icolás entró en
la cocina con semblante feliz. Estaba muy ilusionado. Por fin había pasado lo
que muchas veces soñó sin atreverse a revelárselo absolutamente a nadie. Era su
secreto. Sus sueños eran suyos, solo le pertenecían a él, eran su parcela
íntima. Ya no volvería a despertar pensando que fantaseaba; sus fantasías eran
realidades. Por fin sus padres estaban juntos, por fin se habían reconciliado.
Ya solo podía aguardarles un futuro desbordado de dicha. Navegarían por un río
de alegrías y descenderían por una catarata que los trasladaría hacia más y más
felicidad.
Helena y Matilde
freían rebanadas de pan empapadas con leche y huevo.El delicioso
aroma de torrijas recién hechas, colocadas en una fuente sobre la mesa,
consiguió abrirle un apetito feroz.
Marcos y Bibiana
ya tenían restos de azúcar y aceite en los labios.
—¡Buenos días! —saludó Nicolás
lanzándose a por la primera torrija. Primera, porque pensaba comer muchas.
Todos le
contestaron con un alegre "buenos días". Todos, excepto Helena, que
comenzó a perder la calma. Ni siquiera pudo reunir el suficiente valor para
darse la vuelta y mirarle. ¿Estaría ya
Blas en la cocina?
Matilde sí se
dio la vuelta y le miró. Sonrió viendo como devoraba la torrija
—¿Están buenas? —le preguntó.
—Están buenísimas—contestó el muchacho con la boca llena.
Cuando Blas
llegó a la cocina, Matilde y Helena ya estaban sentadas. De nuevo Helena tuvo
la impresión de que Blas era un gigante, un gigante muy alto, muy fuerte...
también muy apuesto. Y ella era tan bajita, tan diminuta, tan insignificante,
tan poquita cosa... De nuevo olvidó que ella permanecía sentada, y él de pie.
El "gigante
Blas" se disculpó por haberse retrasado y dejó una mochila en el suelo.
—No se preocupe. Las torrijas y el
chocolate aún están calientes —dijo Matilde, afable.
Blas, muy pronto,
alabó las torrijas
—Las hemos preparado Helena y yo,
aunque ella no las ha probado todavía —comentó Matilde. Y, por supuesto, este
comentario molestó gravemente a Helena.
—Helena no debe saber que un
cocinero que se precie está obligado a probar lo que cocina —declaró Blas bien humorado.
Y Helena se sonrojó violentamente, pero no dijo nada porque nada coherente se
le ocurrió.
¿Cómo podía Blas estar tan tranquilo? Ella hasta respiraba con dificultad, le
faltaba el aire. ¿Acaso Blas no recordaba
lo que había sucedido entre ellos por la noche? ¿O tal vez no significó nada
especial para él? Cuando ya sus
alborotados pensamientos la estaban martirizando, una pregunta de su hijo le
hizo dar un respingo muy involuntario. Nicolás le preguntó si había dormido
bien. Una pregunta muy inadecuada.
—Yo he dormido de maravilla. Hacía
muchos años que no descansaba tan bien —respondió Blas dirigiendo una mirada
furtiva a Helena.
—A ti no te he preguntado —replicó
Nicolás.
—Yo también he dormido bien —dijo
Matilde—¿Y vosotros?
Marcos y
Bibiana, sorprendidos, aseguraron que también habían dormido bien —¿Y tú, mamá? —insistió Nicolás.
Blas sonreía
aguardando la respuesta de Helena mientras comía una tercera torrija.
—He dormido como cualquier noche
—dijo al fin Helena—. Quizás, peor. Sí, creo que peor. Estoy convencida de que
peor.
Blas no pudo
evitar reírse.
—¿Tan mal lo has pasado esta noche?
—indagó, risueño.
—En realidad no recuerdo cómo he
dormido —afirmó Helena, agitada.
Blas se rió con
ganas.
Marcos y Bibiana
notaban que algo extraño sucedía, pero no llegaban a entender ya que ignoraban
que Blas y Helena habían dormido juntos.
—¿Seguro que no te acuerdas?
—preguntó Blas—¿O mientes como tienes por costumbre?
—Y tú, ¿cómo puedes tener el valor
de llamarme mentirosa en mi casa? —se indignó Helena.
