CAPÍTULO 89
LO QUE CUENTA BENITO SIERRA
E
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l policía más bajo se paró en seco al advertir que
el mendigo iba detrás de ellos, junto a Bibiana. Se dio la vuelta, mirando al
pobre hombre con ira.
—¿A dónde rayos vas tú? —le preguntó, despectivamente— ¡Lárgate de aquí o te machaco
a porrazos!
El infeliz retrocedió unos pasos, acobardado.
—¡Viene a mi casa! —intervino Nicolás, disgustándole cómo aquel
policía trataba al hombre— ¿O es que tampoco puedo invitar a mi casa a
quien yo quiera?
—¿Y qué crees que va a opinar tu padre cuando vea a este pordiosero? —preguntó el agente con aspereza.
—Mi padre no es un cerdo como usted.
Marcos tragó saliva, desesperado, temiendo que los policías
la emprendieran a golpes con Nicolás. Pero nada de eso sucedió. El agente
más alto ordenó que continuaran caminando y todos volvieron a andar, siguiendo
el mendigo detrás de ellos.
—¿Quién demonios debe ser este muchacho? —cuchicheó el policía más bajo a su compañero.
—No lo sé. Pero un pez demasiado gordo lo protege y si,
simplemente, lo rozamos nuestras vidas no valdrán ni un céntimo. O sea, que
serénate o somos polis muertos.
En su camino se cruzaron con algunos transeúntes y
todos tuvieron una misma actitud; les miraron en silencio y con
desconfianza.
Llegaron a la avenida Presidencial, número siete, y
Marcos decidió llamar al timbre en lugar de abrir él mismo.
Fue el señor Matías quien apareció al otro lado de
la puerta, y abrió sin demora. El hombre se quedó pasmado sin acertar a
decir nada en cuanto el grupo entró en el jardín.
—Haga el favor de avisar al señor Teodoro —habló el policía más alto.
—¿El señor Teodoro? —repitió Matías, atónito— Lo haría con mucho gusto, pero el señor Teodoro ha salido a comprar
unos pasteles. No puede tardar en volver; la pastelería está muy cerca.
—En ese caso, esperaremos.
—¿Desean tomar algo?
—¡No quieren tomar nada! —respondió Nicolás, furioso— ¡Y si quieren esperar a mi padre, lo esperan
en la calle, no quiero que ustedes estén en mí jardín! —añadió, dirigiéndose a los guardias.
—Lo más conveniente será que avise a la señora Sales —declaró el señor Hernández, muy confuso.
El hombre se alejó hacia la casa, prácticamente,
volando.
El mendigo observó la imponente casa de Nicolás y la
pequeña casa de la familia Hernández. También contempló la extensión de terreno
que podía abarcar desde su posición y comprendió que el padre de Nicolás debía ser muy pudiente.
La señora Emilia no tardó en salir, seguida del
señor Matías. Ambos se acercaron a los policías.
—¿Qué ha sucedido? —preguntó la mujer, alarmada.
—No ha pasado nada, yaya —contestó Nicolás, sin dilación—. Estos hombres son unos imbéciles —insultó, mirando a los policías.
—¡Nico!, ¿qué forma de hablar es esa? —le reprendió su abuela— ¡Haz el favor de estarte callado!
—¡No quiero callarme! ¡Quiero que estos policías se marchen ya!
—Nico, entra en casa con Nat, con Bibi y con Marcos —ordenó la señora Sales.
—¡No pienso moverme de aquí!
—vociferó Nicolás, exaltado.
La señora Sales suspiró, abatida.
—Simplemente queremos hablar con el padre del chico — expuso el policía más alto a la mujer—. Debe usted saber que su nieto ha protagonizado un escándalo público.
—Mi hijo estará aquí enseguida —aseguró Emilia—; ha salido a comprar unos pasteles.
—¡Si quieren hablar con mi padre,
lo esperan en la calle! —volvió a gritar Nicolás.
—¡Tú no echas a nadie de aquí, jovencito! —exclamó su abuela, enfadada— ¡Ya verás cuando llegue papá lo que te va a
pasar, maleducado, desobediente!
