CAPÍTULO 84
LA FAMILIA HERNÁNDEZ
B
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las Teodoro y Emilia Sales habían dejado de
conversar con Matías y Luis, y terminaban de entrar en casa. Estaban colgando
sus abrigos en el perchero del vestíbulo cuando apareció Nicolás con semblante
huraño.
—¡No pongáis vuestros abrigos
ahí! —les chilló—¡Esas perchas son para los
invitados, no para vosotros!
Madre e hijo intercambiaron una mirada perpleja.
—¿Se puede saber qué te pasa, a qué vienen esos gritos? —interrogó el señor Teodoro, confuso.
—Marcos me ha dicho que no puedo dejar mi cazadora ahí, pues vosotros tampoco.
En esta casa hace mucho calor, estoy agobiado. ¡Y no me gusta que la puerta de
mi habitación esté dentro de la tuya! ¡Eres un idiota!
El señor Teodoro suspiró, lanzando a su hijo una
mirada llameante.
—No vuelvas a insultarme, mocoso —le contestó, enfadado—. Y entérate de que cuelgo mi abrigo donde me parece
mejor. Lo del calor lo puedo solucionar bajando la temperatura de la
calefacción. Respecto a la puerta de tu habitación, seguirá dentro de la mía
hasta que te conviertas en una persona más sensata. Quiero dormir en paz por las
noches. ¿Te ha quedado todo claro?
Nicolás cedió y asintió, temiendo recibir un
cachete.
—¿Por qué no vais al cuarto de los juegos? —propuso la señora Sales— Blas y yo tenemos que ir a la cocina a hablar
con tu madre y con tu cuñada —agregó, dirigiéndose a Marcos.
Los dos chiquillos se encaminaron al citado cuarto,
y el señor Teodoro y su madre giraron a la derecha y abrieron la primera
puerta, blanca y acristalada, ubicada en la parte izquierda del nuevo pasillo.
Entraron en la cocina; esta era una estancia muy
amplia y gozaba de mucha luz natural que se podría advertir por la mañana, gracias a la instalación de un gran ventanal en una de las paredes. En el centro se hallaba una isla sobre un suelo de acero, más resistente a las manchas y a la
humedad que el resto, que era de parqué.
Encima de la isla se encontraba la encimera y, sobre ella, una campana
extractora enorme. Una de las partes inferiores de la isla se había dejado libre de cajones para instalar unos taburetes con medio respaldo, lugar idóneo
para desayunos rápidos.
El mármol verde esmeralda de las paredes contrastaba
con la madera de los muebles, lacada del mismo tono pero bastante más oscura.
Una puerta daba acceso a una galería donde estaban la lavadora, una secadora,
un cubo de basura y utensilios de limpieza. A través de los cristales de esta galería se
podía contemplar un trozo del jardín. La galería también contaba con un cuarto de
aseo y una puerta que abría paso a una terraza cubierta, donde tender la ropa,
ideal para un día lluvioso. En la terraza, otra puerta, comunicaba con un
cuarto de planchar.
Dentro de la cocina, un hueco con forma de arco conducía a otra estancia donde reposaba una mesa redonda de madera, con
tres sillas a su alrededor. Las sillas tapizadas con una tela de anchas rayas blancas y
negras, hacían juego con un suelo de mármol ennegrecido y unas paredes y techo
blanquísimos.
Tres lámparas de pie, de cristal circular y pantalla
de seda gris perla, iluminaban la sala por la noche. Otras tres sillas se
hallaban muy cerca de una pared. Una de las paredes estaba abierta a la cocina
y una barra realizaba el servicio de pasaplatos.
Dos mujeres, ataviadas con baberos y delantales,
trajinaban en la cocina. El señor Teodoro las saludó, amablemente, y ambas
mujeres le hicieron una reverencia. El joven las miró con disgusto y
desaprobación.
—No volváis a hacer eso —les pidió con firmeza—. No quiero que nadie se incline delante de mí. Lo único que puedo
tolerar es que me habléis de usted, aunque me agradaría que me tuteaseis.
Ahora, podéis iros a vuestra casa, por favor.
—No hemos terminado de preparar la cena —murmuró la mujer más mayor.