Nicolás temió
que una fuerte discusión estallara entre sus padres. Creyó llegado el momento
de que su padre le regalara el vestido a su madre. Estaba impaciente, no podía
esperar más.
—¡Ya está bien! —exclamó, alterado—
Si ella dice que no se acuerda es que no se acuerda—Y le propinó un puntapié a
Blas. Un puntapié fuerte, un puntapié que tuvo que dolerle, mas nadie se enteró
de lo sucedido por debajo de la mesa— ¡No vuelvas a decir que miente! ¿Por qué no
sacas lo que llevas en la mochila? —preguntó el pateador— Es un regalo para ti
—le dijo a Helena—. Y estoy seguro de que te gustará.
Helena miró,
sorprendida, como Blas se limpió las manos y como, a continuación, cogió la
mochila. La abrió y extrajo un paquete.
—Sí, es para ti. Yo no estoy seguro
de nada. Solo deseo que te guste —. Y Blas se lo
entregó.
—¿Un regalo para mí? ¿Por qué
motivo? —preguntó Helena tan sorprendida como ruborizada.
—Cuando lo abras, lo sabrás
—respondió Blas.
Con manos temblorosas
porque estaba nerviosa. Con cuidado porque no quería romper el hermoso papel,
Helena desenvolvió el paquete. Quitó la tapa de
la caja y, pese a que creyó estar soñando, no pudo evitar exclamar... ¡Mi
vestido azul!
Blas sonrió
feliz y satisfecho. Nicolás también.
—Pero no puede ser, yo lo quemé.
Sin embargo, parece mi vestido. ¿Cómo es posible? —Helena miró a Blas.
—Me ha costado un poco, pero qué no
haría yo posible por ti. Espero que no vuelvas a quemarlo.
Helena acarició
la tela del vestido, emocionada. Volvía a tener su tesoro valioso y querido.
—Gracias, Blas, muchas gracias. Te
confieso que me arrepentí de haberlo quemado. Este vestido significa mucho para
mí. Gracias.
—¿No vas a sacarlo de la caja para
que todos lo veamos? —dijo Matilde con ojos húmedos.
—Haré algo mejor —replicó Helena,
contenta—, subiré a mi habitación y me lo pondré. Esperad aquí.
Dos hoyuelos
traviesos aparecieron en sus mejillas. Blas los adoraba y los vio.
Deseó detenerla, sentirla de nuevo entre sus brazos, besarla otra vez, pero
dominó sus impulsos y la dejó marchar.
Decidió esperar, en la sala de estar, la
llegada de Helena con el vestido azul y florecillas blancas. Sí, quería verla bajar el último tramo de la
escalera de caracol. Su corazón, ansioso, se aceleraba.
Se sentó en un sofá
y vio su otra mochila. Se acordó de su móvil, lo había olvidado y al mundo
también. Cogió el móvil, tenía que distraerse con algo. Estaba tan ansioso. Se sorprendió al ver las numerosas llamadas de
Emilia Sales. ¿Cómo no había oído el
teléfono?Se percató de que lo tenía
en silencio. ¿Por qué Emilia lo habría
llamado tanto? ¿Pasaría algo malo? La llamó.
—Mamá, ¿qué sucede?
—¡Blas, por
Dios! ¿Dónde estás?
—Estoy en el valle con Helena, con
Nico...
—¿Cómo? ¡Cómo!
—Mamá, no te alteres. Estoy feliz,
muy feliz. Sabes que amo a Helena y...
—¡Amas a una asesina! —gritó Emilia, fuera de sí— ¡Tobías no sufrió un accidente! Tobías
averiguó que Helena era hija de Jaime Palacios. Se disponía a decírtelo y lo
mataron por eso. ¡Ella y Jaime son dos
asesinos!
—Adiós, Emilia —Blas cortó la
comunicación.
El color se mudó
de su rostro y sus ojos borrascosos anunciaban una tormenta terrible. Incapaz
de permanecer quieto, cazcaleó por la sala. Su móvil sonó. Era Emilia. Blas
apagó el teléfono y lo guardó en un bolsillo. Tenía que deshacerse de ese "monstruo". Lo haría después.
Helena no tardaría mucho en bajar. Después lo arrojaría al río.
