EL CLAN TEODORO-PALACIOS

CUARTA PARTE

jueves, 24 de octubre de 2019

EL CLAN TEODORO-PALACIOS Capítulo 148





















CAPÍTULO 148

MISMA NOCHE, DIFERENTES CIELOS


H
elena y Matilde pasaron del porche a la cocina.
La cocina era una estancia con gran espacio. Su enorme amplitud tenía una razón de ser, era también el comedor de la casona.
Allí, Helena había vivido muy gratos momentos con sus padres. Momentos inolvidables, vivencias irrepetibles. De eso hacía mucho tiempo, ya había llovido.
A Isabel Avilón, la madre de Helena, le gustaba ir al valle, a la casona. Y a Helena le encantaba también ir a la casita, como ella la llamaba, a esa casita ubicada en un territorio verde, bañado por un río y rodeado por un impresionante macizo montañoso.
En esta casa había sido feliz, sus padres habían sido felices... Helena aún podía recordar, con todo detalle, risas, charlas de sus padres que muchas veces no entendía, mucho amor.
Sí, en la casita del valle, Helena aún podía sentir todo el amor que entre aquellos muros habitó un tiempo.

La leña ardía en la chimenea y una hoguera muy viva calentaba el lugar.  Su calor  subía, reptando entre los muros de piedra, a las habitaciones.
El señor Palacios, antes de irse, dejó prendidas las dos chimeneas de la casona: la de la cocina y la de la sala de estar.
Un gran ventanal, de doble cristal, se extendía desde la encimera, fregaderos y gran parte del banco de cocina. No había cortinas, no había persianas, nada que obstaculizara poder contemplar la belleza serena del valle.
Las contraventanas de la casona, que daban ese toque de encanto y discreción, estaban abiertas. Únicamente se cerraban cuando la casa permanecía deshabitada.
La lámpara de araña, en el centro, iluminaba las paredes de piedra, las vigas de madera brillantes y pulidas, y las baldosas de terracota marrón rojizo del suelo.


Matilde había encendido la encimera y calentaba leche, que endulzaría con miel de romero, para llenar con generosidad dos tazones. Aquello sería mano de santo para ayudarlas a conciliar el sueño.
Helena había colocado a Cupido en su gastada y querida trona, donde ella había comido tantas veces siendo una niña de corta edad.
Su madre quiso conservarla, nunca quiso tirarla.
Helena podía recordar y sentir una felicidad, ya pasada, entre aquellas paredes de piedra cuando sus padres decidían, con acierto, pasar días y más días en el valle.
También podía recordar que Isabel Avilón no quería que su hija creciera. No tenía ninguna prisa. Su madre decía que su pequeña dispondría de muchos años para ser mujer y, de muy pocos, para ser niña. Debía disfrutar de su niñez.
Y Helena disfrutó mucho. Fue una niña muy feliz que creció entre algodones de color rosa, el color más bonito. Tuvo la fortuna de tener a los mejores padres... a Jaime Palacios y a Isabel Avilón.
Embelesada con sus bellos recuerdos miraba las numerosas lucecitas del cielo. Faltaba la luna, esa noche no había salido, pero saldría otra noche.

Matilde depositó los tazones, colmados de leche, sobre la gran mesa de roble. Una mesa ovalada, desnuda de mantel y vestida con un jarrón de flores que parecían naturales.
            —Quema —dijo Helena tras acercar sus labios al tazón.
            —Tendrás que soplar bastante o esperar un poco —le respondió Matilde—. He calentado mucho la leche para que tengas suficiente tiempo y puedas explicarme por qué la razón por la que nunca estarás con Blas es el mismo Blas.
            —No lo has entendido, ¿verdad?
            —La verdad es que no. ¿Cómo lo voy a entender?
            —¿Has estado enamorada alguna vez? —le preguntó Helena removiendo la leche con una cucharilla de plata.
            —No quieras cambiar de tema —suspiró Matilde.
            —No estoy cambiando de tema. Dime si has estado enamorada alguna vez.
            —No. Me gustó algún chico cuando era una adolescente, pero enamorada no.
            —Entonces en algún lugar de este raro mundo vivirá un hombre que tampoco se habrá enamorado porque no te ha conocido.
            —Y seguramente no me conozca nunca —añadió Matilde.
            —Es posible que no, pero también es posible que sí. Quizás algún día os habéis visto, quizás os habéis cruzado por la calle ignorando que estáis hechos el uno para el otro. Una vez leí algo muy parecido a lo que te estoy diciendo.
            —Pero la cuestión es que tú sí has conocido a Blas —retrucó Matilde—. Estás enamorada de él. Y sinceramente, en el hospital, yo vi a un hombre enamorado de ti. Ese hombre es Blas. ¿Qué problema hay?