De pronto, la señora Sales reparó en la presencia del
hombre desaliñado, que se hallaba apoyado en el muro, a unos centímetros de la puerta abierta. Su asombro aumentó
bastantes grados; iba a decir algo pero no lo hizo porque, en aquel momento,
entró en el jardín el señor Teodoro.
El joven llevaba en su mano izquierda dos bandejas
perfectamente envueltas y, en su mano derecha, una servilleta por donde asomaba
un pedazo de pelota de crema que estaba comiendo. El último bocado que había
dado al pastel casi se le atraganta cuando vio a los chiquillos y a los
policías. En sus labios se veían algunas partículas de azúcar.
—Hola —saludó de forma general, sin dirigirse en concreto
a nadie.
—¿Es usted el señor Teodoro? —preguntó el policía más alto.
El aludido lo miró y asintió.
—Queremos hablar con usted sobre su hijo.
El señor Teodoro dirigió una mirada a Nicolás. El
chaval estaba mirando, con rabia, al agente que había hablado. Casi con la
misma rabia que mostró hacia Salvador Márquez la pasada Nochebuena.
—Matías, una de estas bandejas es para vosotros —dijo el señor Teodoro al hombre—. ¿Puedes cogerla, por favor?
El señor Hernández se apresuró a recoger la bandeja
que el joven le ofrecía.
—Muchas gracias, señor. No tenía que haberse molestado.
—Nico, lleva esta otra bandeja a la cocina —ordenó el señor Teodoro—. Y tira este trozo de pelota, se me han ido las ganas de
comerla.
—¡No pienso irme a la cocina!
—¡Nico! Hazme caso, por favor.
—¡No pienso irme a la cocina!
—¡Nico! Hazme caso, por favor.
El chiquillo
se acercó a su padre, cogió la bandeja y también la servilleta que envolvía
el pedazo de pelota de crema.
—Yo no he hecho nada malo —dijo el crío al señor Teodoro, mirándole a los
ojos—. He hecho lo mismo que tú hubieras hecho.
Las palabras de Nicolás impactaron al señor Teodoro
y le dejaron desarmado.
—Ve a la cocina, Nico —dijo, suavemente.
El muchacho se alejó, presuroso. Quería regresar
cuanto antes para poder escuchar lo que los policías contaban a su padre.
—¿Y bien? —preguntó el señor Teodoro al agente más alto— ¿Qué quieren decirme de mi hijo?
El hombre carraspeó antes
de contestar.
El señor Hernández le entregó a Marcos la bandeja de pasteles, encargándole que la llevara a casa. El chico también se fue con rapidez, puesto que también quería volver cuanto antes y enterarse de lo que sucedía.
El señor Hernández le entregó a Marcos la bandeja de pasteles, encargándole que la llevara a casa. El chico también se fue con rapidez, puesto que también quería volver cuanto antes y enterarse de lo que sucedía.
—En primer lugar le diré que su hijo ha estado tonteando con una
prostituta…
—¿Queeé? —se escandalizó el señor Teodoro.
—Era la madre de Paddy —intervino Natalia—, y Nico no tonteó con ella. Ha sido ella quien ha tonteado con Nico
porque es una descarada, cuenten bien las cosas.
Los dos policías miraron a la niña con semblante
avinagrado. En aquel instante llegó Nicolás y segundos después, Marcos.
—Yo creo que esta conversación sería mejor que la mantuviéramos a solas
—opinó el policía más bajo.
—En eso estoy de acuerdo —aceptó la señora Sales.
—¡No! —exclamó Nicolás, oponiéndose— ¡Yo no he hecho nada malo!
¡Y ustedes solo van a contar mentiras!
—Continúe —dijo el señor Teodoro al policía más alto.
—Su hijo ha tirado al suelo a un hombre que es profesor de matemáticas
en el instituto donde usted va a ejercer de director…
—¡Lo he tirado al suelo porque
él ha tirado primero a la madre de Paddy, a Nat y a Bibi! —se defendió Nicolás.
—El profesor dijo que había tropezado y que, accidentalmente, tiró a la
mujer y a las niñas…
—¡Él les mintió! —replicó Nicolás— Nat, Bibi y Marcos son testigos de que lo que
digo es cierto.