—Yo terminaré de prepararla —aseguró el señor Teodoro—. Es sábado y noche de Reyes, no voy a permitir que continuéis
trabajando. Únicamente vais a trabajar de lunes a viernes; sábados y festivos
los tendréis libres.
Las mujeres
asintieron y salieron de la cocina.
La señora más mayor tenía cuarenta y ocho años
aunque, por su aspecto, parecía que tuviera cincuenta largos. Era algo más alta
que la señora Sales, y muy delgada. Sufría de poco atractivo por causa de su pelo
corto, pobre y canoso. Era la esposa del señor Matías y la madre de Luis y
Marcos.
La mujer más joven era su nuera ya que estaba casada
con Luis. Tenía veinte años, algo más alta que su suegra y menos delgada. Era
mulata y su cabello rizado, por naturaleza, estaba forzosamente alisado y
recogido en una corta coleta.
El señor Teodoro suspiró, aliviado, cuando se quedó
a solas con su madre.
—Espero que se acostumbren a nosotros y nos traten con más
familiaridad. No me gusta que estén tan distantes y se comporten de un modo tan
servil.
—Es su forma de ser —dijo Emilia—, ya se irán dando cuenta de que no mordemos. Lo importante es que son
trabajadoras y buenas personas. No se parecen en nada a Sandra, no se meterán
con Nico y evitaremos problemas.
El señor Teodoro examinó la comida que las mujeres
estaban preparando.
—¡Por Dios bendito! —exclamó con desazón— Me pregunto qué es lo que les faltaba por hacer. De primer plato
tenemos verdura en menestra; de segundo, rollitos de lenguado con espárragos
trigueros y de postre, crema de kiwis. ¿Cómo voy a conseguir que Nico se coma
esto?
—Poniéndote serio —le contestó su madre—. La verdura y el pescado son alimentos muy recomendables para un
niño.
—¿Y me puedes explicar cuánto tiempo voy a tardar en escribir el millón de frases que el niño me
pidió? —interrogó el señor Teodoro, desesperado— Aunque escribiera mil frases diarias, cosa
que no voy a poder hacer, tendría trescientas sesenta y cinco mil en un año.
Voy a tardar años en escribir esas dichosas frases.
La señora Sales sonrió a su hijo, con cariño.
—A
veces eres más inocente que el propio Nico. No será imprescindible que escribas
ninguna frase; simplemente deberás canjearle cien mil frases por cada castigo
que tú le levantes. Con diez castigos ya tendrás las frases resueltas.
El señor Teodoro sonrió de oreja a oreja.
—Esa
es una gran idea, no se me había ocurrido. Gracias, mamá.
∎∎∎
A Nicolás le gustó mucho el cuarto de los
juegos; era una habitación muy alegre con variado
colorido. Una moqueta de un azul intenso vestía el suelo; las paredes estaban
forradas con una lona gruesa y blanda. Una pared, de color azul,
otra amarilla, otra verde y otra roja. El techo, inmaculadamente blanco. Un
gran ventanal mostraba una parte de jardín. Cuatro enormes estanterías de
madera, pintadas con diferentes tonos, estaban repletas de libros de aventuras,
juegos de mesa y puzzles. Una gran pantalla sobresalía de un mueble color
caoba; la pantalla serviría para que Nicolás viera la tele o jugara con alguno
de sus numerosos videojuegos. En un rincón había una mesa redonda, de tablón
amarillo y sillas a su alrededor, tapizadas con piel del mismo tono. Seis
butacas, de diferentes colores, y seis puffs estaban distribuidos a lo ancho y
largo de la habitación. Gigantescos cojines, rellenos de plumas, estaban repartidos sobre la
moqueta. Un radiador, instalado en la parte inferior de una de las paredes,
calentaba el lugar.
Nicolás y Marcos se dedicaron a escudriñar los
juegos y libros de las estanterías. Súbitamente, Nicolás tuvo una idea que le
pareció genial.
—¿Te molestaría mañana acompañarme a visitar a Nat y a Bibi? —preguntó a Marcos— Son amigas mías. Hasta hace muy
poco creía que Nat era mi prima. Mi padre no me dejará salir solo pero, si tú
me acompañas, seguro que me deja. A las diez estaremos desayunando, ¿te vendrá
bien venir a esa hora?