De nuevo, Helena utilizó la cucharilla de plata para agitar la leche.
            —¿Te has fijado alguna vez en Miguel y en Montse?
            —Otra vez estás cambiando de tema.
            —No estoy cambiando nada. Yo sí me fijé en ellos. Son novios desde hace años, trabajan juntos tranquilamente. Sin nervios, con calma. Yo no podría, sé que no podría.
Blas me pone nerviosa, me hace perder el control. Creo que temblaría, creo que no sabría hablar, tartamudearía, me daría vergüenza todo. Absolutamente todo. Él se acabaría cansando de mí, y eso es algo que no voy a permitir que pase.
            —Helena, tenéis un hijo. Si pudiste hacer el amor con él...
            —Fue en la playa. Era de noche, nos metimos en el agua, llovía mucho... La noche nos envolvía, y no sé como sucedió. No sé como fue...
            —Estás diciéndome que por miedo a que no salga bien no quieres intentarlo. Por miedo a perder eliges perder. Eso es de cobardes.

¡¡Cobarde!!

Un arrebato de orgullo llamó a su puerta, y Helena lo dejó entrar con premura.
             —Te estás olvidando de Elisa —dijo sintiendo una punzada de dolor en su pecho—. Iba a casarse con ella.
            —Eso es lo que dijo Elisa, no lo dijo Blas —replicó Matilde—. Elisa pudo mentir.
En Markalo, antes de salir hacia aquí, le pedí a tu padre que me contara qué pasó en casa de Blas. Y me lo contó. Fue horrible, pero el objetivo de Álvaro Artiach, de ese desalmado, no era Elisa. Eras tú. Era a ti a quien quería violar y matar delante de Blas. ¿Cómo explicas eso? Ese desalmado era amigo de Blas, Blas confiaba en él y debió cometer el error de dejarle conocer sus recovecos íntimos.
¿No te das cuenta? Álvaro Artiach te eligió a ti para torturar a Blas, no eligió a Elisa.

Helena refrescó la leche del tazón con un soplido y bebió un primer trago. Aún quemaba.
            —Yo solo pensaba en la vergüenza que iba a pasar si esa bestia me violaba delante de Blas —recordó con pesar—. Estaba segura de que iba a morir de un ataque de vergüenza, y hasta eso me parecía ridículo. No era consciente del peligro. Elisa sí que era consciente del peligro, quería vivir, no quería morir... No puedo olvidar su llanto, sus gritos... Si Blas y yo estuviéramos juntos después de aquello, ella nos maldeciría desde algún lugar. Nadie puede ser tan feliz, nosotros tampoco, Elisa no lo permitiría, algo terrible sucedería...
            —Helena...
            —¡NO! No quiero escucharte más —De un brusco manotazo volcó el tazón, y la leche endulzada con miel se derramó sobre la mesa de roble. Se levantó, alterada—. Blas y Elisa no solo compartieron casa, también compartieron cama... Blas jamás me comparará con Elisa ni con nadie, no le daré esa oportunidad.

Helena huyó de la cocina, salió corriendo al pasillo con forma de ele, cruzó la sala de estar, subió los escalones de la escalera de caracol, entró en la alcoba de sus padres, se echó en la cama donde sus padres se habían amado, y sepultó su rostro en la almohada. Quiso llorar, pero no pudo. Y el dolor se hizo más intenso.
Un baño de luz iluminó su melena ensortijada. La luna había salido.