—¿Y qué van a decir tus amigos? —sonrió el policía.
—Mi hijo es como un imán para atraer problemas o meterse en líos, pero
no es un mentiroso. Yo le creo —manifestó el señor Teodoro, sorprendiendo a
los policías.
—¡Su hijo no llevaba documentación! —gritó el policía más bajo, alterándose— Ha dado limosna a ese indigente —señaló al mendigo que, hasta entonces, el señor
Teodoro no había visto—. En Aránzazu está prohibido dar dinero a
pordioseros y está prohibido ir por las calles sin carnet de identidad. Por
supuesto, está prohibido insultar a la autoridad y su hijo nos ha insultado. ¡Nos ha llamado cerdos! ¡Y también imbéciles!
El señor Teodoro apartó la vista del mendigo y
volvió a mirar al policía más bajo.
—Conozco muy bien las leyes de este país. Mi hijo no tiene obligación de llevar carnet hasta los
dieciséis años. Y si hay gente pidiendo limosna es porque no deben tener trabajo,
un derecho fundamental de cualquier persona. Un derecho y un deber. Nico, ¿has
insultado a estos señores?
—Sí, porque me han estropeado la mañana. No he podido ir a ninguna parte, yo tenía ilusión de...
—¡Discúlpate enseguida!
—Siento haberles insultado —murmuró Nicolás, forzado.
—¡Bien! —exclamó el señor Teodoro— Si quieren denunciarme porque mi hijo no llevaba carnet, porque ha
dado dinero a un hombre necesitado o porque les ha insultado a ustedes,
háganlo. Y si no tienen nada más que decirme, esta conversación ha terminado.
—Comprendo —habló el policía más alto—. Nos vamos, buenos días.
—¡Tú, andrajoso, ven con nosotros!
—gritó el policía más bajo al mendigo.
—¡No, él se queda aquí! —exclamó Nicolás, molesto — ¡Yo lo he invitado!
El señor Teodoro vio que el hombre desaliñado
temblaba de pies a cabeza y sintió compasión por él.
—Este señor puede quedarse si mi hijo lo ha invitado —declaró el joven.
Los policías asintieron y salieron del jardín. El
señor Teodoro cerró la puerta tras ellos.
—¡Tu comportamiento me parece vergonzoso, Blas! —exclamó la señora Sales, malhumorada. A
continuación se fue hacia la casa.
El señor Teodoro invitó al mendigo, cuyo nombre era
Benito Sierra, a utilizar uno de los cuartos de baño de
huéspedes para lavarse y asearse. También le proporcionó ropa y calzado para
que se vistiera decentemente. Seguidamente permitió que el hombre saciara su
hambre y su sed en la cocina. Por último le entregó un sobre.
—Aquí tiene dinero para cenar y dormir en una pensión esta noche —le comunicó—. También hay una dirección donde puede acudir
mañana y le darán trabajo. Tendrá un sueldo justo y le garantizo que podrá
pagar el alquiler de una casa.
Benito Sierra miró al hombretón que tenía delante,
muy agradecido.
—Es usted muy buena persona, desde que caí en desgracia nunca nadie me
había prestado ayuda. ¿Puedo despedirme de su hijo?
—Desde luego.
Nicolás, Natalia y Bibiana estaban sentados en un
banco del jardín al pie de una gigantesca palmera. Benito Sierra se acercó a
ellos; a los muchachos les costó trabajo reconocerlo debido al cambio que se
había producido en el hombre.
El baño, la ropa limpia y bien planchada y el
afeitado de su barba le otorgaban un
aspecto muy diferente. Debía tener cuarenta y tantos años. Sin embargo, parecía bastante más mayor ya que en su frente,
alrededor de sus ojos y en sus mejillas surcaban profundas arrugas.
—Quiero agradecerte lo que has hecho por mí, Nico —dijo el señor Sierra, intentando que su voz no
se quebrara—. Eres un buen chico y, no es de extrañar, con el
padre que tienes. Te confieso que cuando lo vi tan grandote y fortachón me
sentí atemorizado. Pero es una bellísima persona.