Y efectivamente,
Helena no tardó en bajar. Blas la vio descender los últimos peldaños de la
escalera de caracol. No se había puesto el vestido. Ni rastro de los hoyuelos
traviesos en sus mejillas. Parecía abatida y la borrasca, en sus ojos,
anunciaba otra tormenta terrible.
Con firmeza, sin
dudar, se dirigió a él y le devolvió el paquete.
—Te has equivocado de destinataria.
—Helena, no estoy de humor para tus
jueguitos... —Pero, entonces, Blas vio la foto que se hizo con Gabriela. Estaba
sobre el paquete.
—¡Maldita Gabriela! —exclamó,
enojado y desconcertado. Y una penumbra comenzó a abrirse paso en su mente.
—¿Así se llama? ¿Gabriela? Bueno,
no me contestes. No me interesa en absoluto.
—Se llama Gabriela y es una amiga.
¡Solo eso! No entiendo qué hace esta foto aquí. Ella envolvió el vestido, debí
hacerlo yo. Me pidió que nos hiciéramos una foto como recuerdo de nuestra
amistad.
—Y le diste las gracias por existir...
—¿No se le puede decir eso a una amiga?
—Blas, estás gritando.
En efecto, Blas
había elevado el tono de voz bastante. Más que suficiente para que Matilde,
Nicolás, Bibiana y Marcos acudieran a la sala de estar.
—¿Por qué no te has puesto el
vestido, mamá? —preguntó Nicolás, desilusionado.
—Porque ha visto esta foto —. Blas
le mostró la foto a su hijo.
El chiquillo la
miró, perplejo.
—Esta foto os la hice yo, pero era
para Gabriela —dijo, confuso—. Ella quería un recuerdo de vuestra amistad. ¿Qué
hace aquí esta foto?
—Gabriela debió preferir que
recordara nuestra amistad tu madre y dejó la foto con el vestido. ¡Y yo soy tan
idiota que no me di cuenta!
—¡La idiota y la imbécil es ella! —exclamó Nicolás, airado— ¡Ya no puede ser tu amiga!
—Tu padre tiene amistades muy extrañas —opinó Helena.
Y sus palabras provocaron que la borrasca en
los ojos de Blas se precipitara en una tormenta feroz.
—¿Lo dices por Álvaro? ¡Lo maté!
¡Pero yo no mato a hombres buenos!
¿Merecía ser asesinado Tobías? ¡Contesta!
—¿Quién es Tobías?
—Tobías era un buen hombre, ese sí era mi amigo. Un buen policía.
Averiguó que tú eras hija de Jaime. ¿Merecía morir por eso? ¿Merecía morir porque iba a decírmelo?
—No sé de qué me estás hablando. ¿Crees que yo maté a ese hombre?
—No, tú no. Pero tu padre sí.
—No te atrevas a insinuar que mi padre es un asesino.
—No lo insinúo, lo afirmo.
—Y yo afirmo que si existe un asesino grande en Kavana, ese es tu
padre... Arturo Corona.
El cruce de unos ojos muy borrascosos se
produjo en aquel instante. Un cruce idóneo para formar una tormenta perfecta.
—¡Basta, ya está bien! —gritó Nicolás, iracundo— ¿Os habéis vuelto locos los
dos? ¿Pensáis que el tiempo se va a detener? ¡No se detendrá! Os haréis viejos y os arrepentiréis del tiempo que
no habéis aprovechado para estar juntos. ¿Y si no os hacéis viejos? ¿Y si uno
de los dos muere? ¿Qué pasará entonces? Yo he estado muy grave, podría haber
muerto. También uno de vosotros podría morir.
Lo que dijo Nicolás fue el sol que hizo
desaparecer la borrasca en los ojos de Blas. También en los de Helena.
Ninguno de los dos había pensado nunca en la
posibilidad de que el otro muriera. Eso era impensable, era imposible, era algo
que no podía suceder.
Por primera vez, Blas y Helena fueron
conscientes de que eran unos ilusos, de que no era imposible, y los dos
sintieron un miedo descarnado.
—Yo moriré antes que tú —dijo Blas.
—No vuelvas a decir eso, no vuelvas a decirlo jamás —le contestó Helena.
Matilde se sobrecogió. Tuvo un mal
presentimiento. Un presentimiento que no contaría a nadie.