Matilde limpió con una bayeta el charco de leche de la mesa de roble. Todos los muebles de la casa eran de roble. Era una buena madera, muy apreciada en ebanistería.
Poco a poco, y soplando, bebió la leche de su tazón. Enjuagó tazones y cucharillas en el fregadero y los metió en el lavavajillas.
En la casona del valle gozaban de la tranquilidad de la montaña perfectamente combinada con todas las comodidades que garantiza la vida urbana.
Pensó en subir a acostarse, estaba cansada, iba a apagar la luz de la cocina, pero de pronto miró al ángel Cupido que ocupaba la trona.
            —Ella te eligió de pequeña —le increpó, enojada—. Fuiste su favorito. Podías ayudarla un poco.

Apagó la luz, sorprendida. ¿Le había hablado a una figura? Se estaba volviendo loca.
                                                                                  ∎∎∎


La única persona que hubiera podido consolar a Helena, el único hombre que poseía el opiáceo para lograr que desapareciera por completo el intenso dolor que la oprimía, estaba sentado en un banco del jardín de su casa en Aránzazu.
También era de noche, pero con un cielo muy diferente al del valle de Markalo. No había estrellas, no había luna, solo oscuridad, y una brisa helada que mecía las largas hojas de las palmeras y las finas, cortas y tupidas del césped.
Los farolillos encendidos iluminaban el entorno, y Blas veía la casa de la familia Hernández, una casa desierta, una casa sin rastro de vida.
Allí, sentado, sin sueño, esperaba, deseaba que llegara el amanecer, que llegara un nuevo día. ¡Pero qué lentas pasan las horas cuando anhelas que corran!
Nicolás estaba en casa, en su habitación, había firmado su alta voluntaria. Los médicos le miraron mal, por su forma de mirarle supuso que lo tacharon de ser un padre irresponsable. Pero los señores doctores, por muy preparados que estuvieran para ejercer su trabajo, para salvar vidas, no conocían a su hijo. No conocían al hijo de Helena Palacios.
Nicolás, tras enterarse de todo lo sucedido, se negó a seguir hospitalizado. Su negativa era firme, totalitaria, y él se vio incapaz de obligarle a quedarse. Cualquier intento hubiese sido estéril. ¿Cómo se detiene la erupción de un volcán?

Nicolás tampoco dormía, se removía en la cama, inquieto. Pensaba en Lucas y sentía tanta pena por él. También estaba preocupado por Natalia, la llamaría por la mañana, tenía que hablar con ella. Y los remordimientos le acorralaban... La imagen de Luis persiguiendo a Cruz en el jardín se escenificaba en su mente de un modo constante.

Marcos tampoco dormía. Los remordimientos también le acorralaban. ¿Por qué nunca le contó a Blas Teodoro al maltrato que eran sometidas su madre y su cuñada?

Bibiana tampoco dormía. Recordaba una y otra vez como la había mirado Nicolás después de que sus labios se rozaran sin querer. Jamás olvidaría esa mirada. Pero no podía ser, debía olvidarse de todo y recordar que Nicolás quería a Natalia. Por ella sentía cariño, nada más.

Emilia Sales tampoco dormía. Le había contado casi todo a Blas a lo largo del día. Casi todo, porque había algo que nunca le contaría. Tobías no sufrió un accidente. Era un buen policía en Luna y un gran amigo de Blas. Indagó demasiado, tras el violento asesinato de Víctor Márquez, y averiguó que Helena era la hija de Jaime Palacios. Iba a decírselo a Blas, y Arturo Corona lo condenó a la pena capital. No, nunca se lo contaría a Blas.

Estela tampoco dormía. Estaba muy angustiada por su hija y por esos celos enfermizos que ya la dominaban y la iban a conducir a saber dónde.

Gabriela tampoco dormía. En efecto, sus celos enfermizos ya la conducían por un camino equivocado. Furia y venganza reinaban en su cabeza. ¿Cómo podía vengarse de los desaires de Blas? ¿Qué podía hacer para dinamitar sus planes con Helena? Y, de repente, una mala idea se instaló en su mente, y una maléfica sonrisa afeó su rostro.
Sí, iba a vengarse de Blas. Ya sabía cómo. Ya podía dormir.