—Sí, claro —respondió Marcos, conforme.
∎∎∎
El señor Teodoro bajó la temperatura de la
calefacción de toda la casa porque, realmente, el calor era excesivo ya que
había radiadores en cada estancia y pasillo.
Tras esto llamó por teléfono al señor Matías para
preguntarle si podía invitar a cenar a su hijo. El joven pensó que, tal
vez, Nicolás no armase mucho jaleo cuando viera la cena que le esperaba si
Marcos estaba presente.
El señor Matías no puso ningún obstáculo pero,
cuando colgó el teléfono, se frotó la barbilla, pensativo.
—Ha convidado a cenar a Marcos —comunicó a su hijo Luis, a su esposa Prudencia y a su nuera Cruz—. Este hombre no sabe dónde está la línea que nos separa y no distingue
a unos de otros.
—El señor Teodoro no es como los demás ricos —declaró Cruz, la chica mulata—. Él es educado y amable; también parece muy sencillo.
—¡Nadie ha pedido tu opinión!
—gritó Luis, con furia— ¡Vete a la cocina a preparar
la cena! ¡Y usted, madre, vaya también! ¡Padre y yo estamos
hambrientos!
Ambas mujeres se retiraron en el acto.
—Creo que el señor Teodoro nos va a traer problemas —opinó Matías Hernández—, y a mí no me gusta el desorden ni el
desacato.
—Tranquilo, padre. Nosotros trazaremos la línea gruesa que nos separa y
se la enseñaremos al señor Teodoro. Tendrá que resignarse y aprender a no cruzarla.
—No será tan fácil, hijo. Él es nuestro patrón, nuestro amo, nuestro
señor. Él es quien nos proporciona techo y alimentos; es quien nos paga y nos
paga muy bien. Él es quien manda.
—Pero no puede mandar dentro de nuestra casa —replicó Luis—. Aquí manda usted, luego yo, y luego Marcos.
Las mujeres no cuentan y don Blas tendrá que respetar nuestras costumbres. Vivimos en Kavana.
∎∎∎
El señor Teodoro acertó invitando a cenar al hijo
menor del señor Matías. Nicolás miró perplejo la comida servida sobre la mesa
pero, viendo que Marcos comenzó a comer sin decir nada, él decidió no
protestar tampoco.
Después de cenar y ayudar a recoger la mesa, los
chavales regresaron al cuarto de los juegos.
Una
vez la cocina estuvo impecable, la señora Sales se retiró a su habitación y el
señor Teodoro se reunió con los chicos, que estaban entretenidos con un enorme
puzzle, enfrascados en la tarea de conseguir encajar sus piezas.
El hombre puso la tele en marcha y se sentó en una
butaca, reposando las piernas en un puf. Buscó un canal que le interesara y,
finalmente se quedó viendo un documental sobre islas perdidas en medio de un océano. Al cabo de un rato apagó la tele y se levantó de la butaca, ahíto de
oír quejas y resoplidos de su hijo, debido a las dificultades que tenían él y
Marcos para construir el puzzle.
El señor Teodoro se sentó al lado de Nicolás y, con
paciencia, les ayudó a formar la figura de un barco pirata.
A la una de la madrugada Marcos se marchó a su casa,
que era la otra vivienda más pequeña, que Nicolás vio cuando entraron
con el Mercedes en el jardín.
El señor Matías no se había acostado, aguardando la
llegada de su hijo.
—¿Cómo ha ido todo? —le preguntó.
—Muy bien —respondió el muchacho—. El señor Teodoro es muy buena persona; nos ha ayudado a construir un
barco grandísimo. El señorito Nicolás me ha pedido que mañana, a las diez, esté
en su casa. Quiere salir conmigo por Aránzazu.
—Entonces ponte el despertador, no vayas a dormirte —le impuso su padre con apremio—. De todos modos, avisaré a tu madre de que te despierte a las ocho y
media.
—Mientras cenábamos el amo me ha pedido que le llame Blas y que le
tutee, y a la señora Sales que la llame Emilia y que la tutee también. Al señorito Nicolás debo tutearlo y llamarlo Nico —explicó Marcos, escandalizando al señor Hernández.