Págs. 1265-1273
Hoy os dejo una canción de Pol 3.14... "Jóvenes eternamente"
ESTA LA FOTO Y LE HA SALIDO MAL EL REGALO A BLAS MALA SUERTE,HELENA NO QUIERE EL VESTIDO MALA SUERTE,BLAS QUE LE REGALE EL VESTIDO A GABRIELA Y LE VUELVA A AGRADECER QUE EXISTE, SALUDOS MIOS,
Hola, Carlos... Y supongo que tú te alegras de la mala suerte que mencionas Te diré lo que no va a suceder... Blas no le regalará el vestido a Gabriela y tampoco le volverá a agradecer que exista Saludos
Uy como extrañaba esta novela. Me gusta la relación de Blas y Helena. Esperó que el presentimiento de Matilde no se materialice. Te mando un beso y ten un buen fin de semana
Hola, JP... Yo también extrañaba publicar, pero demasiadas veces no podemos hacer lo que más deseamos Pues debes saber que a Blas y a Helena les encanta que leas su historia ;-) El presentimiento de Matilde ha sido muy malo... entiendo que no quieras que suceda Muchas gracias... también te deseo un buen finde Y un beso mío ya viaja hacia Quito
Menos mal que Blas y Helena se han tranquilizado y se han ido las borrascas porque entre los dos forman un temporal peor que el de Filomena!!! Los coleccionistas se lo agradecen a Nico que es un crack. Gabriela se ha pasado muuuuchooosssss pueblos y Emilia también. Dejarán alguna vez en paz a los dos enamorados del amore??? Preciosura de canción!!!!
Hola, Merche... Bueno, Blas y Helena estaban muy alterados... pero no creo que hubiera nevado en el valle Nico ha conseguido que sus padres se tranquilicen, eso es cierto... pero ha inquietado mucho a Matilde Gabriela ha actuado muy mal... eso está claro... y Emilia también, por supuesto No puedo decirte si los dejarán en paz... sí puedo decirte que todos los que intentan separar a Blas y a Helena no entienden de amor y, por lo tanto, no respetan ese sentimiento Sí, es una canción preciosa... me alegra que te guste Besotes
Hola, Ignacio... Bueno, es que a Helena no le gustan los gritos Por otra parte te diré que, ni en la peor de las discusiones, está de más la buena educación Beso
¡Hola Mela! Una alegría enorme que hayas publicado. Puedo decirte sin exagerar que he tardado unos minutos entre que me he enterado que has subido capítulo y verme leyéndolo. Imposible esperar a mañana. Confieso que por un momento pensé que todo se echaba a perder pero no ha sido así. De hecho los dos tanto Blas como Helena se dan cuenta lo importante que son para cada uno si les pasara algo. Recordaba el vestido y la trampa de Gabriela aunque en su momento no imaginé que planeaba esa tonta. Digo tonta porque no voy a hacer irrespetuosa en tu blog aunque s eme ocurren otros calificativos para la susodicha. Me alegra que Nicolás esté feliz y es razonable ya que quiere la dicha para sus padres. Veremos que ocurre con ese presentimiento. Aguardo tu próximo capítulo con ansias. Lo sabes admiro tu escritura. Felicitaciones una vez más. Beso grande querida amiga.
¡Hola, Lou! También yo me alegro de haber publicado jajaja... Pues me alegra que no hayas podido esperar Creo que Nico ha pensado lo mismo que tú, que todo se iba a echar a perder... y, con lo que les ha dicho a sus padres, ha logrado que ellos recapaciten y se apacigüen Entiendo que se te ocurran otros calificativos para Gabriela... la verdad es que ha actuado muy mal El presentimiento que tiene Matilde no es bueno... veremos lo que sucede Pues debes saber que yo aguardo tus comentarios con ilusión, y que también admiro tu escritura Muchas gracias Beso grande, querida amiga... querida Lou
Mela cariño mío, cuánto tiempo sin publicar!!! Cómo estás cariño?? Da miedo preguntar pero mi madre quiere que te pregunte. Hay que ver todo lo que estamos pasando, parece mentira. Tengo el dibujo de Helena con el vestido de lunares, está guapísima!!! Ay, estaba segura de que Gabriela puso la foto dentro del paquete, quería que la viera Helena. Ay, a Helena le ha sentado muy mal, Gabriela estaría encantada de haberlo visto. Han saltado chispas entre Blas y Helena, ay qué pareja, me encantan los dos, están hechos el uno para el otro. Qué presentimiento ha tenido Matilde? Ay, mi madre dice que Nico se porta muy mal con Blas. Ay qué puntapié le ha dado, ay qué gracia!!! Qué canción tan bonita!!! Qué alegría que hayas publicado, te echábamos de menos bonita mía!!! Besitos!!!!