El señor Francisco dormía a pierna suelta y roncaba felizmente. Había recibido con un fuerte abrazo a Blas y a Nicolás. Su aprecio hacia ellos era sincero.
Fue el cocinero de la casa y el que más comió. Todos parecían haber perdido las ganas de comer. Él no. Tenía buen estómago y buen apetito. No perdonaba una comida por nada del mundo. Comer era un placer. Dormir también.

Págs. 1202-1210


Hoy dejo una canción de Axel Fernando... "Si va a ser, será"




28 comentarios:

  1. Holaaaaa!!! Yoooo entiendo a Helena del verbo entendimiento, no sé si la habrá entendido Matilde:))))) Ha llamado cobarde a Helena y vive para contarlo??? Helena, en honor a nuestro papi, tendría que haberle contestado: Peroooo que nadieeeee me llame COBARDE sin saber hasta donde lo quierooooo.
    No sé qué estará maquinando Gabriela peroooooo te advierto del verbo advertencia que los coleccionistas quieren y exigen que Blas vaya al valle!!!
    Lo que va a ser será, eso está clarísimo. Cuándo??? Cuando llegue el momento!!!! Bravoooo, bravísimooooo Axel!!!!

    Besoteeeesssss!!!!

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    1. Hola, Merche... Bueno, pues me alegra que entiendas a Helena... creo que no era difícil de entender... Helena se ha esforzado por explicarlo, y considero que mejor ya no lo puede explicar... Puedes estar completamente segura de que Matilde la ha entendido
      Matilde es amiga de Helena y, sí, vivirá para contarlo... Matilde no ha pretendido ofenderla, le ha dicho lo que piensa
      En realidad, yo entiendo perfectamente a Helena... pero también tengo que admitir que su actitud puede parecer cobarde... pero, en honor a papá y porque me parece muy cierto, que nadie la llame cobarde sin saber hasta donde quiere a Blas
      Gabriela está celosa, y los celos nunca son buenos... Hará algo que no está bien, pero eso no quiere decir que Blas no vaya al valle... Pero no te voy a decir si va o no va
      Ya deja de mencionar a esos necios coleccionistas... me pones nerviosa con tus tonterías
      Bueno, creo que te ha gustado la canción
      Besotes

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  2. Helena es preciosa pero es muy dificil pero las mujeres dificiles son las mejores.Blas esta completamente enamorado y tendra paciencia con ella porque la quiere y no quiere a otra.Tendra toda la paciencia que haga falta.Me ha gustado mucho.Besos.

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    1. Hola, Ramón... Bueno, yo no creo que Helena sea tan difícil... quizás es más difícil entenderla
      Sí, es cierto que Blas la quiere... ya veremos si tiene la paciencia suficiente para llegar a un buen puerto con Helena
      Me alegra que te haya gustado
      Besos

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  3. Espero que Maura no se entere de que Helena ha volcado el tazón de leche.
    Beso

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    1. Hola, Ignacio... Puedo asegurarte que Maura no se enterará de esto
      Besos

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    1. Hola otra vez... Bien, estás muy seguro de que Blas irá al valle... no puedo decirte si estás en lo cierto o muy equivocado... No tardarás demasiado en saberlo
      Besos

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  5. HOLA MELA JAIME PALACIOS NO DEJA A SU HIJA SOLA EN LA MONTAÑA ESO NO LO CREE NADIE ESO TIENE QUE EXPLICAR HELENA ME GUSTA GABRIELA PARA BLAS,
    SALUDOS MIOS,

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    1. Hola, Carlos... Helena no está sola en el valle
      Y en lugar de escribir con mayúsculas, podías colocar comas y puntos
      Pues si te gusta Gabriela para Blas... ya te adelanto que Blas no está enamorado de Gabriela ni lo estará
      Saludos

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  6. Uy genial capitulo . Veamos a donde va la historia. Ojala Helena luche por el hombre que ama y en parte yo si creo que es un poco cobarde. Me gusto mucho la canción . Te mando un beso y buen fin de semana

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    1. Hola, JP... Helena se ha ido al valle, no va a luchar, se ha rendido
      Yo jamás la llamaría cobarde... pero, por supuesto, respeto tu punto de vista
      No es la canción más hermosa que he escuchado... pero no está mal... Me alegra que te guste
      Feliz finde... Y un beso