—Si te lo ha pedido, es una orden, y debes obedecer —declaró, rascándose la barbilla—. Pero esta situación no me gusta en absoluto. No es bueno, no es de
ley mezclar el agua con el aceite. Esta misma noche hemos tenido problemas
aquí. Tu hermano ha pillado a la descocada de su mujer diciéndole a tu madre lo
muy elegante y guapo que es el señor Teodoro. Cruz se ha ganado una concienzuda
limpieza de boca con jabón y no ha cenado. El ayuno la ayudará a purificarse.
Vete a dormir, Marcos.
—Sí, padre, buenas noches... Si me permite un consejo le diré que es
mejor que el amo no sepa cómo tratamos, nosotros, a las hembras. Estoy seguro
de que no lo aprobaría, él trata con mucha corrección a su madre. Claro que la
señora Sales es una dama pero, aún así, no creo que le gustara nuestra
conducta.
El señor Matías asintió, en silencio, mirando por
una ventana en dirección a la casa grande.
Págs. 661-669
Este jueves, dejo en el lateral del blog una canción de Rosana... "Aquel corazón"
Págs. 661-669
Este jueves, dejo en el lateral del blog una canción de Rosana... "Aquel corazón"
hola Mela,ese matias ese luis ese marcos no le llaman a Helena hembra porque si le llaman hembra helena coge un martillo y les mete un martillazo, no a ella no la llaman hembra,esos 3 son unos machos y Blas los descabeza y me alegro,de la cancion no quiero saber ni decir,
ResponderEliminarsaludos mios,
Hola Carlos... ni Matías, ni Luis ni Marcos han nombrado a Helena
EliminarSaludos
Uy cada vez más interesante . Cada vez me gusta conocer a Nicolas, te mando un beso y te me cuidas.
ResponderEliminarHola Citu... me alegra que te parezca más interesante y que te guste conocer a Nico
EliminarYo también te mando un beso y te me cuidas ;-)
Madre mía, cómo están por ahí de bordesssssssss, jejeje.
ResponderEliminarDales una tilita Mela.
Saludos.
Hola Dany... me parece que al único que le gusta tomar tila es a Blas
EliminarSaludos
Hola Mela cariño!!! Cómo estás? La canción es estupenda como siempre y el capítulo no digamos!! Ay que familia ésta, en todas las familias se cuecen habas. Tienes que decirme en que capítulo se encuentran Blas y Helena porque será la portada del libro, dibujé a Blas solo y de ninguna manera puede ser, tiene que estar Helena también.
ResponderEliminarBesitos bonita!!
Hola Julia... me alegra que te haya gustado la canción y el capítulo
EliminarEn todas las familias o... ¿en todas partes? ;-)
Sé que te interesa bastante el encuentro entre Blas y Helena... pero no es mi intención adelantar nada de esta segunda parte
Tranquila, encontrarse se encontrarán y podrás dibujar lo que quieras
Besos
Mela bonita, no puedo entender que te cuesta decirme en que capítulo se encuentran, eso no es adelantar nada, parece que hay que sacarte las cosas con sacacorchos.
EliminarBesitos.
Julia, no es necesario sacar nada con ningún sacacorchos
EliminarSolo te diré que están en sábado, noche de Reyes... Blas y Helena se ven el lunes
Espero que estés satisfecha con esta respuesta
Besos
aAy, bonita!!! estoy satisfecha porque falta poco para el encuentro tan esperado. Mis amigas se van a tener que callar, dicen que no quieres publicar ese encuentro. ¡Ay que gracia!
EliminarBesitos y feliz finde.
Pues me alegra que estés satisfecha
EliminarBesos y feliz finde
Bueno... la parte masculina de esa familia es gentuza, poco más que añadir; nada peor que serviles fuera de casa y lobos dentro de ella. A ver si en una de las inclinaciones se parten por la mitad. Pena me dan sus mujeres. Agua y aceite... a él lo mezclaba yo con salfumán. Matías imbecilías.
ResponderEliminarYa empiezo a irritarme.
La canción es muy chula, me suena y no me suena... no sé.