Os he oído comentar que vais a ir al instituto Llave
de Honor. Quiero advertirte de algo; hay una discoteca frente a la puerta del
patio. Se llama “Paraíso”. Debería llamarse “Infierno”. No se te ocurra nunca
entrar allí.
Mi hija Rocío desapareció en ese maldito lugar.
Recuerda que esa discoteca es peligrosa. Hace dos años que no sé nada de mi
hija; por esa razón perdí mi trabajo y mi casa.
El hombre sacó una foto que mostró a los chiquillos.
En la foto vieron a una chica morena de ojos claros; estaba sonriendo y en su barbilla destacaba una verruga de considerable tamaño. Nicolás se fijó que el señor
Sierra tenía una verruga semejante en su barbilla.
—Ahora tiene veinte años si es que sigue viva —declaró el hombre con amargura, guardando la foto.
—¿Y qué dice la policía? —se interesó Nicolás.
Benito Sierra sonrió con tristeza.
—La policía de esta ciudad no está interesada por los pesares de la
gente humilde; solo se interesan por la gente rica —declaró—. Tengo que irme. Te has portado muy bien conmigo,
Nico. Que Dios te lo pague. Esa discoteca maldita está demasiado cerca de tu
instituto, no se te ocurra entrar allí.
Los niños vieron como el hombre se alejaba; el señor
Teodoro lo esperaba en la puerta. Estuvieron unos minutos hablando hasta que,
finalmente, se estrecharon las manos. El señor Teodoro abrió la puerta y el
señor Sierra desapareció de su vista.
—¡Pobre hombre! —exclamó Bibiana, compadecida — ¿Dónde estará su hija?
—¡Vete a saber! —respondió Natalia— Dos años es mucho tiempo. A lo mejor, está muerta.
—A lo mejor alguien que trabaja en la discoteca sabe algo —meditó Nicolás—. Podíamos ir a preguntar.
—¡Nico, tú eres idiota! —se exasperó Natalia— ¿Crees que su padre no habrá ido a preguntar cien veces? Además, ese
hombre te acaba de avisar que la discoteca es un sitio peligroso y que no vayas
por allí.
—No nos dejarían entrar de ninguna manera —afirmó Bibiana—. He pasado muchas veces por delante de esa discoteca,
es para mayores de edad.
—Yo puedo aparentar ser mayor de edad —declaró Nicolás—, y ese pobre hombre necesita encontrar a su
hija.
—¡Y seguro que la vas a encontrar tú! —se mofó Natalia— ¡Déjate de idioteces, Nico! Y no te
compliques la vida. Si Blas se entera de que entras en una discoteca no puedo
imaginar lo que te hace. Hoy te has salvado por los pelos. ¿A quién se le
ocurre insultar a unos policías? ¡Solo a ti!
Págs. 696-705
Este jueves dejo en el lateral del blog una canción de Dyango... "Querer y Perder"
hola Mela,esos 2 policias son 2 pajarracos que no se arrimen a Helena y la cancion dice que como ella no hay 2,eso es verdad como Helena no hay otra,Helena es unica como ella no hay otra,
ResponderEliminarsaludos mios,
Hola Carlos... estos policías no son buenas personas... sí, se les podría llamar "pajarracos"
EliminarCompruebo que esta semana también te ha gustado la canción
Saludos
hola Mela,benito que le diga a Helena que no se arrime a la discoteca,lo mismo que le a dicho a nico que se lo diga a Helena,que Helena no se arrime a la discoteca,
Eliminarsaludos mios,
Pues no sé si Benito va a poder decirle eso a Helena... tal vez lo entiendas en el próximo capítulo
EliminarY los nombres de personas se escriben todos con mayúscula
quieres los nombres con mayuscula los nombres con mayuscula los tienes,pideme lo que quieras y lo tienes,
Eliminarsaludos mios,
Yo no te pedí nada... simplemente hice una observación
EliminarTampoco estaría mal que escribieras un comentario coherente acorde al capítulo que publico
Pero esto no es una petición
Uy cada vez más me gusta Nicolas ese no se deja amedrentar por nadie. Espero que cuando madure siga así te mando un beso y genial capitulo
ResponderEliminarHola Citu... Nico es valiente, sí
EliminarSupongo que cuando madure seguirá siendo valiente
Me alegra que te haya gustado
Yo también te mando un beso
Bueno jejej la verdad es que este chico los tiene bien puestos jajaj Creo que dentro de la forma tan intensa que tiene de expresarse y hacer las cosas hay un trasfondo dentro de él que le hace ser un buen tio, solo que el escaparate.... es demasiado grnade ejej
ResponderEliminarMe ha encantado el relato, vamos a ver si se mete o no en la disco.
