EL CLAN TEODORO-PALACIOS

CUARTA PARTE

lunes, 15 de octubre de 2012

EL CLAN TEODORO-PALACIOS Capítulo 12














CAPÍTULO 12

EL SEÑOR FRANCISCO, IRACUNDO,
Y SANDRA SUFRE UN SOBRESALTO


G
abriela Sánchez era una joven de treinta años. Era atractiva pese a que su cabello, rojizo y liso, estaba recortado a lo chico sin ninguna gracia. Se parecía a Estela, aunque algo más alta y delgada. La mujer besó con cariño a Nicolás.
          —¡Qué alto estás, muchachote! —exclamó, admirada—. ¡Dos años sin verte y casi no te reconozco! Cualquier día Blas dejará de ser el más alto.
          —Para eso aún tiene que llover bastante —replicó la señora Estela con resignación.
Gabriela se había casado hacía dos años con un hombre al que nadie conocía en Luna y, desde entonces, los niños no la habían visto. 
          —¿No ha venido contigo tu marido? —preguntó Nicolás.
La chica denegó con un movimiento de cabeza. Los niños estuvieron un rato jugando con Hércules, un enorme rottweiler de cuatro años. El perro los tiró al suelo en diversas ocasiones y les lamió la cara alegremente.
Más tarde, Nicolás quiso ir a la calle. Había estado casi todo el día encerrado en casa y deseaba montar en su monopatín. Las niñas lo acompañaron, corriendo detrás de él.
          —¡No vayas tan de prisa, Nico! ¡Espera!—gritó Natalia, jadeante y exhausta.  El muchacho se agachaba, se levantaba y daba saltos en el aire, pasándoselo genial. Llegaron a un punto de la carretera donde comenzaba una pendiente.
          —Ten cuidado, Nico —le advirtió Natalia—, puede ser peligroso.
El niño pensó que sería emocionante y aventurero deslizarse por el camino cuesta abajo. Sin pensarlo dos veces, se lanzó por la rampa. Las niñas lo siguieron a toda velocidad intentando alcanzarlo. De repente, un coche amarillo salió de una curva. El vehículo tuvo que frenar en seco y Nicolás dio un salto gigantesco para evitar estamparse contra él. Las niñas chillaron, aterradas. Nicolás aterrizó en el firme de la estrecha carretera y el monopatín, en la cuneta. El chiquillo se levantó y, raudo, recogió la plancha de madera. Las muchachas se tranquilizaron al comprobar que no se había hecho daño.
De la ventanilla del coche emergió la cabeza calva del señor Francisco, hecho un basilisco.
          —¿Te has vuelto loco, Nicolás? —gritó con verdadera furia—. ¡Eres un gamberro! ¡Podría haberte matado! ¡Espera a que hable con Blas!
El hombre reanudó la marcha y se alejó pendiente arriba. Las niñas se reunieron con Nicolás.
          —Hoy tengo el día gafado —afirmó el chico, inquieto.
          —¡Estás loco, Nico! —le riñó Natalia—. Te dije que podía ser peligroso.
          —No pensé que fuera a subir ningún coche —alegó el chaval—. ¡Y justamente tenía que subir el tarado de Francisco! ¡Ojalá no se lo diga a Blas!
          —¿Bromeas? —ironizó Natalia—. Sabes de sobra que toda esa familia son unos bocazas, chismosos y chivatos. 
La mirada de Nicolás reflejaba preocupación.
          —Blas va a hacer carne picada conmigo —declaró propinando un puntapié a una piedra.
                                                                       ⍵⍵⍵
Había oscurecido y el señor Teodoro encendió el alumbrado. Él, Elisa y la señora Emilia estaban en el exterior de la vivienda contemplando el espectáculo de luces danzarinas.
          —Ha quedado muy bien —le felicitó Elisa—, a los niños les encantará.
Sandra se disponía a marcharse, su novio no había venido a buscarla ya que habían discutido. Todos miraron hacia el camino cuando oyeron acercarse el coche del señor Francisco. Paró a unos pasos de ellos; del vehículo bajaron el hombre, su esposa y sus dos hijos. Los ojos saltones del señor Francisco parecían a punto de salirse del globo ocular. La señora Marina se apoyaba en el auto intentando regular su agitada respiración.
          —¿Qué sucede? —interrogó el señor Teodoro, atónito.
          —¿Qué qué sucede? ¿Qué qué sucede? —bramó el señor Francisco, iracundo—. ¡Mira en qué estado traigo a mi mujer! ¿Hay derecho a esto?
El señor Teodoro, lógicamente, no lograba entender absolutamente nada.
          —Creo que voy a desmayarme —gemía la señora Marina—. ¡Ha sido horrible! Necesito tomar mis tranquilizantes.
El señor Teodoro miró a su vecino sin comprender qué quería decirle.
