EL CLAN TEODORO-PALACIOS

CUARTA PARTE

domingo, 30 de septiembre de 2012

EL CLAN TEODORO-PALACIOS_Capítulo 2




CAPÍTULO 2


BLAS TEODORO


N
atalia se encontraba tumbada en un sofá, en el salón de su casa, intentando resolver un crucigrama mientras esperaba, impaciente, la llegada de sus amigas. De vez en cuando miraba el reloj de pared y luego continuaba con su pasatiempo con el fin de distraer su mente. No quería imaginar un posible problema que pudiera significar que Patricia o Bibiana no pasasen aquellas vacaciones con ella.
A las 17:15 horas  sonó el timbre del telefonillo de la puerta de la calle. Natalia se levantó de un brinco, y corrió a apretar el pulsador sin preguntar quién llamaba. Inmediatamente después, abrió la puerta de su vivienda. Minutos más tarde sus dos compañeras salieron del ascensor, cargadas con maletas y mochilas. Las niñas se sonrieron, cómplices.
          —Habéis sido puntuales —las felicitó Natalia, satisfecha—. Pasad y dejad el equipaje, aquí, en la entrada.
Así lo hicieron y posteriormente se acomodaron en el salón, se sentían emocionadas y bastante nerviosas.
        —La aventura acaba de comenzar —declaró Patricia—, y presiento que van a ser unas navidades inolvidables. A lo mejor tenemos suerte y nieva en Luna.
Luna era el pueblo en el que iban a pasar las fiestas navideñas; no estaba muy lejos de su ciudad, a unos cincuenta kilómetros, en la sierra Espadaña.
          —Algún año ha nevado muchísimo pero, generalmente, nieva poquito. Algún copito y poco más. No os hagáis ilusiones —dijo Natalia.
Las chiquillas charlaron animadamente y terminaron, en la cocina, preparando chocolate caliente.  Lo estaban tomando cuando, a las 17:45 horas, oyeron que alguien entraba en la vivienda.
          —Debe ser Blas —comunicó Natalia—. ¡Estamos en la cocina! —gritó a continuación.
Un hombre joven, alto, moreno y de complexión fuerte se presentó en la estancia.
          —Buenas tardes —saludó a las muchachas sonriendo, mostrando una dentadura blanca y perfecta. Sus ojos, de color negro profundo, tenían un encanto particular. A Patricia y a Bibiana les gustó su aspecto, su porte elegante, sus buenos modales.
—Tú debes ser Paddy y tú Bibi—acertó y añadió, entendiendo la sorpresa de las niñas—, Nat me ha enseñado fotos vuestras. Por esta razón, os conozco. Terminad de tomar el chocolate y si necesitáis ir al baño, hacedlo —agregó—, voy a echar un vistazo a la casa. Tú, Nat, lava los tazones.
El hombre se marchó de la cocina.
        —Parece agradable, pero al mismo tiempo severo —analizó Patricia.
       —Lo has definido muy bien —estuvo de acuerdo Natalia—. Lo conozco desde que puedo recordar. Es buena persona, aunque muy intransigente en ocasiones.
          —No parece un chófer, no parece un empleado —opinó Bibiana—, te da órdenes como si se tratara de tu padre.
Natalia suspiró antes de hablar.
          —Sí, a veces pienso que Blas es lo más parecido a lo que sería un padre. A veces me gusta y a veces no. Sólo está con nosotras en épocas de vacaciones.
          —Y luego, ¿qué hace? —indagó Patricia.
          —Da clases de derecho en la universidad de Markalo, es la ciudad donde vive mi primo Nico.
          —¡Qué cosa tan extraña! —meditó Patricia, mordiéndose el labio inferior—. Profesor de universidad y luego, en vacaciones, chófer. No pega ni con cola.
          —Blas no es exactamente nuestro chófer —replicó Natalia, algo enfadada—, ayuda a Elisa y se ocupa de Nico.
          —Pero cobrará por lo que hace y entonces se convierte en un empleado —insistió Patricia.
          —¡No sé nada! —chilló Natalia, impacientándose—. Ya os he dicho que lo conozco desde siempre. Además, su madre, Emilia, vive con nosotras. Es lógico que en vacaciones quiera estar cerca de su madre ya que es su único hijo. Me molestan tantas preguntas sobre Blas, ¿vale?