Cuidate mucho niña.
unos besotessssssssssssssss
Hola SC... Nico es valiente y sabe distinguir lo que está bien y lo que está mal... también distingue lo que es justo y lo que es injusto
EliminarPor supuesto es un buen chico
Me alegra que te haya encantado
Vamos a ver si se mete o no en la disco ;-)
Lo haré, gracias
Unos besotes!
Hola Mela cariño, ay no creas que un hombre de la posición de Blas trataría tan bien a un mendigo. Dejar que entre en su casa, ay no creas. No hay manera de que llegue el lunes, una amiga mía dice que el lunes llegará al final de esta segunda parte. ¡Que manera de hablar, eso no puede ser! Dice que no quieres que se encuentren Blas y Helena. ¡Ay que tontería! La canción es muy bonita.
ResponderEliminarBesitos.
Hola Julia... no sé lo que haría un hombre de la posición de Blas... sí sé lo que ha hecho Blas en esta historia... en concreto, en este capítulo
EliminarPues tú lo has dicho... tu amiga ha dicho una tontería
Me alegra que te haya gustado la canción
Besos
Mela, bonita, tu hermana no publicó el microrrelato de terror. ¿Cómo es eso?
EliminarBesitos.
Porque solo se le ocurrieron relatos de risa ;-)
EliminarBesos
Me gusta el rumbo que está tomando la historia con otro misterio más, el de la hija del mendigo (ya sabes que las novelas de misterio y policiales son mis preferidas). Me ha sorprendido un poco la reacción de la señora Sales al ver al mendigo, como si lo conociera de algo ¿no? bueno, no se porque te pregunto, porque no puedes desvelar nada, jajajja.
ResponderEliminarUn capítulo muy interesante, si señora.
Besos!
Hola Laura... sí, sé muy bien cuales son tus novelas preferidas ;-)
EliminarLa señora Sales ha dicho que se avergüenza del comportamiento de Blas... pudiera ser que no le haya gustado que Blas se posicione a favor de Nico... y en contra de los policías
Tal vez tampoco le gusta tener a un mendigo en su casa... o tal vez lo conoce de algo ;-)
En el próximo capítulo... creo que tus dudas se despejarán
Me alegra que te haya parecido interesante
Besos!
Me pregunto porque hay tanta gente en esa ciudad que tienen a Blas por un hombre poderoso con el que es mejor no meterse... si parece encantador....
ResponderEliminarBesos
Raquel
Hola Raquel... eso que te preguntas es muy lógico... y poco a poco lo irás entendiendo
EliminarBlas parece encantador... y quizás lo sea de verdad... o quizás no lo sea ;-)
De todos modos, sí puedo decir que todo lo que ha pensado Blas hasta ahora no lo señala como culpable de nada... y cuando piensa no miente
Cuando pensamos, no mentimos ;-)
Besos
¡Hola Mela! Benito Sierra me ha dado pena y la señora Sales no me ha gustado. Ella estará avergonzada de la actitud de Blas y Nico pero yo me siento orgullosa. ¡¡¡Bravo por ellos!!! Blas debería haberlo invitado a comer, a cenar y a dormir. A la madre de Blas le da un ataque. ¡Ojalá encuentren a la hija de Benito! La canción es preciosa pero ¿no es mejor no querer si hay que perder?
ResponderEliminarBesos!!!!