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  7. Ay, Helena se lo ha explicado a Matilde y se entiende bonita mía!!! Tiene miedo y vergüenza, ay qué gracia!!! Mela cariño, Blas tiene que ir al valle como sea. Ay Helena se muere si Blas va al valle, mis amigas y yo también. Tiene que ir cariño!!! No sé qué planea Gabriela pero no puede impedir que Blas vaya al valle. Tiene que ir bonita mía!!! A mi madre no le ha parecido bien que Blas firme el alta de Nico, dice que es un irresponsable. La canción me encanta, el capítulo mucho más!!!!
    Besitos!!!

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    1. Hola, Julia... Sí, se lo ha explicado a su amiga, y de verdad que me alegra que se entienda
      Bueno, yo te aseguro que no es gracioso sentir miedo y vergüenza
      Me queda muy claro cuánto deseas que Blas vaya al valle... falta muy poco para que sepas si tu deseo se cumple... o no se cumple
      Pues tu madre opina lo mismo que los médicos... que Blas es un irresponsable... No comparto esta opinión, pero la respeto
      Me alegra que te haya gustado más el capítulo que la canción ;-)
      Besitos

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  8. Que precioso hogar donde se crió Helena, con esa tranquilidad y seguridad familiar, recordando memorias de la niñez. Ella se siente tan herida y celosa que ni la mamá logra que entre en razón.

    Nicolás ha crecido, ya no es el nene que solamente escuchaba a sus familiares argumentar, ahora pedia explicaciones y quiere tomar las riendas con su mano. Cuanta zozobra y preocupación, y esa Gabriela, con su malévola mente, que estará tramando?
    Me encanto este capitulo, me hizo recordar la casa de mi abuela con ese olor a gardenias y lena en la chimenea. Me gusto mucho la cancion.
    !Un abrazo y feliz fin de semana!

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    1. Hola, Yessy... En realidad, Helena no se crió en la casita del valle... se crió en la mansión de Markalo... Eso sí, le encantaba ir al valle... y tiene muy buenos recuerdos de momentos irrepetibles con sus padres
      Vamos a ver, quien no logra que entre en razón es Matilde... su amiga... La madre de Helena, Isabel Avilón, ya no está
      Helena se siente herida, se siente mal... celosa, te puedo asegurar que no
      Nico, desde que supo que Blas era su padre, cambió mucho... Ya dejó de temer que quien creía era su tutor se cansara de él, y lo dejara
      Gabriela no trama nada bueno, los celos siempre son y serán malos consejeros
      Pues estoy convencida de que pasaste momentos muy felices en la casa de tu abuela
      Es bonita, sí... Me alegra que te guste
      También te mando un abrazo, y te deseo muy feliz finde

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  9. No sé cómo sería la parte que desechaste, pero me encanta este enfoque que le has dado al capítulo, te ha quedado genial, muy cálido, hogareño y evocador.
    Entiendo los temores de Helena (en principio) Es inevitable que surjan cuando se está profundamente enamorad@ y también, según el carácter de cada cual, son más o menos extremos. Sin embargo, la renuncia por motivos tan endebles no termino de entenderla. No creo que Helena quiera seguir viviendo sin Blas, ya ha pasado por eso y no fue feliz. Poner por encima de su gran amor la falta de coraje para superar sus inseguridades, la haría desdichada a ella y al hombre que tanto dice amar. Sería una locura y un absurdo.
    Espero que Gabriela recapacite, es una buena chica y si hace algo que no deba, además de no conseguir el corazón de Blas, ¿podrá vivir con el remordimiento? Yo no la veo volviéndose otra Elisa.
    La noche no siempre es amiga del descanso, por lo que se ve, todos velan. Bueno, Francisco no jajaja.
    Creo que el momento de Blas y Helena ha llegado.
    Me ha encantado.
    Bsssss