Hola, Julia... Pues la verdad es que sí, cinco meses que han sido muy largos, y lo siento de verdad Bueno, pues dile a tu madre que estoy bien y que muchas gracias Sí, es todo muy extraño Estoy segura de que estará guapísima Sí, la intención de Gabriela era que Helena viera la foto... y la ha visto No puedo decirte qué presentimiento ha tenido Matilde... sí puedo decirte que es un presentimiento malo, demasiado malo Bueno, es que Nico ya temía una discusión entre sus padres, y también estaba deseando que Blas le regalara el vestido a Helena Sí, es preciosa... me alegra que te guste Yo también me he alegrado de leer tu comentario Besitos
Hola, Mela !Holy Moley! !Qué intensidad de personajes! Pobre de Nicolas, tanto que ansía ver a sus padres unidos. Quién podría haber adivinado que en el regalo estaría la foto de la malvada Gabriela. Y la señora Emilia tratando de echar más leña al fuego. Que bonito les habla Nico, alguien los tiene que sacudir!!! ¡Me encantó el capítulo! Y la canción es preciosa.
Hola, Yessy... Sí, Nico ansía ver a sus padres unidos porque sabe muy bien que se aman... y, por lo tanto, es absurdo que no lo estén Desde luego no lo podía haber adivinado Blas ni Nico... sí lo podíais adivinar o imaginar los lectores... y yo lo sabía ;-) La señora Emilia no quiere que Blas esté con Helena, y hace lo que puede por evitarlo... es estúpida Nico ha conseguido que sus padres se calmen y que piensen que lo realmente importante es que se aman... nada más Y yo me alegro de que te haya encantado Sí, es preciosa Un abrazo
Lo que he visto es que Gabriela y Emilia son dos que enredan y pierden el tiempo.Blas y Helena se quieren con locura aunque discutan por las que enredan y no se separaran,son inseparables.No se que ha presentido Matilde pero no creo que nadie consiga separar a Blas y a Helena.Me ha gustado mucho.Besos.
Hola, Ramón... Bueno, quizás Gabriela y Emilia hayan enredado porque ignoran que es tiempo perdido Es muy cierto que Blas y Helena se quieren... que discutan no significa que se dejen de querer ni un poquito... Estoy segura de que todos discutimos con quienes queremos si existe la suficiente confianza Lo siento, no puedo decirte qué ha presentido Matilde Me alegra que te haya gustado Besos
Hola Mela, estaba convencido de que Tobías tuvo un accidente. Ahora no pienso lo mismo, pudo ser un asesinato. No creo a Emilia; Helena no está implicada, pondría la mano en el fuego por ella pero por su padre no. Ma-ra-vi-llo-so capítulo, ma-ra-vi-llo-sa canción. Espero que estés bien. Un beso.
