazo por los hombros.
Todos miraban, expectantes, al facultativo. Blas y
Helena, sin saberlo, compartieron el mismo deseo… que no hablara, que se
callara.
—Hemos hecho todo lo que hemos podido, hemos puesto
todos nuestros medios al servicio de Nicolás —El cirujano había comenzado a hablar, y Helena
sintió sus piernas muy flojas. Su padre la sujetó por la cintura—. Es un chico muy joven, muy fuerte… pero,
lamentablemente, ha entrado en coma. Lo siento.
—No sienta nada porque nada inevitable ha pasado —declaró Jaime Palacios al punto, abrazando a su hija con
fuerza—. Ningún libro se acaba con una coma. La vida de
Nicolás tampoco.
Elisa abrazó a Blas. La señora Sales también iba a
abrazarle, pero Arturo Corona la contuvo. Emilia entendió el motivo.
El dictador de Kavana observaba la escena con
bastante satisfacción.
Los abrazos estaban equivocados. Eran Blas y Helena
quienes debían estar abrazándose.
Elisa Rey podía ser el muro de contención que
precisaban para contrarrestar el empuje de ese mar embravecido.
De alguna manera tenían que matar un amor
sentenciado a muerte, condenado a morir antes de nacer, y que ya había
celebrado muchos cumpleaños.
Págs. 1078-1086
Este jueves dejo una canción de Manuel Carrasco... Uno x Uno
Próxima publicación... jueves, 25 de mayo
Págs. 1078-1086
Este jueves dejo una canción de Manuel Carrasco... Uno x Uno
Próxima publicación... jueves, 25 de mayo
¡¡¡¡Mela cariño mío me moría de ganas por leer otro capítulo!!! Ay esta vez no has publicado una semana antes. Ay a mi madre no le gusta que Nico esté en coma, ay qué disgusto bonita mía!!! Que gracia tiene el padre de Helena, a mi madre le encanta. Le ha dicho a Blas que tiene que besarlo antes de besar a Helena. Ay qué gracia de hombre!!! Ay qué gracia con Elisa, dice que Helena mandó los matones a su casa. No sabemos quién los mandó, ay si fue Helena qué gracia de mujer!!!! Me encantan Blas y Helena, qué pareja!!!! La canción es preciosa como siempre bonita mía!!! Ay esta novela es buenísima cariño mío!!!!
ResponderEliminarBesitos!!!
Pues me alegra que ya lo hayas leído, Julia
EliminarEs normal que a tu madre no le guste que Nico esté en coma... a mí tampoco
Pues, Jaime Palacios, está encantado de gustarle a tu madre
Creo que a Blas no le ha hecho gracia lo que le ha dicho el padre de Helena
Sí, Elisa acusa a Helena... Efectivamente, por ahora no sabemos quien fue
Me alegra que te haya gustado la canción
Estoy de acuerdo en que esta novela es muy buena ;-)
Besitos
Mela cariño mío, el Barça ha ganado el clásico!!!! Ay qué gracia, la mayoría pensaba que iba a ganar el Madrid!!! Mi hermano ha ido con unos amigos a ver el partido. Estás contenta bonita mía???
EliminarBsitos!!!
Julia, siempre me gusta ver jugar al Barça... no digo nada más
EliminarBesitos
Mela cariño mío, mis amigas me piden que te pregunte si se sabrá qué pasó entre Bruno y Helena. Ay es un matrimonio muy extraño!!!
EliminarBesitos!!!
Julia, tus amigas pueden quedar tranquilas... se sabrá
EliminarBesitos
Mela cariño mío, muchos cariños de parte de mi madre, de mi hermano, de mis amigas y míos. Ay que no se me olviden los amigos de mi hermano.
EliminarBesitos!!!!
Gracias a todos
EliminarBesitos
Mela bonita mía, menos mal que publicas esta semana!!! Algo para alegrarse porque ayer nos amargaron el día entre Pedro Sánchez y el Madrid. Cómo estás cariño mío???
EliminarBesitos!!!