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    1. Hola, Nena... Pues lo que deseché te puedo asegurar que era horroroso... Bien, me alegra que lo veas así
      Nena, esos temores son inevitables que surjan... y es que han surgido
      Debes entender que, lo que a ti te parecen motivos endebles, a Helena no se lo parecen... Son sus motivos, cada persona es un mundo... Helena tiene miedo, mucho, pero nunca admitiré que sea cobarde... porque no lo es
      Creo que Matilde piensa como tu... que todo es una locura y un absurdo... pero Helena no lo piensa
      Gabriela está celosa y furiosa... una muy mala mezcla... hará algo que no está bien, y no se arrepentirá
      La verdad es que todos tienen sobrados motivos para no poder conciliar el sueño fácilmente... Tal vez les sentaría muy bien la leche con miel que ha preparado Matilde
      Francisco es un personaje que me ha hecho pasar muy buenos ratos... Para él, dormir es un placer, y así lo demuestra con sus ronquidos ;-)
      "El momento de Blas y Helena ha llegado"... y a mí me encanta esta frase
      No esperes que escriba "besos" de una forma tan necia
      Besos

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    2. Son inseguridades a superar, al menos intentarlo, no rendirse sin más como parece que hace ella. Está claro que para Helena no son endebles, pero es porque no se atreve a enfrentarse a ellos. Y no sé si es por cobardía, por orgullo, o un revuelto de ambos. Solo sé que es peligroso. Debería hacerse un favor y escuchar a Matilde.

      Pues lástima de Gabriela, me ha engañado.
      Bsssss sin necedad.

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    3. Es que ese revuelto que mencionas existe... vergüenza, miedo, orgullo... Existe en este orden... Y esto impide que Helena se sienta con fuerzas para intentar algo
      Es imposible que una necia dé besos sin necedad... Ale

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  10. ¡Hola Mela! Estoy un poco apartada, no me encuentro en mi mejor momento, pero jamás dejaría de deleitarme con tus capítulos. Así que aquí estoy.
    Comenzaré por el tema de Axel, me encanta. Tiene hermosos temas y has elegido uno de ellos. Gracias por compartirlo.
    Sigo con la descripción de la casa, bella, perfecta, me has hecho viajar a ese rincón. Como era de esperar viniendo de ti.
    Helena sufre, nosotros con ella ya que el lector seguramente le ha tomado cariño, sin embargo es una historia de amor y en ella ocurren hechos del pasado desafortunados. No es ácil haberte enterado que el amor de tu vida ha compartido la cama con otra. Normal lo que siente Helena.
    En cuanto a Gabriela me produce intriga y temor ya que los celos en personas equivocadas son un arma mortal.
    Te agradezco este capítulo. Y aunque siempre lo hago, hoy más que nunca. Por el milagro que tienes de rescatarme de la melancolía. Un beso grande. Feliz semana para ti.

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    1. ¡¡Hola, Lou!!
      Algo me dijo Merche, pero no entendí que estuvieras mal... Me alegra muchísimo que estés aquí
      Es cierto que Axel tiene hermosos temas, y entonces no es difícil elegir uno de ellos... Para mí es un placer compartirlo... y me encanta que te encante, aunque suene redundante
      Es que una casita perdida en un valle es un sueño perfecto
      Quizás otras personas piensen diferente... pero yo creo que saber que el hombre que amas ha compartido cama con otra mujer es algo que duele demasiado, y que ya no puedes asumir ni aceptar
      Gabriela está celosa, está furiosa... sin entender que el hombre de su vida no es Blas... el hombre de su vida no estaría enamorado de otra mujer
      Lou, no imaginas cuánto me alegra haberte rescatado de la melancolía... pero voy a decirte que no te debe rescatar mi novela... te debe rescatar la tuya... esa maravillosa saga de vampiros y lobos que tú has creado... la mejor, la que nadie podrá superar
      Sé por lo que estás pasando... una madre es alguien muy importante, alguien que nos hace mucha falta... Y duele, y dolerá
      Pero piensa que, cada vez que publicas un capítulo, tu madre lo lee... Yo estoy segura de que lo hará, y que se sentirá muy orgullosa
      Busca refugio en Los Craig, en esos personajes tan nobles y valientes
      Y recuerda que tú también rescatas a gente cuando publicas... por ejemplo, a mí
      También te deseo una semana feliz, todas las semanas felices
      Y te mando besos y abrazos gigantes... Blas y Helena también, y el ángel Cupido de Helena también

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  11. Muchas gracias por tus palabras Mela. Aparte de tu novela lo que me rescata es tu amistad. Un beso grande. Sé que pronto me deleitaré con tus comentarios. Feliz semana amiga.