Besos
Hola Nena... sí, ya noto que te has empezado a irritar ;-)
EliminarComprendo que te irrites, pero me he reído mucho imaginando que se partían por la mitad... y con "Matías imbecilías"
La canción es muy bonita... si no lo sabes, es que no la conocías
Besos, hembra... jajaja
Pues vaya diferencia de una casa a la otra, y encima con lo propenso que es Nico a meterse en líos ya me veo venir que todo se va a complicar bastante. Me gusta y mucho, ahora por el momento a esperar al siguiente capítulo.
ResponderEliminarBesos!
Hola FG... puedo asegurarte que en esta segunda parte todo se complica mucho
EliminarMe alegra que te guste
El próximo jueves tendrás otro capítulo
Besos
Se está poniendo la cosa muy interesante, pero.. de donde han salido esta pandilla de eslavones perdidos? me refiero a los hombres de la familia de los sirvientes, parecen salidos de la cuevas de Altamira, solo les falta llevar a sus "hembras" cogidas por los pelos :) Me ha dejado pensativa la última frase de Marcos a su padre... umm, no se, no se.
ResponderEliminarBesos!!
Hola Laura... me alegra que te parezca interesante
Eliminarjajaja... "Las hembras cogidas por los pelos"
Oye, que esto es muy serio y me estáis haciendo reír
Ya irás sabiendo ;-)
Besos
Madre mía, cuánto machismo por aquí. Parece que esta familia se ha mudado a un poblado de amish.
ResponderEliminarTienen una casa enorme y lujosa, con lo último en decoración, mobiliario de cocina, juegos, tecnología... Pero a las mujeres las siguen tratando como si fueran un felpudo. Interesante... Se merecen un aplauso, pero con su cara en medio.
.Estelle.
Hola Estelle... no sé por qué imaginé que tú también te ibas a irritar
Eliminar"Un aplauso con su cara en medio"... jajaja
Bueno, por mucho que me ría, también creo que se lo merecen
Besos
Me cuesta creer que no haya nadie que no se irrite...
EliminarMe encanta lo del aplauso xD siempre que la ocasión lo merece lo digo.
.Estelle.
Yo creo que todas las mujeres nos irritamos ante tal conducta pero, por desgracia, no creo que se irriten todos los hombres
EliminarSi fuera así, no existiría ninguna mujer maltratada... y existen
En la tele se ve algún caso demasiado a menudo
A mí también me ha gustado lo del aplauso... lo diré cuando la ocasión lo merezca ;-)
Hola Mela, si que esta interesante si, vaya giro esta tomando esta segunda parte. Y los cuidadores de la casa uff a ver como acaba esto!!!! Como siempre he pasado un rato estupendo, ahora a esperarme hasta el próximo jueves.
ResponderEliminarUn beso Mela.
Ah si, se me olvidaba, tanta descripción de la cocina parecía una sala de baile, no falta de nada, !!!!!!
ResponderEliminarHola Lidia... me alegra que te parezca interesante
EliminarLos cuidadores de la casa son un poco extraños... pero Luis lo ha dicho claro... viven en Kavana
Me alegra que lo hayas pasado bien... y, sí, hasta el próximo jueves
Una sala de baile un poco atípica ;-)
Un beso
Hola Mela!!! Te dije que no me gustó cómo le habló Matías a Blas y Marcos a Cruz en el capi anterior. Seguro que acaban todos en el acantilado haciéndole compañía a Salvador Márquez, jejeje
ResponderEliminarUn besazo!!!
Hola Merck... es cierto, me lo dijiste... pero nadie va a hacerle compañía a Salvador en el acantilado
EliminarUn besazo
¡¡Mela!! ¡¡Noticia de última hora!! Alguien me ha dicho que te diga que tu novela va a ser más larga que un día sin pan y que tú no tienes ni idea de lo que es eso. ¿Qué vas a contestas? :))))
EliminarYa estás con tus tonterías... no voy a contestar nada... y tampoco me interesa quién te lo haya dicho
EliminarAhora resulta que Blas tiene a un nido de maltratadores en su propia casa, en cuanto se de cuenta va a haber problemas, Blas es un hombre de bien y no podrá consentir que algo así esté ocurriendo allí mismo. Mucho de usted, mucho señorito y mucha pamplina y luego mira lo que hacen en su propia casa, aggg es que me pongo mala...,
ResponderEliminar.
Besos
Raquel
.
Raquel
.