Bueno, pues me alegra que mi capítulo sirva para ahuyentar amarguras
EliminarEstoy bien, muchas gracias
Besitos
Hola Mela,muy bien el padre de Helena,muy bien todo.Jojojojojojojo Blas no puede besar a Helena,que bese a Elisa,para besar a Helena tiene que besar al padre primero jojojojojo.La delincuente es Elisa,esa si que es.Por los matones que pregunte a Emilia,Helena no sabe nada,que reclame y pregunte a Emilia.En las fiestas de navidad acabaron mal y esa manda matones a Elisa para que no se arrime a Blas.Ha sido Emilia la que manda matones,que no diga Elisa que ha sido Helena.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, Carlos... Bien, está muy claro que te gusta lo que ha dicho Jaime Palacios
EliminarTú sospechas que quien mandó matones a casa de Elisa fue Emilia... Tal vez tengas razón, tal vez no... nada más puedo decir
Saludos
Hola Mela tengo razon que fue Emilia,es blanco y en botella.No me gusta que me copien el comentario.O Bruno o Emilia y casi Emilia no.El que ha dicho que es Emilia soy yo.
EliminarSaludos.
Te agradeceré que no comiences... Tú has dicho que fue Emilia, muy bien
EliminarCualquier lector puede opinar como tú... y aquí nadie copia a nadie
Hola Mela pero yo he sido el primero que lo ha dicho.Detengan a la que dice que Helena es delincuente,esa si que es delincuente.El hospital del caos en el pasillo del caos no se aclara nadie.
EliminarSaludos.
Bueno, pues si tú has sido el primero en decirlo... mira que maravilla, y mejor para ti
EliminarHola Mela,Emilia y Elisa no se pueden ver no se tragan la una a la otra,Emilia manda los matones a casa de Elisa y Elisa dice que es Helena la que manda matones.No me trago a Elisa que bese Blas a Elisa.
EliminarSaludos.
Vamos a ver.... a mí ya me ha quedado cristalino que piensas que fue Emilia quien envió a unos matones a casa de Elisa
EliminarUy pobres parece que Helena y Blas nunca podrán estar juntos a pesar de que se aman. Todos están contra su amor. Ojala algún día puendan estar juntos
ResponderEliminarJP... Te diré que, si yo fuera lectora de El Clan, también desearía que un día Blas y Helena estén juntos
EliminarEs cierto que hay mucha gente en contra de su amor... pero ambos son adultos y están en el siglo XXI... eso es lo que ha dicho Blas
Lo que quiero decir es que si no acaban juntos... quizás, los máximos responsables, sean ellos y solo ellos
Qué canción has puesto?? Uno x uno es uno. Blas y Helena se han dado un beso. A ver si no hay más besos:)) Me parto de la risa con Helena, menudo recadito le da a Martilde para Blas!! "Memo de feria" jajajajaja. Cuando Helena se sienta de espaldas a Blas jajajajaja. Puedo imaginarlo y me parto jajajajaja.
ResponderEliminarEspero que Nico salga del coma. Este capítulo no ha tenido desperdicio.
Besotes!!!
Sí, uno x uno es uno... y tú, como siempre, muy graciosa
EliminarDe todos modos, no te puedo decir si va a haber más besos o no... Ale, a freír
Pues sí, le ha dicho memo de feria porque estaba nerviosa... y también se ha sentado de espaldas porque Blas la estaba poniendo nerviosa con su mirada... esto ha quedado muy claro en el capítulo
Nico te agradece tus deseos... pero yo no te puedo decir lo que va a pasar
Besotes
A ver, a ver dijo un ciego y no vio nada o, a lo mejor, no estaba ciego y lo vio todo.
EliminarYo soy buena detective, hay mucho debate sobre quién mandó matones a casa de Elisa. Helena!!!! Me uno a Elisa y afirmo y reafirmo y firmo que Helena es una delincuente peligrosa. Que la detengan!!!!
A ti te deberían detener
EliminarAl pasillo de la tensión faltaba que llegara Elisa y ha llegado. No sé a quién se le ocurriría mandar matones a casa de Elisa, yo sospecho de Bruno Rey, Helena rotundamente no.