Hola Merck... comprendo muy bien que Benito Sierra te haya dado pena y que no te haya gustado como ha actuado Emilia Sales
EliminarPues... ¡Bravo por ellos! ;-)
Bueno, Blas le ha dado dinero para que cene y duerma en una pensión... y le ha ofrecido un trabajo
Sí... posiblemente a su madre le hubiese dado un ataque
No te puedo decir lo que va a suceder con Benito y su hija... pero el próximo capítulo no creo que te guste
Sí... la canción es bonita
No lo sé... esa canción la canta un señor llamado Dyango... no la canto yo ;-)
Besos
Es curioso como las personas pueden tergiversar la verdad y cambiar los hechos, con la impotencia que eso conlleva, al final el carácter tiene que salir porque si no te pisan y repitan toda la vida
ResponderEliminarUn placer leerte, Mela
Feliz jueves
Hola María... me alegra que hayas podido resolver el problema que te impedía acceder a mi blog
EliminarLos policías estaban dispuestos a tergiversar lo ocurrido... pero Nico y Nat lo han impedido
También es cierto que Blas ha creído la versión de Nico... y no ha creído a los policías
Cuando conoces y quieres a alguien... las mentiras de otras personas... es difícil que te afecten
Muchas gracias
Feliz jueves
Caramba con Nicolas que recio , una formación solida para discernir lo bueno o lo malo ,bien por el .Estupendo capitulo. Gaticariños
ResponderEliminarHola Fidel... desde luego Nicolás tiene muy claro lo que está bien o lo que está mal
EliminarMe alegra que te haya parecido estupendo
Gaticariños
Hola Mela, todos los jueves me dejas con una sonrisa y deseoso de que llegue el siguiente jueves.
ResponderEliminarTengo la impresión de que Benito Sierra debería haberle contado a Blas el asunto de la discoteca. Y me parece que el pez gordo del que hablan estos policías no es Blas. Creo que hablan del hombre que ordenó matar a Víctor Márquez. Y voto por querer aunque tenga que perder si se presenta alguien como Helena.
Estoy pasando unos días en Suiza.
Un beso, hada escribiente.
Hola Juan... te advierto que el próximo jueves... será duro el capítulo... no creo que te deje con una sonrisa
EliminarPuede que tengas razón, pero se lo ha dicho a los niños
Posiblemente hablen de ese hombre, pero no saben quién es
Bueno, pues espero que lo estés pasando bien
Un beso
Esta visto que a Nico todo le sale mal, lo digo en el sentido de que atrae las situaciones complicadas como quien se pone un guante, pero a través de estas vamos viendo precisamente un poco del lugar donde se encuentran y que no siempre todo es oro lo que reluce. Por una vez Blas le ha creído, y eso ya es algo porque al pobre, siempre recibía y luego le preguntaban. Veremos como sigue la historia, por el momento tocará esperar.
ResponderEliminarBesos!!
Hola FG... Pues sí, Blas ya lo ha dicho... que atrae los problemas como un imán
EliminarEs importante que te sitúes en el lugar donde se encuentran, muy bien
No, no siempre es oro todo lo que reluce ;-)
Yo creo que Blas ha creído siempre a Nico... cuando este le ha contado algo
Otra cosa es que Nico haya ocultado cosas o se haya visto forzado a mentir
No estoy de acuerdo con eso de recibir y preguntar... pero, bueno, cada lector saca sus impresiones y conclusiones
Veremos como sigue... sí, toca esperar
Besos!
Con los antecedentes que tenemos de Nico y compañía, ya me los imagino metiendo la nariz profundamente en esa discoteca, lo que implica problemas. Creo que la advertencia de Benito S no ha hecho más que despertar a las fieras. La señora Sales empieza a caerme bastante gorda, no se parece en nada a su hijo.
ResponderEliminarDesde mi exilio voluntario, estornudando, tosiendo y lagrimeando, te mando un beso y me quedo esperando el siguiente capítulo.
Que enjaulen a los polis, no me gustan. Vaya autoridades.