Hola Raquel... pues la verdad es que sí tiene a unos hombres poco recomendables trabajando para él
EliminarConoces muy bien a Blas ;-) Tienes razón... si se da cuenta, no lo consentirá
Besos
Menuda casa en la que han caído. Bas no creo que tolere según que cosas en cuanto las vea. Y a ver qué dice Marcos de las niñas al ver el carácter que gastan
ResponderEliminarBesos
Hola Silvia... la verdad es que van a tener más de un problema en esta casa
EliminarBlas es un hombre muy respetuoso con las mujeres... esto ya se vio en la primera parte... es normal que pienses que no va a tolerar semejante comportamiento
No creo que Marcos y Natalia se lleven muy bien ;-)
Besos
Hola Mela, vaya con la familia Hernández. Espero que esta vez Blas se entere de todo a tiempo, también estoy irritado aunque no sea mujer. Vivir en Aránzazu (Kavana) preveo que no será fácil. Un capítulo maravilloso y una cancion maravillosa.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Juan... la familia Hernández no es una familia muy recomendable ;-)
EliminarYa veremos de qué se entera Blas... y estoy convencida de que te has irritado
Tienes razón, no será fácil
Me alegra que te haya gustado el capítulo y la canción
Otro beso para ti
Me ha encantado el trato familiar y distendido de Blas al personal de servicio. Lo del perchero, me dejó helada y la pared de mármol me asustó un poco. Pero la lámpara con mampara de seda gris y el alegre cuarto de juegos me cautivó. Me alegra comprobar que Nico tiene ganas de bromear y se encuentra bastante cómodo en su nuevo entorno, es un chico valiente. Ojalá se hagan pronto con aquella gente y con la casa... Con la humanidad innata y ese don de gentes de Blas... presumo que sí :)
ResponderEliminarBrillante puesta en escena, Mela. Un beso
Hola Mere... Blas es correcto y sencillo
Eliminar¿Te asustó la pared?... jajaja
Me parece que te encantaría jugar en ese cuarto ;-)
Nico está encantado de la vida... está con su padre y no ha vuelto al internado
Muchas gracias
Un beso
Caramba que prepotencia masculina ,este capitulo es de lo mas aleccionador ,muy bueno te luciste .Saludos.
ResponderEliminarHola Fidel... la verdad es que sí que son prepotentes
EliminarMe alegra que te lo parezca
Muchas gracias
Saludos
Vengo del Blog de nuestra Amiga en común Aglaia Callia (claudia-elmundoalrededor) y me ha encantado Tu Mágico Espacio; por lo cual, si no te importa, me hago seguidor de Tu Rincón.
ResponderEliminarTe invito a que pases por mi blog: poesiayvivencias.blogspot.com.es.
Abrazos
Hola Pedro... sí, conozco a esta chica... una muy buena escritora
EliminarMe ha gustado lo que has dicho sobre mi espacio... "Mágico" ;-)
Me parece estupendo que me sigas... y te doy las gracias por invitarme a tu blog... eres muy amable
Abrazos
Yo creo que me he perdido algo... debe ser la medicación que me tiene trastornada, pero por qué se inclinan ante él? Vale que estén a su servicio, pero es por eso? Un besazo.
ResponderEliminarHola Tamara... pues sí... es porque están a su servicio... en Kavana existen ciertas costumbres
EliminarDe todos modos, Blas, no quiere que lo hagan
No creo que la medicación te esté trastornando... jajaja
Un besazo
¡Hombres! ¿por que será? que al leerte me salta esa frase a la cabeza!!
ResponderEliminarMuy buena entrega Mela..
Yo estoy a la espera de que pasa con Nico .. desde tu último comentario jaja
Besitos y buen finde!
Hola Coté... bueno, creo que los hombres también exclaman... ¡Mujeres! ;-)
EliminarYo creo que los hombres son de una forma... y, nosotras, de otra forma
Por esta razón, nos complementamos
Por supuesto los hombres de la familia Hernández me caen muy mal
Besos y feliz finde
Felicidades querida Mela...me encantan las descripciones sobre mobiliario, distribución, decoración y demás...
