Queridos lectores de El Clan Teodoro-Palacios, en este blog se publica una novela… y aunque yo jamás la consideraré solo como una novela de amor porque suceden muchas otras cosas… sí que es verdad que en esta novela se cuenta una historia de amor, y estoy encantada y orgullosa de ello
Por eso, y porque me gusta este día… 14 de febrero…
pues publico esta entrada especial para homenajear a ese misterio, a ese
enigma, a ese milagro… llamado Amor
Primero tenéis un poema breve inspirado en el título del próximo capítulo que publicaré en marzo... Dos corazones heridos
Permitidme que aproveche este momento para comunicaros que solo quedan tres capítulos para concluir esta tercera parte... y ya introducirnos en la cuarta y última parte de esta novela
Tras el poema, tenéis una canción preciosa interpretada por Alfred y Amaia… una canción que va a representar a España en el próximo Festival de Eurovisión, en Lisboa
¡Feliz día de los enamorados!
Permitidme que aproveche este momento para comunicaros que solo quedan tres capítulos para concluir esta tercera parte... y ya introducirnos en la cuarta y última parte de esta novela
Tras el poema, tenéis una canción preciosa interpretada por Alfred y Amaia… una canción que va a representar a España en el próximo Festival de Eurovisión, en Lisboa
¡Feliz día de los enamorados!
Temo y presiento que un día seremos dos perfectos desconocidos
Quizás dos corazones heridos que irán perdiendo latidos en
sus caminos
Ya solo oiremos ese lamento lejano o cercano que a veces susurra... y otras, aúlla el
viento
Dos estrellas dejarán de brillar, sus luces apagarán, nadie lo notará jamás
Dos estrellas dejarán de brillar, sus luces apagarán, nadie lo notará jamás
Y es que Cupido, para nosotros, se quedó dormido
Aún así, tengo sensaciones de que por siempre vivirán dos notas guardadas en una canción de amor... dos gotas de lluvia perdidas en el inmenso navegar del mar, y nadie lo sabrá jamás
Aún así, tengo sensaciones de que por siempre vivirán dos notas guardadas en una canción de amor... dos gotas de lluvia perdidas en el inmenso navegar del mar, y nadie lo sabrá jamás
Mela