Hola Nena... me alegra mucho verte, ha sido una sorpresa muy agradable
EliminarDesde luego que si van a esa discoteca van a tener problemas
Entiendo que te caiga gorda... Blas y Emilia son muy diferentes en su forma de pensar y de actuar
Pues me encanta que vengas desde tu exilio voluntario
Espero que no me mandes un beso para contagiarme... por teléfono ya lo intentas bastante ;-)
Me encantaría enjaularlos pero, por ahora, no va a ser posible
Recojo tu beso y te dejo otro muy gigante
Nico ha estado extraordinario y Blas lo ha comprendido. A la vista está que esos polis están corruptos. Hablan como macarras, se comportan como matones... Menudas piezas.
ResponderEliminarMe ha enternecido el Sr. Sierra. Perdió a su hija Rocío en aquella discoteca y después de aquello, se humdió y perdió todo lo demás. Cuántas personas no se han extraviado en este mundo por culpa de un disgusto así. Resulta muy real. La psicys humana está muy presente en esta historia.
Magnífico, Mela, un beso
Hola Mere... de tal palo tal astilla ;-)
EliminarLo que quiero decir es que Blas es extraordinario también
Sí... estos dos policías son lo que tú has dicho
Has comprendido muy bien lo que le sucedió al señor Benito Sierra... una verdadera pena pero, desgraciadamente, suceden cosas así
Aunque hay mucha ficción, esta historia se basa en la vida real
Magnifica tú por tener esa sensibilidad
Un beso
Je,je, nos hemos cruzado ;)
ResponderEliminarjajaja... Me parece que sí ;-)
EliminarY ahora van a ir de cabeza a meterse en la discoteca y buscar la hija del mendigo. Como si lo viera.
ResponderEliminarY sabes? creo que podrá decir lo mismo que hoy cuando lo pillen: su padre hubiera hecho igual
besos
Hola Silvia... bueno, puede que sea lógico que intenten buscar a la hija del mendigo
Eliminarjajaja... No está mal pensado que Nico diga eso... pero, en este caso, no sé si Blas entenderá que no se lo haya contado
Besos
No creo que lo vaya a entender. Para eso es su padre. Pero eso no quita para que se parezcan muchísimo!!!
EliminarBesos
Es que Blas y Nico se parecen bastante
EliminarMira, si Blas llega a ver cómo el profesor de matemáticas empuja y tira al suelo a la mujer y a las niñas... hubiese tenido la misma reacción que Nico... hubiese tirado al suelo al profesor
Pero no creo que Blas hubiera insultado a los policías
De todos modos, estoy de acuerdo en que se parecen muchísimo
Nico admira y está muy orgulloso de su padre... tiende a parecerse a él
Besos
No me extraña que Nico les haya gritado e insultado, si realmente les ha dicho lo que son. Vaya policías, qué pocas luces...
ResponderEliminarMe gustaría conocer a alguien como Blas, que me dé trabajo con tanta facilidad. Así da gusto XD
.Estelle.
Hola Estelle... sí, tienes razón. les ha dicho lo que son
EliminarNo tienen pocas luces, son malos... en el próximo capítulo te darás cuenta de lo malos que son
Bueno, con el problema de paro que existe en la actualidad, sería muy recomendable conocer a alguien como Blas ;-)
Besos
madre mía que policías no? que mala leche tienen y lo mal que hacen las cosas, se pierde una persona y no la buscan? pero que es esooooooo. Un besazo.
ResponderEliminarHola Tamara... esos dos policías no son buenos profesionales... mas bien son dos impresentables
EliminarBueno, Benito Sierra les ha dicho a los niños que la policía de esa ciudad no hace demasiado caso de los problemas que pueda tener la gente humilde
Un besazo
>.< Bueno... poir ahí navegando en un blog e estos llegué hasta aqui y veo que valio la pena... sé que deberé ponerme al tanto con las demás historias... asi que si no nte importa imprimiré todas para leerlas y luego comentar (siempre imprimo porque mis ojos se cansan muy facilmente en el monitor) Bueno... me agradó tu blog y sigue asi... saludos.
ResponderEliminarHola Popotan... me alegra que te parezca que valió la pena... son capítulos; historia, solo hay una
EliminarLamento que tus ojos se cansen fácilmente... pero creo que existe el remedio de usar gafas
Lo que quiero decir es que no permito que se imprima... lo siento
Saludos
Hola Mela, ando perdidillo, bastante perdidillo para ser más realista, jejeje.