Hola, Juan... Es muy normal que ya dudes que lo sucedido a Tobías fuese un accidente después de lo que ha dicho Emilia Helena te agradece que no sospeches de ella, aunque también te agradecería que no sospecharas de su padre... Tal vez se llegue a saber la verdad o tal vez nunca se sepa Me alegra mucho que te hayan gustado capítulo y canción Estoy bien, muchas gracias... y también espero que tú estés bien Un beso
ESTA LA FOTO Y LE HA SALIDO MAL EL REGALO A BLAS MALA SUERTE,HELENA NO QUIERE EL VESTIDO MALA SUERTE,BLAS QUE LE REGALE EL VESTIDO A GABRIELA Y LE VUELVA A AGRADECER QUE EXISTE,
ResponderEliminarSALUDOS MIOS,
Hola, Carlos... Y supongo que tú te alegras de la mala suerte que mencionas
EliminarTe diré lo que no va a suceder... Blas no le regalará el vestido a Gabriela y tampoco le volverá a agradecer que exista
Saludos
Uy como extrañaba esta novela. Me gusta la relación de Blas y Helena. Esperó que el presentimiento de Matilde no se materialice. Te mando un beso y ten un buen fin de semana
ResponderEliminarHola, JP... Yo también extrañaba publicar, pero demasiadas veces no podemos hacer lo que más deseamos
EliminarPues debes saber que a Blas y a Helena les encanta que leas su historia ;-)
El presentimiento de Matilde ha sido muy malo... entiendo que no quieras que suceda
Muchas gracias... también te deseo un buen finde
Y un beso mío ya viaja hacia Quito
Menos mal que Blas y Helena se han tranquilizado y se han ido las borrascas porque entre los dos forman un temporal peor que el de Filomena!!! Los coleccionistas se lo agradecen a Nico que es un crack. Gabriela se ha pasado muuuuchooosssss pueblos y Emilia también. Dejarán alguna vez en paz a los dos enamorados del amore??? Preciosura de canción!!!!
ResponderEliminarBesoteeeesssss!!!!
Hola, Merche... Bueno, Blas y Helena estaban muy alterados... pero no creo que hubiera nevado en el valle
EliminarNico ha conseguido que sus padres se tranquilicen, eso es cierto... pero ha inquietado mucho a Matilde
Gabriela ha actuado muy mal... eso está claro... y Emilia también, por supuesto
No puedo decirte si los dejarán en paz... sí puedo decirte que todos los que intentan separar a Blas y a Helena no entienden de amor y, por lo tanto, no respetan ese sentimiento
Sí, es una canción preciosa... me alegra que te guste
Besotes
Me ha matado que en plena contienda Helena le diga a Blas que está gritando.
ResponderEliminarBeso
Hola, Ignacio... Bueno, es que a Helena no le gustan los gritos
EliminarPor otra parte te diré que, ni en la peor de las discusiones, está de más la buena educación
Beso
¡Hola Mela! Una alegría enorme que hayas publicado. Puedo decirte sin exagerar que he tardado unos minutos entre que me he enterado que has subido capítulo y verme leyéndolo. Imposible esperar a mañana.
ResponderEliminarConfieso que por un momento pensé que todo se echaba a perder pero no ha sido así. De hecho los dos tanto Blas como Helena se dan cuenta lo importante que son para cada uno si les pasara algo.
Recordaba el vestido y la trampa de Gabriela aunque en su momento no imaginé que planeaba esa tonta. Digo tonta porque no voy a hacer irrespetuosa en tu blog aunque s eme ocurren otros calificativos para la susodicha.
Me alegra que Nicolás esté feliz y es razonable ya que quiere la dicha para sus padres.
Veremos que ocurre con ese presentimiento. Aguardo tu próximo capítulo con ansias. Lo sabes admiro tu escritura. Felicitaciones una vez más. Beso grande querida amiga.
¡Hola, Lou!
EliminarTambién yo me alegro de haber publicado
jajaja... Pues me alegra que no hayas podido esperar
Creo que Nico ha pensado lo mismo que tú, que todo se iba a echar a perder... y, con lo que les ha dicho a sus padres, ha logrado que ellos recapaciten y se apacigüen
Entiendo que se te ocurran otros calificativos para Gabriela... la verdad es que ha actuado muy mal
El presentimiento que tiene Matilde no es bueno... veremos lo que sucede
Pues debes saber que yo aguardo tus comentarios con ilusión, y que también admiro tu escritura
Muchas gracias
Beso grande, querida amiga... querida Lou
Mela cariño mío, cuánto tiempo sin publicar!!! Cómo estás cariño?? Da miedo preguntar pero mi madre quiere que te pregunte. Hay que ver todo lo que estamos pasando, parece mentira.
ResponderEliminarTengo el dibujo de Helena con el vestido de lunares, está guapísima!!!
Ay, estaba segura de que Gabriela puso la foto dentro del paquete, quería que la viera Helena. Ay, a Helena le ha sentado muy mal, Gabriela estaría encantada de haberlo visto. Han saltado chispas entre Blas y Helena, ay qué pareja, me encantan los dos, están hechos el uno para el otro. Qué presentimiento ha tenido Matilde? Ay, mi madre dice que Nico se porta muy mal con Blas. Ay qué puntapié le ha dado, ay qué gracia!!!