ResponderEliminarMe temo que Arturo Corona tiene razón. Tal como veo a Blas y a Helena, serán ellos los que mantengan los diques. Muchas mentiras, malos entendidos, verdades a medias y nervios a tutiplén.
Es lamentable que Nicolás esté en coma pero aún hay esperanza.
"Condenado a morir antes de nacer". Esta frase me hace pensar que los que sentenciaron el amor de Blas y Helena sabían o intuían que se iban a enamorar y los que condenan ese amor, que a mí personalmente me parece maravilloso, son los padres.
Estoy deseando leer el siguiente capítulo y que te animes a presentar la primera parte de la novela. ¡Que nadie te va a comer! :)
Pilar.
Sí, podría haber sido Bruno... nos acabaremos enterando de quien ha sido
EliminarEntiendo que pienses que Blas y Helena van a mantener los diques
Es cierto que hay mentiras, malentendidos, verdades a medias, y nervios a flor de piel... pero se te olvida que también hay un amor grande
Sí, es lamentable... pero, tienes razón, aún hay esperanza
Pues creo que esa frase la has interpretado bien, Pilar
Tendrás que esperar un poco para leer el siguiente
Aquí no se trata de comer o merendar... Yo no voy a separar las partes de la novela, y la novela se publica entera en el blog
Si no se trata de comer ni de merendar, debe tratarse de cenar:))))))))
EliminarO de almorzar
EliminarEl desayuno debe ser la comida más fuerte del día:)
EliminarPilar.
Sí, algo de eso dicen
EliminarSuponía que Elisa llegaría para animar aún más la situación, demasiado tiempo ha estado sin abrir la boca. No sé quién le enviaría los matones, quizá Emilia y Palacios, pero no le veo mucho objeto si todo su interés es que Blas y Helena no estén juntos. Quizá es que hay cosas que se han dicho y no recuerdo. Como que Helena tuviera 16 años cuando conoció a Blas; yo creía que ella era mayor que él, a ver si me lo he inventado o me estoy armando un lío de tres pares.
ResponderEliminarMucha gente metiéndose en lo que no les incumbe aunque, evidentemente, ellos piensan que sí, es irritante. Se ve que desconocen que una pareja la forman dos y que nadie ha de inmiscuirse en ella.
Hay esperanza para Nico, de un coma se puede despertar o no, pero creo que él lo hará.
En fin, que seguimos en un sin vivir!! Y ahora, con Elisa merodeando, más.
La canción es una belleza.
Besos
Pues suponías bien... Elisa tenía que volver a salir, y abrir la boca bastante
EliminarQuien contrató a los hombres que fueron a casa de Elisa a amenazarla se sabrá... También tenemos que recordar que nadie sabía que Helena iba a ir a Aránzazu... seguro que, de haberlo sabido, Elisa no hubiera recibido la desagradable visita de estos matones
Sí que te estás armando algo de lío... Blas ha dicho que cuando conoció a Helena, ella tenía veintidós años... Jaime Palacios se ha excitado de inmediato, y ha dicho que tenía dieciséis... Creo que está claro que mintió Helena o miente su padre... Si nos fijamos en la reacción de ambos... Jaime Palacios se excita, Helena rehuye la mirada de Blas... es más lógico pensar que mintió Helena... el motivo ya se sabrá
Sí, te doy la razón... mucha gente metiéndose... Eso que dices lo desconocen seguro, porque solo te puedes meter si uno de los que forman la pareja te lo pide o si ves un comportamiento incorrecto
Sí, es muy bonita... Me alegra que te guste
Besos
Sí, de un coma se puede salir... ya veremos que sucede con Nico
EliminarHola Mela, al leer el título del capítulo sabía que me iba a gustar. Eres un hada escribiente impresionante.
ResponderEliminarNo creo que Helena derramara adrede el café con leche de Blas, apuesto que tropezó y dijo lo del empujón por vergüenza. Por cierto, me ha encantado enterarme de cómo se conocieron.
16 años y dijo que tenía 22, ¿por qué?. Casada con un hombre que nunca la tocó ni la besó, ¿por qué?. Como verás me hago muchas preguntas, igual que Blas :)
No me pregunto si Helena envió matones a casa de Elisa, estoy seguro de que no. Voy conociendo a Helena. O fue Bruno Rey o fue Emilia y casi diría que Emilia.