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    1. Pues puedes estar muy segura de que siempre vas a poder contar con mi amistad sincera
      Te tengo mucho cariño, Lou
      Eso quiere decir que pronto tendré noticias de unos vampiros y lobos que me encantan
      También ta mando un beso grande... Y Feliz semana

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  12. Me ha impresionado mucho este capítulo. La casita del valle, la "casita" como la llamaba Helena. La felicidad que recuerda con sus padres en el valle. Helena fue una niña feliz que creció entre algodones de color rosa y su madre no quería que creciera. Helena conserva mucho de la niña que fue y eso la hace una mujer fantástica,
    Tenía mucha curiosidad por leer la explicación de Helena. La he entendido muy bien, te aseguro que muy bien. "Que nadie la llame cobarde sin saber cuánto quiere a Blas". Pero la razón por la que no está con Blas, y a lo mejor no estará, no es Blas. Es ella.
    Ella tiene vergüenza y miedo. Piensa que nadie puede ser tan feliz. ¿Por qué no?
    Cupido está sentado en su trona. Matilde no se ha vuelto loca. Helena lo eligió, debería echarle una mano.
    Esta noche no podía acostarme sin dejarte mi comentario. Buenas noches.

    Pilar.

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    1. Hola, Pilar... La verdad es que Helena la llamaba casita, y la sigue llamando de este modo... y siempre la llamará así
      Bueno, yo siempre he dicho que el mejor adulto es aquel que conserva al niño que fue... creía que no estabas de acuerdo conmigo
      Es posible que tengas razón, y la culpable sea ella... No lo sé, no esperaba que nadie me planteara algo así
      Vamos a ver si puedes entender que Helena sería plenamente feliz si pudiera estar con Blas... y no sé si existe en el mundo alguien que sea plenamente feliz
      Sí, Helena lo eligió... es el mejor de los ángeles... Espero que no le eches la culpa si esta historia no acaba como te gustaría
      Pues ya ves yo tampoco me acuesto sin contestar a tu comentario... Buenas noches
      Besos

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  13. Hola Mela, si querías emocionarnos con esta novela lo has conseguido. También nos has hecho vibrar y desear que lo imposible, o lo que parece imposible, sea posible.
    La inmensa mayoría de tus lectores deseamos que Blas vaya al valle, que esta única historia de amor acabe bien. Blas y Helena merecen ser felices juntos, muy juntos.
    He releído algunos capítulos. Blas y Gabriela se acostaron pero no mantuvieron relaciones.
    Helena puede tener miedo, vergüenza...Helena es única y Blas lo sabe y la quiere como es.
    También creo que el momento de Blas y Helena ha llegado.
    Ma-ra-vi-llo-so capítulo, ma-ra-vi-llo-sa canción.
    Un beso.

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    1. Hola, Juan... Pues te diré que me alegra mucho lo que me dices... porque emocionaros, haceros vibrar y que deseéis que lo imposible sea posible son los objetivos de esta novela
      Sí, creo que la mayoría de lectores desea que Blas y Helena tengan un final feliz
      Te confieso que yo, como lectora, también lo desearía
      No te puedo decir si Blas va a ir al valle... o si algo se lo impedirá... Tampoco te puedo decir como acaba la novela... Sí puedo decirte que no falta mucho
      No sé qué capítulos habrás leído... pero ya te digo que en ninguna página leerás que Blas haya tenido relaciones intimas con Elisa ni con ninguna otra mujer... Yo creo que has querido decir Elisa... Blas nunca se acostó con Gabriela
      Bueno, Helena es única para Blas... Supongo que todo hombre enamorado ve única a la mujer que ama... y toda mujer enamorada ve único al hombre que ama
      "El momento de Blas y Helena ha llegado"... me gusta como suena, me gusta leerlo
      Tú también eres un lector maravilloso... Muchas gracias
      Un beso

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