Qué canción tan bonita!!! Qué alegría que hayas publicado, te echábamos de menos bonita mía!!!
Besitos!!!!
Hola, Julia... Pues la verdad es que sí, cinco meses que han sido muy largos, y lo siento de verdad
EliminarBueno, pues dile a tu madre que estoy bien y que muchas gracias
Sí, es todo muy extraño
Estoy segura de que estará guapísima
Sí, la intención de Gabriela era que Helena viera la foto... y la ha visto
No puedo decirte qué presentimiento ha tenido Matilde... sí puedo decirte que es un presentimiento malo, demasiado malo
Bueno, es que Nico ya temía una discusión entre sus padres, y también estaba deseando que Blas le regalara el vestido a Helena
Sí, es preciosa... me alegra que te guste
Yo también me he alegrado de leer tu comentario
Besitos
Hola, Mela
ResponderEliminar!Holy Moley! !Qué intensidad de personajes!
Pobre de Nicolas, tanto que ansía ver a sus padres unidos. Quién podría haber adivinado que en el regalo estaría la foto de la malvada Gabriela. Y la señora Emilia tratando de echar más leña al fuego. Que bonito les habla Nico, alguien los tiene que sacudir!!!
¡Me encantó el capítulo! Y la canción es preciosa.
Un abrazo
Hola, Yessy... Sí, Nico ansía ver a sus padres unidos porque sabe muy bien que se aman... y, por lo tanto, es absurdo que no lo estén
EliminarDesde luego no lo podía haber adivinado Blas ni Nico... sí lo podíais adivinar o imaginar los lectores... y yo lo sabía ;-)
La señora Emilia no quiere que Blas esté con Helena, y hace lo que puede por evitarlo... es estúpida
Nico ha conseguido que sus padres se calmen y que piensen que lo realmente importante es que se aman... nada más
Y yo me alegro de que te haya encantado
Sí, es preciosa
Un abrazo
Lo que he visto es que Gabriela y Emilia son dos que enredan y pierden el tiempo.Blas y Helena se quieren con locura aunque discutan por las que enredan y no se separaran,son inseparables.No se que ha presentido Matilde pero no creo que nadie consiga separar a Blas y a Helena.Me ha gustado mucho.Besos.
ResponderEliminarHola, Ramón... Bueno, quizás Gabriela y Emilia hayan enredado porque ignoran que es tiempo perdido
EliminarEs muy cierto que Blas y Helena se quieren... que discutan no significa que se dejen de querer ni un poquito... Estoy segura de que todos discutimos con quienes queremos si existe la suficiente confianza
Lo siento, no puedo decirte qué ha presentido Matilde
Me alegra que te haya gustado
Besos
Qué bien narrado ♥
ResponderEliminarGracias, Malindha... Eres muy amable
EliminarHola Mela, estaba convencido de que Tobías tuvo un accidente. Ahora no pienso lo mismo, pudo ser un asesinato. No creo a Emilia; Helena no está implicada, pondría la mano en el fuego por ella pero por su padre no.
ResponderEliminarMa-ra-vi-llo-so capítulo, ma-ra-vi-llo-sa canción.
Espero que estés bien. Un beso.
Hola, Juan... Es muy normal que ya dudes que lo sucedido a Tobías fuese un accidente después de lo que ha dicho Emilia
EliminarHelena te agradece que no sospeches de ella, aunque también te agradecería que no sospecharas de su padre... Tal vez se llegue a saber la verdad o tal vez nunca se sepa
Me alegra mucho que te hayan gustado capítulo y canción
Estoy bien, muchas gracias... y también espero que tú estés bien
Un beso
Hola, me alegra que te guste
ResponderEliminarSí, la canción es preciosa
Besos
Extrañaba mucho tu historia dejas un fina que me deja deseando que va pasar en Helena y Blas. Te mando un beso y adore la canción
ResponderEliminarSupongo que un día te cansarás de copiar comentarios
EliminarMe gusta el texto, pero la imagen tb es una preciosidad. Abrazo fuerte y feliz semana.
ResponderEliminarPues me alegra que ambos te gusten
EliminarFeliz semana, y otro abrazo fuerte