            —Yo venía tranquilamente por la carretera hacia mi casa, con mi mujer y mis hijos —comenzó a explicar el hombre a gritos y escupiendo saliva—, cuando giré la curva de la cuesta me encontré con el enloquecido de Nico. Iba montado en un artefacto como si volase. ¡Casi lo atropello! ¡CASI LO MATO! Y entonces, ¿qué hubiera pasado, Blas? Explícame qué hubiera pasado entonces. Gracias a Dios, soy un excelente conductor y logré esquivar a ese demonio.
El señor Teodoro ya lo entendía todo, su rostro se ennegreció por completo.
          —Sandra, vete ya —le dijo a la chica con voz ronca—. Y dile a Nico que venga a casa de inmediato.
La joven asintió y se marchó sonriendo, divertida.
          —¡Debes atar muy corto a ese chico! —siguió gritando  el señor Francisco—, se te está yendo de las manos. ¡Va a convertirse en un delincuente!
La señora Marina continuaba gimiendo y quejándose. Elisa había ido en busca de agua y le ofreció un vaso. La señora Emilia estaba muy pálida, desde luego Nico no tenía conocimiento.
          —¡Ese chico es un temerario! —se desgañitaba el señor  Francisco.
Era tal el alboroto que formó que la señora Estela y su hija Gabriela, alertadas por las voces, acudieron a villa de Luna. Las acompañaba Hércules que comenzó a gruñir al vociferador.
          —¿De dónde ha salido esta fiera? —interrogó el hombre ocultándose detrás del señor Teodoro.
          —No es ninguna fiera, es mi perro —declaró Gabriela, sujetando al animal por el collar—. Cálmate, Hércules.
          —¡Lo que nos faltaba! —exclamó el señor Francisco, contrariado—. ¡Una bestia en la urbanización!
                                                                   ⍵⍵⍵
Sandra encontró a los chiquillos en la pendiente, sentados al borde de la carretera.
          —Nico —dijo en tono petulante—, Blas ha dicho que vayas de inmediato para casa. ¡Te espera una buena!
Los niños la miraron sin moverse.
          —Yo de ti no haría esperar demasiado a Blas—aconsejo a Nicolás—, si tiene que venir a buscarte, te irá peor.
Sandra continuó su camino empezando a canturrear, tranquilamente.
          —¡Es una cerda! —insultó Natalia, furiosa—. Estoy segura de que se alegra de lo que ha pasado.
Nicolás se levantó lentamente. Se le veía preocupado.
          —Será mejor que vayamos a casa —manifestó con pocos ánimos.   Las niñas se levantaron del suelo; eran conscientes de que al chiquillo no le esperaba nada bueno en cuanto llegasen a la villa.
De pronto, oyeron gritar a Sandra, miraron en su dirección y no la vieron.
          —Esa imbécil ha debido tropezar y caerse —dedujo Natalia—. Le está bien empleado.     Nicolás corrió pendiente abajo dispuesto a socorrer a la chica. Las farolas iluminaban la carretera débilmente y el bosque estaba muy oscuro.
          —¡Sandra! ¿Dónde estás? —gritó Nicolás—. ¡Sandra!
El chico se internó entre los árboles y la maleza. La espesura de los arbustos, la abundancia de malas hierbas y la escasez de luz le dificultaban saber dónde ponía los pies.
          —¡Sandra! ¿Dónde estás? —volvió a gritar—. Si es una broma, no tiene gracia.
            —¡Auxilio, Nico! ¡SOCORRO! —chilló la chica —. ¡Ayúdame!
Nicolás se guió por la voz de la joven y la encontró tirada entre la hojarasca, llorando. La ayudó a levantarse; Sandra se abrazó a él, frenética. Estaba en un estado deplorable y temblaba de pies a cabeza.
          —¡Alguien me ha cogido, Nico!—aulló, histérica—. ¡Alguien me ha cogido y me ha arrastrado!
          —Cálmate, Sandra —intentó sosegarla Nicolás—, ahora estás a salvo.   
Ambos jóvenes sortearon los árboles y salieron a la carretera. Natalia, Patricia y Bibiana corrieron junto a ellos. Se horrorizaron al ver el aspecto de la chica. Sus medias estaban rotas, había perdido un zapato y su cara tenía manchas negras por habérsele corrido el rímel de las pestañas.
          —Quedaros aquí —dijo Nicolás—. No os mováis, voy a echar un vistazo.
          —¡No lo hagas! —gritaron todas al unísono, sobresaltando al chiquillo.
          —No os mováis de aquí —susurró el chico—, no voy a alejarme.   Nicolás se internó de nuevo en la espesura y anduvo algunos pasos. Era completamente imposible ver algo con claridad. Súbitamente, sufrió un tremendo impacto en la frente. Por unos instantes quedó algo aturdido, pero no llegó a caer al suelo. Dadas las circunstancias, decidió volver hacia atrás y salir a la carretera.