Ni diques ni muros podrán contener el mar embravecido que son Blas y Helena. Cuando ellos están cerca llueven estrellas.
Nico está grave pero un libro no se acaba con una coma, una vida tampoco. Jaime Palacios, sensacional. Digno padre de su hija o de tal astilla tal palo :)
La canción, preciosa.
Un beso.
Hola, Juan... "Páginas de libros"... suena bien
EliminarMe alegra que te haya gustado saber como se conocieron, y puedo decirte que se sabrá si lo hizo adrede, si tropezó o si alguien la empujó... esto último es lo que dijo ella
Sí, y entiendo que te hagas preguntas... todas tendrán respuesta, pero ahora no
Sí, Bruno Rey y Emilia son los más sospechosos en este caso... también se sabrá quien fue y por qué lo hizo
Pues la verdad es que a mí también me parece que llueven estrellas cuando ellos están cerca
No, un libro no sería correcto acabarlo con una coma
Bueno, yo creo que es digna hija de su padre... y, de tal palo tal astilla
Me alegra que te haya gustado... sí, es muy bonita
Un beso
Intenso capítulo. La revelación también me dejó sorprendida. Que manera de argumentar. No creo que Teodoro quiera besar al señor palacios. No repara lo que dice, la furia lo hace decir disparatadas. El padre y hermano de marcos indispuestos al mismo tiempo? algo pasa alli. Ay me gusto eso de: "memo de feria" me suena muy gracioso. Jaime palacios sabe como meter cizaña en la mente de Blas, eh?
ResponderEliminarY ahora, que se trae Elisa entre manos, de que la acusa y porque? que zorraaaa! Oh no! nos dejas en un final trágico, Nicolás en coma? no puede ser! espero que el próximo capítulo nos des mejores noticias de su salud.
Que preciosa cancion!
Besines
Hola, Yessy... La verdad es que es bastante disparatado lo que dice Jaime Palacios
EliminarNo, yo tampoco creo que quiera besarlo... a no ser que esté muy desesperado por volver a besar a Helena ;-)
Pues nadie se ha dado cuenta de este detalle... y es importante... Sí, es extraño que estén indispuestos a la vez
Es una expresión que utilizo cuando me pongo nerviosa ;-)
Dos hombres visitaron a Elisa y la amenazaron con matarla si volvía a hablar o a ver a Blas... Elisa, al enterarse de que Helena está en Aránzazu, cree que ha sido ella quien contrató a estos individuos
Sí, Nicolás está mal... y te agradece tus buenos deseos
Me alegra que te haya gustado... es preciosa, sí
Besines
Hola, Mela. Todos, junto al quirófano. Helena y Blas con dos palabras bellísimas escritas en la cara... Love is in the air. Y ese ¿Cómo estás? pregunta cercana y tierna como pocas.
ResponderEliminarLa discusión que viene a continuación va subiendo de tono como un tornado que se retroalimenta de rencores de unos y otros... Comprendo la estupefacción de Blas al declararse J.Palacios tío de Helena. A continuación, Helena entre dos fuegos. Y sale a colación Bruno Rey con nuevas revelaciones sobre su pasada relación que desconciertan a Blas sobremanera. Y Elisa Rey aparece injuriando a Helena... Lástima, la paz pendía de un hilo que sin querer se ha roto. Les pudo la tensión, eso es todo. Sin embargo, no todo es negativo pues afloró un ayer cargado de secretos.
Muy bien, Mela, diría que en este capítulo intenso abriste La Caja de Pandora. Es la hora de la verdad ¿a qué sí? Caliente, caliente... ¡Qué emoción! Y entretanto, aguardaré expectante. Y desde aquí le deseo a Nico en su delicado periplo la mayor suerte del mundo. Un abrazo.