ResponderEliminarVeo que Nico está en forma y sigue en su línea pero es buen chico y mejor persona, ya verás.
Un saludo bloguerísticamente hablando, jejeje.
Hola Dany... si estás en un laberinto y no encuentras la salida, empieza a romper cristales ;-)
EliminarSí, estoy segura de que Nico es buen chico y mejor persona
No sé muy bien cómo son esos saludos
Un saludo amistoso ;-)
Hola Mela !!!!! Esta ciudad es extraña y van a pasar muchas cosas me parece. Por otro lado en la primera parte cogí fijación con el fiambre y ahora creo que me voy a obsesionar con la chica desaparecida igual que Nico jajajajjaja Me encanta la novela, además parece que hay tema para rato y eso me gusta.
ResponderEliminarMuchos besos!!!!!!
Hola, Lidia ;-)
EliminarYa estás al día y me alegro mucho
Sí, es una ciudad extraña y van a pasar cosas feas
Bueno, creo que ya te he convencido de que el "fiambre" está en el fondo del acantilado... aunque ya no estoy segura de que esté allí... jajaja... No es que esté vivo... quiero decir que, a lo mejor, se lo han comido los peces
Ya sabrás sobre la chica desaparecida
Me alegra que te encante... sí, queda tema
Muchos besos!!
Buenos dias Mela , estos policias y su manera de actuar , parece un reflejo de lo que estamos viviendo actualmente . Me ha gustado como Nico ha impuesto su personalidad y carácter ante la situación. Cada dia mas interesante la trama . Saludos y un beso !!
ResponderEliminarBuenos días, Rosamary... bueno, pues estos policías no deberían existir en ningún lugar del mundo
EliminarEspaña es un país democrático, Kavana no lo es... lo que no quiere decir que esté bien que estos policías existan en Kavana
Los policías deben tener una conducta noble... o no ser policías
Pues en el próximo capítulo va a suceder algo muy grave, me sabe mal publicarlo... pero es que esta historia es así
Ya dije que esta segunda parte es dura y acaba mal
Es que Nico tiene personalidad y carácter... y es muy noble
Me alegra que cada día te interese más
Saludos y un beso!!
Bueno, me apuesto a que Benito Sierra aparecerá más adelante...
ResponderEliminarTal como lo dices, ganas la apuesta... porque aparece en el próximo capítulo
Eliminar¡Hola Mela! Qué gusto andar por tu sitio leyéndote. He extrañado la novela. Nico se ha comportado muy bien aunque a veces creí que Blas le iba a dar una reprimenda. Me gustó que lo apoyara porque era una razón muy buena. Tienen ambos muy buen corazón. Los policías se parecen tanto a muchos que conozco en mi país, pero es una acotación personal. Te felicito reina como siempre. Un gusto enorme volver a visitar tu blog. Gracias por tus deseos de que este bien de salud. Un beso grande.
ResponderEliminarHola Lou... me alegra que disfrutes con la lectura
EliminarBlas no podía reñir a Nico por algo que él también hubiese hecho... los dos tienen muy buen corazón, eso es cierto
Pues esa clase de gente no debería ser policía en la vida real... vamos, yo creo que no son policías por mucho que se vistan como tales
Me alegra que estés recuperada... por aquí también tengo entendido que mucha gente ha estado con gripe
Es un placer leerte a ti
Un beso grande
Siempre ha estado muy interesante el Clan, y no sé cómo haces para seguir no ya con el mismo nivel, si no ir superándote cada día más! debe ser difícil mantener la intriga tan hábilmente. Es un capítulo estupendo!!
ResponderEliminarPor mí seguía leyendo, pero lo dejo para otro día.
Un beso
Te puedo asegurar que no hay otro secreto que imaginar una historia, tenerla clara, creer en ella y contarla
EliminarMe alegra muchísimo que esta historia te esté gustando
Por cierto, tu relato de Halloween ha estado muy pero que muy bien ;-)
Hasta otro día
Un beso