ResponderEliminarFeliz domingo, besotes Pilar
Hola Pilar... pues si te encantan esas descripciones, te lo habrás pasado bien en este capítulo ;-)
EliminarHe pasado un feliz domingo, gracias
Espero que tú también lo hayas pasado bien... creo que a las diez de esta noche van a poner una película en Antena 3 que estará muy bien.... lo digo por lo que han enseñado... se titula "La casa del lago"
Besotes
Vaaya capitulo, me ha encantado como has relatado las estancias de la casa parecia que estaba dentro de ellas, jeje Bueno los que me parecen impresentables son esos dos machotes que quieren dejar por los suelos a las mujeres espero que el amo les de una buena lección.
ResponderEliminarMe gusto el capitulo querida.
unos besotessssssssssss
Hola SC... pues me parece estupendo que te hayas sentido dentro de las estancias
EliminarSí, yo también pienso que son unos impresentables
En Aránzazu vamos a tener momentos muy duros y personas bastante impresentables
Ya veremos qué puede hacer Blas
Me alegra que te haya gustado
Unos besotes
¡Hola Mela! Me encanta la canción, Rosana es muy buena intérprete. Te felicito por la elección. En cuanto al capìtulo me he divertido y he disfrutado. No creas que no me ha dado rabia el trato a las señoras por supuesto pero me temo que la cosas quizás cambien con el tiempo. La relación de Nico y Blas ha sido buena al menos no se han agarrado. De cualquier forma es divertido cuando se tironean los carácteres entre los dos. La señora Sales una ídola, es muy paciente y tiene buenas ideas aconsejando a Blas. Que decirte , un deleite leerte como siempre. Un beso enorme y gracias por compartir tu obra tan bella e intensa.
ResponderEliminarHola Lou... sí, es una canción preciosa
EliminarEstoy segura de que no te ha gustado el trato a las señoras
No, no se han agarrado ;-)
Es cierto, la señora Sales sabe aconsejar a Blas
Muchas gracias a ti por este bello comentario ;-)
Un beso enorme
Leí el capitulo y me gustó, pero no puedo decir nada más, tendría que leer los 83 previos.
ResponderEliminarUn abrazo.
HD
Hola Humberto... me alegra que te haya gustado el capítulo presente
EliminarPues tienes algo de tarea para decir algo más ;-)
Un abrazo
Hola Mela, increíble capítulo, los habitantes de Kavana son muy extraños, predigo que Luis ayudará a Helena de Troya en un futuro pero Cruz advertirá al señor Teodoro...
ResponderEliminarBueno, perdón por no pasarme por aquí por un tiempo, pero ya estoy de vuelta (para bien o para mal)
Hola Nuño... los habitantes de Kavana son extraños, sí... pero tus predicciones también lo son ;-)
EliminarEstás más que perdonado porque me caes bien... y me alegra que estés de vuelta (para bien o para mal) ;-)
¡¡Hola preciosa!!
ResponderEliminarYa leo que aquí tampoco serán fáciles las cosas y a más de uno le daba yo un buen ....
Me encanta leerte, pero ya lo sabes ;) ;) ;) ;)
Besos
Hola Susana... te puedo asegurar que las cosas no serán fáciles en Aránzazu
ResponderEliminarUn buen... ¿qué? ;-)
Me alegra que te encante
Besos
Hola Mela! Me gustan las descripciones que haces de la casa pero lo que me ha impresionado en este capítulo es la actitud de los cuidadores. Queriendo mantener las distancias parece que se consideran los dueños, por no hablar de la actitud machista y prepotente con sus propias mujeres...ya me están cayendo mal.
ResponderEliminarSólo una duda ¿esa es la residencia habitual de Blas y su madre?
Un beso y ¡¡¡disfruta mucho de tus vacaciones!!!
¡Hola María!
Eliminarjajaja... Entiendo muy bien que los hombres de la familia Hernández no te caigan bien
A partir de ahora será su vivienda habitual... antes no... antes Blas vivía en Markalo, la capital de Kavana
Nico estaba en un internado en Markalo también... los fines de semana y festivos los pasaba con Blas
Emilia Sales vivía con Elisa y Natalia en Aránzazu... pero en casa de Elisa... y en épocas de vacaciones se reunían todos en Luna, en la urbanización que ha salido en la primera parte
No creo que sean unas vacaciones fáciles... pero te doy las gracias... y te deseo que las tuyas sean geniales
Un beso