          —Vale, vale. No te cabrees —la apaciguó Patricia—. No pienses que voy a cotillear sobre tu familia. Simplemente es que me ha parecido un tipo interesante, apuesto, guapísimo, atractivo…
La niña se calló de sopetón, al ver entrar en la cocina al motivo de tantas lisonjas.
            —¿Habéis terminado? —preguntó Blas Teodoro.
      —Sí —respondió Natalia de mal talante—, pero no pienso fregar los tazones. Los meteré en el lavavajillas.
        —Nada de eso, jovencita —la contradijo él con firmeza—. Friégalos de inmediato. No vas a dejar nada sucio dentro del lavavajillas. ¡Y date prisa, Nat!
La niña frunció el ceño y obedeció de muy mala gana. Tanto Patricia como Bibiana conocían demasiado a su amiga y sabían que estaba realmente furiosa. El viaje hacia Luna lo iban a iniciar con mal pie.
Ninguna de las niñas quiso ir al baño y salieron de la casa en un tenso silencio. Entraron en el ascensor sin mediar palabra. En la calle, siguieron al señor Teodoro hasta el lujoso Mercedes que les aguardaba aparcado a escasos metros del portal. El hombre abrió el maletero e introdujo maletas y mochilas en su interior. Patricia y Bibiana subieron a la parte trasera del auto. Natalia subió delante, junto al señor Teodoro.
          —Poneros el cinturón —dijo el hombre, colocándoselo él también.
Seguidamente puso el motor en marcha; el viaje hacia Luna daba comienzo. Mientras circulaban por la ciudad y hasta que no la dejaron atrás nadie hizo comentario alguno. El silencio, dentro del coche, era sepulcral. Una vez alcanzaron la carretera, el señor Teodoro decidió hablar para romper el hielo.
          —¿Vais cómodas ahí detrás? —preguntó a las amigas de Natalia.
Las dos niñas asintieron en el acto.                                    
          —¡Ya lo creo! —exclamó Patricia, agradecida de que el silencio terminara—. Ni en el mejor sofá de mi casa me he sentido tan a gusto como en este asiento. ¡Es una maravilla!
          —Lo mismo digo —corroboró Bibiana.
El señor Teodoro sonrió.
          —Me alegro de que así sea. ¿Y qué tal han ido las notas del primer trimestre? — se interesó.
          —A mí me han caído las naturales —contestó Patricia—, a Bibi las matemáticas. Nat lo ha aprobado todo.
          —Bien, no está mal. Vosotras tendréis que repasar un poquito estas vacaciones —aconsejó el joven—. Felicidades, Nat—continuó diciendo.
Patricia y Bibiana pensaron que resultaría complicado “repasar” porque ninguna de las dos había metido en su maleta libros de texto. La siguiente en hablar fue Natalia, sus amigas se alegraron. Tal vez empezaba a pasársele el enojo.
          —¿Y qué tal le ha ido a Nico? —preguntó al señor Teodoro.
El semblante del hombre se ensombreció.
          —Nada bien —repuso con sequedad—. Ha suspendido cinco.
      —¿Cinco? —repitió Natalia, asombrada—. ¿Cómo es posible? Está repitiendo segundo.
          —Por mucho que repitas si no haces bien los exámenes es difícil que apruebes —aseguró el señor Teodoro.
          —¿Segundo de ESO? —interrogó Patricia, incrédula—. ¡No es posible! Tiene quince años, ¿no?
          —Sí —dijo Natalia—, pero mi querido primo ha repetido varios cursos. Creo que mi tío Bruno debería sacarlo de ese internado.          
           —Lo que yo creo es que Nico debería ser más sensato y no lo es —manifestó el señor Teodoro con energía—, aprobar los exámenes es su única obligación y no cumple con ella.
          —Espero que no estés pensando en jorobarle las vacaciones —dijo Natalia, con precaución.
          —Va a tener que estudiar todas las mañanas. Lo siento, Nat—afirmó el joven, tajante.