Págs. 77-82 

30 comentarios:

  1. Uix que me queda el capítulo 13, me lo guardo para mañana sino no voy a tener másssssssssssssss
    Un beso.

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  2. Vendrán más, te lo aseguro. Lo antes que pueda sigo publicando. Eres un encanto, ¿lo sabías? Te he mandado dos mail, tienes que decirme el blog de Ruska porque no me aclaro a seguirla. Besos.

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  3. Jajaja, ¿qué le ha pasado a la tonta esa? Debiera habérsela tragado el bosque para siempre.
    Un capítulo muy entretenido con los nuevos y exagerados personajes.

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    1. Me alegra que te hayas divertido. Hasta muy pronto, Nena.

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  4. Esto me pasa por curiosa, he venido porque hoy me quedé intrigada y ahora resulta ... Que aun lo estoy más que antes!!!!!!!!!!! jajajajajaja a Sandra ya le está bien empleado por tonta, aunque menudo susto le has guardado eh? Vaya personajillos los vecinos!

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    1. jajajajajajaj ¡Me muero de risa, FG! O sea que te habías quedado intrigada y ahora estás más... ¡Eres un SOL!! Y me encanta que estés intrigada. ¡Qué contentos están mis personajes contigo!
      Muchos besos!!!

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  5. Hola Mela, esta historia cada vez me gusta más. Me lo estoy pasando en grande. No voy más deprisa porque quiero asimilar bien los contenidos.
    Nos vemos en el 15. Un abrazo!!!!

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    1. Hola Oskar, encantada de que te lo pases tan bien. Y de que la historia te guste cada vez más. Desde luego es importante asimilar bien lo que vas leyendo para entender la historia.
      Otro abrazo para ti!!

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  6. Nooooooooooo vine con mucha intriga por lo qe vendrá yy ahora,ahora.... quiero saber más! ya mismo paso al otro capitulo tengo miedo de que dañen a Nico,o que lo secuestren,y aunque ella esté asi sigo pensando mal de Sandra,puedde haberse puesto de acuerdo con su novio para secuestrar a Nico,bueh solo leyendo lo sabré!

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    1. Querida Hada Isol, me encanta tu intriga. Sigue leyendo y ya me contarás...
      Un abrazote!!