Hola, Mere... A veces, las miradas son páginas de libros donde se puede leer... las miradas son muy charlatanas
EliminarSí, detrás de esa pregunta hay mucho cariño
La verdad es que a Blas le ha sorprendido que Jaime Palacios sea tío de Helena... imagina cuando se entere de que es su padre... si es que se entera
A Blas le cuesta entender que, con dieciséis años, Helena estuviera casada... y la relación extraña entre Bruno y Helena
Elisa cree culpable a Helena... incluso le gustaría que fuera culpable
Sí, poco a poco ya vamos a adentrarnos por el sendero de las verdades... pero, poco a poco
Nico te lo agradece mucho
Un abrazo
La canción, Mela, me encantó. Con la ternura de Manuel, que está latente.
Eliminar* Y en este bonito día: Enhorabuena para ti, mi gran escritora y maestra.
Feliz domingo de letras y goles. (¡Qué gane el mejor 🍀💋!) Un besazo.
Sí, la canción es preciosa... me encantó en cuanto la escuché
EliminarMuchas gracias, Mere... No sé, en este caso, creo que la alumna superaría a la maestra
Felicidades, y enhorabuena a ti... no por aportar un granito de arena, tú aportas una inmensa playa a la escritura
Feliz domingo de letras, y goles... Y, vale, que gane el mejor
Un besazo
¡Holaa Mela! Tengo tantas preguntas que no te imaginas pero soy paciente como debe ser y ya se sabrá. Aunque puedo decirte que creería que Helena no ha enviado matones, no la imagino. Ya veremos.
ResponderEliminarAmo esas miradas de amor de Helena y Blas y esos entredichos. Lo se Nico ni que hablar que me tiene preocupada, lo dejo en tu pluma sabia como siempre.
La escena en la cual están reunidos y ofuscados me ha parecido muy buena, es que me has hecho estar allí. Gracias querida escritora por tu talento. Un beso grande y esperando el próximo capi para saber de Nico. Creo que a veces las situaciones extremas unen. Quizás... Un besazo.
Hola, Lou... Entiendo que tengas muchas preguntas... yo te aseguro que todas tendrán respuesta
EliminarHelena te agradece que no pienses semejante cosa ;-)
Las miradas son muy habladoras, hay que ponerse gafas de sol si no quieres que cuenten demasiado ;-)
Nico está muy mal... Sé que es un personaje querido, yo también le tengo mucho cariño... ya veremos que acaba sucediendo
Nico te da las gracias por tu cariño
Y yo te agradezco tus amables y cariñosas palabras
Sí, yo también creo que una situación extrema une a personas que se aman
Un besazo
Revelador e intrigante capítulo con una canción maravillosa de fondo.
ResponderEliminarFeliz puente, disfruta a tope!!!
Abrazos, Pilar
Gracias por tu visita, Pilar
EliminarFeliz puente para ti también
Abrazos
Este capítulo me ha dejado un poco desconcertada, mucha mala leche, mucha traición encubierta y la vida de un niño pendiente de un hilo. Pero en fin, ahora toca esperar al siguiente capitulo para ver si se despeja un poco la tormentaen ese dichoso pasillo de hospital.
ResponderEliminarGracias por regalarnos esta intrigante e interesante historia, de amor y odio.
Besos
Creo que lo más grave de este capítulo es que la vida de Nico corre peligro, sí
EliminarBueno, pues ya veremos si esa tormenta se despeja un poco en el próximo capítulo
"Dichoso pasillo de hospital"... me parece que este capítulo te ha crispado un poco ;-)
Gracias a ti por tu comentario
Besos
¡Hola Mela! Pasé a saludarte por aquí y desearte una maravillosa semana. Besotes miles querida escritora.
ResponderEliminarHola, Lou... Pues me alegra mucho que hayas pasado a saludarme
EliminarTambién te deseo lo mismo
Te mando miles de besotes... y muchas gracias
Hola Mela, por fin he podido pasarme por aquí para continuar con tu historia...
ResponderEliminarDesde luego, no me esperaba que Nico cayera en coma. Pero tiene razón Arturo Corona, eso no significa que sea el final...
.Estelle.
Hola, Estelle... Me alegra poder contestarte, y me alegra que pudieras pasar por aquí
EliminarNo, no significa que sea el final... aún hay esperanza... pero quien lo dijo fue Jaime Palacios
Besos