Págs. 17-22                                                                                                                                                                                                                                                                  

32 comentarios:

  1. De camino a Luna... Nat me ha parecido fácilmente alterable. Un poco malcriada.
    Por lo demás, bien; quiero saber lo que viene a continuación. Pongo, yo también, rumbo a "Urbanización de Luna".
    Un muac.

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    1. Mi querida Nena, sí, Nat se altera fácilmente. Me alegra que quieras saber lo que viene a continuación y espero que te lo pases muy bien en Luna. Hasta pronto y bienvenida siempre.

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  2. Me estoy enganchando Mela. Gracias por compartir. Voy siguiendo.
    Un abrazo.

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  3. Y yo me alegro mucho de que tú te enganches y mis personajes se alegran todavía más. Besos.

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  4. Empieza la aventura... sin libros. Creoq ue... he vivido momentos así jajaja
    Besos

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  5. Me encanta verte por aquí y que te lo estés pasando bien. Sí, es lógico haber vivido momentos así.
    Besos a ti.

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  6. Un personaje más, me gusta!!!! las tres chicas con una rabieta tonta, él más centrado como buen.. chófer, amigo de la casa, empleado?? Ya lo iremos viendo... Me dejas intrigada y camino de Luna.

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    1. Hola FG!! Me alegra mucho leer tu comentario. Y me alegra en exceso dejarte intrigada y camino de Luna. Mis personajes se alegran también muchísimo y esperan no decepcionarte. Un besazo!!

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  7. Apuesto y serio ,me llama la atención Blas!ademeás que es en realidad este nuevo personaje?un buen empleado,algo más? me intriga !

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  8. Hola Hada Isol!! Me alegra leer tu comentario y me emociona que te estés intrigando.
    Si quieres saber más sobre Blas, hay que seguir leyendo. Un beso muy fuerte de mis personajes y mio.

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  9. Es extraña la relación que tiene Blas con la familia, y ¿qué le debe pasar a Nico en el internado para que le vayan tan mal los estudios? A ver que más descubrimos a continuación ^^

    (tendré que leer poco a poco porque estoy de exámenes :( )

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    1. Hola Siwan, tú ve leyendo poco a poco. Los exámenes son importantes, lo primero es lo primero.
      Ya te vas haciendo preguntas, y a todas, irás encontrando respuestas. Me encanta leer tus razonamientos.
      Un abrazo!!

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  10. Estoy de acuerdo con Siwan,en el internado pasa algo raro....¡Seguro!,seguiré leyendo.
    Besitos

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    1. Hola Susana, veo que piensas que en el internado pasa algo raro. Ya lo iremos viendo...
      Besitos!!

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  11. Empleado y profesor de universidad...extraño....
    Dependiente en un Mc Donnalds y licenciado en derecho....no extraño....
    Asi vamos....

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    1. Si de algo estoy convencida es de que tú me vas a revolucionar jajajaja
      ¡Muy feliz año, Kikas!

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    2. En fin...espero que sea tan violenta como La Revolución de los claveles...no sea que me vayan a detener
      ;-)

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    3. Tranquilo, en la estación no habrá detenciones.
      Un abrazo!!

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    4. Anda, qué bien. De vacaciones con un sargento :)

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    5. Hola Antonio... las apariencias engañan muchas veces ;-)

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  12. Jujuju ese Blas parece guardar tantos secretos que no puede con ellos... Y Nico parece todo un trasto :) A ver que nos cuentas en el siguiente.

    Un besito

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    1. Hola Irial... más de un secreto tiene Blas, sí.
      Nico atrae los problemas como un imán los metales.
      Besos

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  13. Las conversaciones muy reales y Natalia un poco mal genio, como mi sobrina de igual nombre jajaja. Voy a seguirte leyendo Mela, pero tengo que encontrar el ritmo y sobre todo el tiempo. es la una y media de la noche y no he podido leer blogs hasta ahora!!! Tengo que solucionar esto.

    Un abrazo.

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    1. Hola José... espero que tu sobrina no tenga tan mal genio ;-)
      Siento que vayas tan mal de tiempo... tú tranquilo... la novela no se mueve de aquí
      Un abrazo

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  14. Mela, bonita mía, Blas es un encanto y Helena otro encanto. ¡¡¡Ay no sé qué pasará con esta pareja!!! ¡¡¡¡Ay qué dos!!!
    Besitos.

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  15. Bien! comienzan las vacaciones y ya hay cierta intriga en el aire con la aparición de Blas. Me gustan los misterios, espero que haya muchos en Luna y las chicas se lo pasen bien!!
    Un beso.

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    1. Hola, María E.
      Esta novela no es de aventuras, pero te garantizo que sí hay misterios ;-)
      Ya veremos como se lo pasan las chicas en Luna... yo espero que tú te lo pases bien ;-)
      Un beso

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  16. Cómo ya te dije antes Mela, tu novela es muy visual
    y eso me encanta como amante del cine.
    Este capitulo de puesta en antecedentes al lector ha sido
    muy bien llevada con diálogos ágiles que mantienen el ritmo
    al lector, enhorabuena.

    Voy a subir otro fragmentillo de mi novela en mi blog
    ah!!! no digas nada que es una novela, estoy subiendo
    pequeños fragmentos sin decir nada, para ver
    que opina la gente.

    Un beso y volveré.

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    1. Hola Cielo... Me alegra mucho que te vaya gustando
      En cuanto me sea posible iré a leer el fragmentillo que has publicado... y tranquilo que no diré nada sobre novelas ;-)
      Un beso

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  17. Biaen aquí estoy siguiendo las andanzas de estas tres adolescentes, me gustaría ir más deprisa, pero me es imposible venir con más frecuencia, con paciencia me lo leeré todo y a por otro.
    Un fuerte abrazo

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    1. Julia, entiendo muy bien que muchas veces no podemos acudir a todo lo que quisiéramos... y no pasa nada
      A mí me encanta leer lo que escribes y eso no va a cambiar... de verdad que es un placer leerte
      Un fuerte abrazo

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