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  7. Esto se pone cada vez más interesante, pero tengo que dejarlo que no son horas...
    Besos

    Raquel

    http://raqueljimenezbisuteria.blogspot.com.es/

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    1. Hola Raquel!! Yo todavía estoy por el mundo. ¡Verás mañana! Pues tú también te acuestas tarde...jajajaj
      Me alegra que lo veas interesante. Buenas noches.
      Besos.

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  8. Vaya día que lleva Nico,veremos como le castiga Blas y ahora hay alguien en el bosque.....uffff, esta empezando a parecer una novela de terror.... de esas de las pelis cuando dicen " esperarme aquí, que voy a ver" y tú desde tu butaca piensas..... Noooo! corre, no te quedes ahí tontaina que te van a pillar.....jajaja
    Besitos

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    1. Desde luego Nico no tiene un buen día. Alguien perverso merodea por la montaña... jajaja Con que una novela de terror, eh!! A mí la situación sí que me daría mucho miedo.
      Besos, guapa!!

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  9. Pies si que es torpe el asaltante......
    Que hay que rematar.....

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    1. ¡Ay, pobre Nico! Eres bruto, Kikas, muy bruto jajajaja

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  10. Corrijo, AHORA viene lo interesante.

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    1. jajajaja Te esperan muchas sorpresas, Estelle.

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    2. Ya me imagino, estoy por el principio aún como puedes comprobar XD me gusta tomármelo con calma jaja.

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    3. Lee al ritmo que quieras, estás en tu casa.
      Besos

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  11. Uuuiii parece que ya ha entrado en acción el desconocido que rondaba la otra noche, ¡que intriga! Eso sí, Sandra se tenía bien merecido el susto xD

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    1. Pues sí, Siwan, el merodeador desconocido ya ha entrado en acción...
      Y Sandra se ha llevado un buen susto, suerte ha tenido de que estuviera Nico.

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  12. Por lo que veo, todas las desgracias le vienen juntas a Nicol. Solo falta que el rottwailer se convierta en hombre lobo, y aterrorice al vecindario.

    A ver, lo que nos dice el siguiente capítulo.

    Besitos.

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    1. Hola Antonio... los problemas persiguen a Nico.
      No creo que el perro se convierta en hombre lobo ;-)
      Besos

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  13. Mela, cariño mío, Sandra es una pelma y el señor Francisco también. ¿A que no sabes quién ha venido??? Juan está aquí y eso que decía que este año no venía, se ha cansado de Holanda. ¡Ay que insoportable está!!
    Besitos, bonita.

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    1. Hola Julia... sí, es muy posible que sean pelmas los dos ;-)
      Pero te aseguro que con el señor Francisco me lo he pasado bien ;-)
      Besos

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  14. Me quedé con ganas de saber más de Gabriela y ahora me quedo con ganas de saber quién anda merodeando por el bosque y atacando a la gente... Nico no ha estado muy fino hoy y Sandra es tonta perdía pero lo mismo cambia con ésto que ha sucedido y se porta mejor con él.
    Besos!
    P.D: No sé si vendré mañana (aunque me has dejado con mucha intriga) asi que desde ahora te deseo una Nochebuena y día de Navidad muy feliz con tus seres queridos.

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    1. jajaja... Está muy bien que te quedes con ganas de saber más
      Yo también te deseo Muy Feliz Nochebuena y Muy Feliz Navidad con tus seres queridos
      Besos!

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  15. mmmm esto se pone bueno
    y lo dicho, estos niños no terminan de estar serenos
    y mira que están en un pueblo tranquilo, la que le espera a Nico
    aunque quizá Sandra esta vez le ayude y la cosa
    no llegue a mayores.


    Mañana vemos si se desvela el misterio
    besos preciosa.

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    1. Hola Cielo... Ya te darás cuenta de que Nico es como un imán para atraer a los problemas
      Ya veremos mañana si Sandra lo ayuda
      Besos

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